La vieja novela de Lampedusa (El Gatopardo) -que obtuvo el premio Strega- narra vivencias de príncipe y familia e hizo famosa a la frase «Algo debe cambiar para que todo siga igual»; era el reflejo de la capacidad de los sicilianos para adaptarse a los distintos gobiernos y cobra nuevamente actualidad.
Muy lejos de la puesta en escena de Claudia Cardinale (versión de cine) la consorte electa, Doña Cristina Kirchner -con seguridad por influencia popular-, nos revive el tango "Demasiado Tarde", letra de F. Trópoli ("Todo está igual, nada ha cambiado, el mismo patio...").
Si uno se guía por los anuncios del posible Gabinete, nos encontramos con protagonistas de la misma película de su esposo.
Sólo la reminiscencia de dos futbolistas escaparía a esta cuestión (Lousteau y Randazzo, apellidos de viejos jugadores), pero viene de la mano del Gobernador Bonaerense.
El modelo de 'gatopardo' está en plena vigencia, con el plus de llevar en sus espaldas el verso electoral de "El cambio está en marcha".
Hacia dónde marcha queda claro, dado que hasta las caras visibles de los funcionarios de segunda línea salen de la galera como por arte de magia con los mismos conejos.
Los escozores de una interna en potencia los ha llevado a adelantar los nombres y, en definitiva, Néstor Kirchner, entre las bambalinas, seguirá manejando los libretos.
Más que nunca ha quedado claro que los argentinos han caído en la "trampa" de una reelección.
Salvo, por supuesto, el cambio de Gatopardo a Gataparda.
Saludos
domingo, 18 de noviembre de 2007
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