lunes, 10 de diciembre de 2007

UN LARGO CAMINO

HAS RECORRIDO UN LARGO CAMINO, MUCHACHA
CRISTINA ASUME LA PRESIDENCIA
Por Carlos Machado


Cuando esta nota esté publicada, Cristina Fernández de Kirchner estará en vías de asumir la presidencia de la Argentina. Se concreta así un traspaso del poder único hasta ahora en el mundo: que un presidente coloque la banda presidencial y ceda el bastón de mando a su propia esposa.
Cristina llega así a cumplir la máxima aspiración para la que se presume que se prepara un político durante toda su carrera: regir los destinos del país. Detrás quedaron los años difíciles de su niñez y adolescencia; la agitada época de sus estudios universitarios (mientras sigue en duda su culminación); los años transcurridos en la austral provincia de Santa Cruz, donde comenzó a escalar posiciones en la política; su paulatino ascenso de diputada provincial a nacional y su posterior llegada al Senado; hasta recalar en el acceso de Néstor Kirchner a la presidencia y su preparación para convertirse en su sucesora.
La duda que persiste es si Cristina gobernará de motu proprio o con su esposo manejando los hilos, o buena parte de ellos, entre las bambalinas. Resultó por lo menos llamativo el hecho de que hace pocos días dijera muy firmemente que sería ella la presidenta y nadie más, y en las últimas horas señalara que "Kirchner seguirá siendo presidente". Es decir, que habría que asumir que Kirchner continuará detrás de ella como "presidente" y no como "prescindente".
Ocurre que la preparación de Cristina para tan alto cargo no superó las expectativas creadas en torno a su persona, pese a los esfuerzos que en tal sentido hicieran el equipo del gobierno y los adulones de siempre. El hecho de que en los últimos meses realizara múltiples viajes al exterior, donde a decir verdad -como lo reflejamos oportunamente- no hizo tan buen papel como la maquinaria oficial y los medios genuflexos pretendieron imponernos, no fue factor suficiente para que su figura pudiera ser revestida de "estadista".
En este país se ha manejado siempre un concepto erróneo de esa palabra, y los políticos piensan que ser "estadista" es simplemente haber efectuado viajes a otros Estados. Nada más lejos de ello. Hay que manejar aspectos mucho más complejos para acceder a ese calificativo, y no solamente viajar y pugnar por lograr una fotografía con reyes, presidentes, primeros ministros o lo más granado del gobierno de un país.
Y esto es precisamente lo que le falta a Cristina. Ha demostrado por ejemplo manejar una buena oratoria cuando peleaba por algunas leyes desde su banca en el Senado, pero por otra parte mostró que carece de ella cuando hay que representar los intereses de su país en el exterior. Sus discursos en los viajes que hizo en estos últimos meses no pasaron de la banalidad y de ser repetitivos, como también casi calcados fueron los que pronunció en los escasos actos de campaña que hizo en su propio país.
Claro que no es con discursos que se conduce una Nación ni se aplican planes de gobierno. Pero, ¿tiene Cristina un plan de gobierno?y estamos hablando de un plan de gobierno completo, no de insinuaciones sobre tal o cual aspecto que hagan a distintos sectores oficiales. Hasta el momento no lo ha evidenciado.
El caso es que, como señalamos en análisis anteriores, la nueva presidenta argentina no encuentra un camino lleno de rosas, sino más bien uno con muchas espinas. Los numerosos y conocidos casos de corrupción -ya suficientemente mencionados en esta página- son sólo algunas de ellas. Pero hay espinas no menos lacerantes, como el irresuelto caso de la desaparición del albañil y testigo contra represores Julio López, el acuciante problema de la inseguridad diaria y el castigo que representa para los exhaustos bolsillos ciudadanos la inflación descontrolada que se desató y, para peor, la que se desatará no bien se liberen, como se hará en lo inmediato, los precios de las tarifas de los servicios públicos, como ya se liberaron los de los combustibles y el transporte, regalo este último que aguarda a los argentinos para comenzar el nuevo año.
Con estas nubes en su horizonte comenzará Cristina Fernández de Kirchner su gobierno no bien reciba el bastón de mando presidencial de manos de su esposo. La ex senadora y ahora presidenta ha concitado en este último año tanto adhesiones como críticas, quizás más de éstas últimas que de las primeras.
Su ascenso al poder le depara por lo tanto el gran desafío de demostrar si podrá hacerlo sola, si mantendrá a Néstor Kirchner en una posición expectante detrás suyo y si, sola o acompañada por éste, encontrará el camino correcto -obviamente mediante la firme decisión política de hacerlo- para que el país y sus habitantes puedan despegar definitivamente hacia un mejor destino que el que tuvo hasta ahora.



Conclusión

Al acto de asunción de la nueva gobernante asistirá, entre los mandatarios y delegados de otras naciones presentes, el inefable presidente venezolano Hugo Chávez, quien además anunció que luego de ese acto se quedaría unos días en la Argentina.
Muchos especulaban estos días con la posibilidad de que éste ejecutara otro de sus habituales números circenses, tan proclive como es a ellos en cuanto tiene delante un público tan importante como el reunido en esta ocasión.
Sin embargo, personalmente estimamos que esta vez Chávez se mantendrá algo al margen de la remanida pretensión de descollar que le dicta su acendrado egocentrismo.
Es que por una parte el hombre viene demasiado golpeado por la derrota que acaba de sufrir su proyecto de reforma constitucional en el referéndum llevado a cabo el 2 de diciembre último.
Y por otra parte creemos que el gobierno argentino no le permitirá al bolivariano tomar demasiado vuelo o ensayar alguna de sus polémicas con el rey de España -esta vez a través de su hijo, el príncipe Felipe- o el presidente colombiano Alvaro Uribe.
Al menos una de las comentadas intenciones de Cristina sería la de no quedar tan "pegada" al venezolano como lo estuvo durante estos últimos cuatro años el gobierno argentino, prefiriendo abrir renovados rumbos -sería en buena hora- hacia países tan bien encaminados política y económicamente como Brasil y Chile, además de volver a tender aceitados puentes con Estados Unidos.
Son por ahora incógnitas que tendrá que ir develando, a poco de comenzar su trayectoria presidencial, Cristina Fernández de Kirchner.
Una mujer que ha recorrido un largo camino hasta llegar donde finalmente llegó.

Carlos Machado



Buenos Aires - Argentina
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