lunes, 18 de agosto de 2008

ANTE OTRA CRISIS

Los argentinos estamos asistiendo a una crisis política, económica, institucional y social, de características inéditas. El transversalismo que no fue y el Frente para la Victoria, que está muy cerca de la debacle producto de sus propios errores, están próximos a la autodestrucción.

Los gobiernos nacionales de las últimas décadas han sido incapaces de lograr que la Argentina ocupe el lugar que merece en el mundo. Adictos al poder y a proyectos personales han convertido a un país rico y con muchas posibilidades en una republiqueta bananera con políticos cada vez más cercanos a una lamentable pobreza cultural, intelectual, ética y cada vez mas lejanos de lo que es un estadista.

Si revisamos los últimos cinco años no hallamos en la historia nada comparable al disparate engendrado por un grupo de sujetos que han perdido toda coherencia, objetividad, sentido común, humildad y decencia, que lejos de querer gobernar para todos los argentinos han gobernado por y para ellos y sus amigos.

Si la justicia adolecía de fallas en su funcionamiento, han logrado paralizarla en su correcto operar. Se atribuyen el nombramiento de una nueva Corte Suprema de Justicia independiente, pero omiten tener en cuenta, por ejemplo, que uno de sus miembros omitió declarar bienes de su patrimonio al fisco, lo que fue catalogado como un error de su contador.

Al congreso, que ya era un órgano desprestigiado, lograron anularlo totalmente hasta que por esas cosas del destino el vicepresidente Julio Cobos declaró que su voto no era positivo, con lo cual amortiguó esa lamentable situación.

Las fuerzas de seguridad, que también habían perdido toda credibilidad, ahora directamente han sido reemplazadas por fuerzas de choque que responden a un gobierno que se cree dueño de los pensamientos, del INDEC, de los índices de la pobreza, de la inflación y de todo lo que le parezca de utilidad a sus oscuros propósitos. Para ello han utilizado sujetos que, en el pasado, intentaron derrocar gobiernos democráticos por medio de las armas. Abundan esta clase de individuos en el gobierno, hoy demócratas reciclados que en cada situación muestran su hilacha antidemocrática. Aún, si miramos en detalle las elecciones pasadas no será difícil encontrar serias irregularidades que fueron encubiertas con falsos principios republicanos y democráticos que sí se respetan en cualquier democracia seria.

Muchos de los actuales funcionarios del gobierno fueron echados de la Plaza de Mayo en 1973 por el General Juan Domingo Perón.

Treinta cinco años después y con el mismo estilo recuperaron la Plaza a golpes, bajo la tutela de marginales de la peor calaña.

¿Qué podíamos esperar de estos hombres que intentaron derrocar un gobierno democrático alentados por Rusia y Cuba?

Anulada la independencia de los poderes establecida por la Constitución, intentaron imponer retenciones a las exportaciones para mantener una caja con la cual someter a intendentes y gobernadores, sin siquiera paliar la indignidad de los que menos tienen y para quienes la distribución de la riqueza ha disminuido en favor de los que más tienen.

La educación a traves de un gran plan anunciado por este gobierno, mejor dicho la analfabetización, ha sido preparada para lograr mantener a millones de argentinos ignorantes, en pobreza extrema e indefensos para enfrentar desde esa posición de inferioridad, verse sometidos a las situaciones más inhumanas.

Mediante improperios de una y de otros, con exhibiciones en las vestimentas y accesorios de mal gusto, intentan demostrar que han llegado a lo máximo en su gobierno, sin percibir que por esos medios solo exhiben su pobreza espiritual e intelectual.

La economía está en su peor momento, nadie invertirá ni un dólar en la Argentina, no solo no habrá inversiones sino que si pueden sacarán los dólares que tienen en un país que no ofrece garantías, seguridad jurídica y donde la corrupción ha trepado a límites inimaginables sumando ahora los crímenes mafiosos que preanuncian la participación de cárteles de la droga.

Para desgracia de los Argentinos y sobre todo de los más pobres, la Argentina entrará, en breve lapso, en una crisis descomunal.

Quienes manejan los hilos del poder sufrirán la pérdida del poder y de su Plaza, y habrán logrado que millones de seres humanos sufran otra tragedia nacional.

Seguramente estos sujetos atribuirán la culpa a la prensa, la iglesia, la derecha, los militares golpistas, los Estados Unidos, a las corporaciones que se quieren apoderar de las tierras argentinas y cuanto disparate se les pueda ocurrir, sin que a criterio de una justicia verdadera puedan eludir la responsabilidad que recaerá sobre estos hombres y mujeres, que se creyeron dueños de todo y no supieron ni quisieron gobernar para todos.

En su soberbia intentaron perpetuarse para adueñarse del país. Ruego y es mi esperanza que Dios y la patria se lo demanden.


Alejandro Olmedo Zumarán.

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