jueves, 30 de septiembre de 2010
EL CAGASO
CUANDO LA REALIDAD “AGOTA” EL TÍTULO.
Voy a dar por hecho, que sabe y perfectamente bien, de quien o “de lo que” le estoy hablando. Sin embargo, no es lo “pior” sino lo más genuino, y justamente por ahí pasa la gravedad del episodio. Si el gobierno nacional, a través del Fulbo para todos o a través de lo que sea, estimula una movilización frente al Palacio de Justicia para conminar a la Suprema Corte, nada que suceda en más puede llamar a sorpresa, salvo sea Ud. extremadamente proclive a sorprenderse, y/o un soberbio pelotudo.
Ud. me dice que se la veía venir. ¡Genial lo suyo!. Rectifico entonces mi improcedente adjetivo calificativo, estrechándole virtualmente a la distancia, en un fuerte abrazo. ¡Suélteme ya!...¿ahora qué le pasa?. Me dice que “esa gente” le genera miedo. ¡Déjeme ver!...ummmm en primera acepción: “sensación de alerta y angustia por la presencia de un peligro o mal, sea real o imaginario”. ¡Quédese tranquilo…generan miedo realmente!...Ud. no es un alucinado. Sin embargo, permita le diga algo. Concediéndoles el beneficio de la duda, digamos que eran unas veinte mil las almas “que congregadas frente al Palacio, generaban miedo”. ¿Está de acuerdo?. Bien, sigamos entonces. De esas veinte mil, sabemos que cuando menos “una” no está en sus cabales. Vea como la cifra se reduce….digamos que la mitad, como para no exagerar, fue llevada y puesta en el lugar sin saber de qué se trataba, y que la otra mitad menos una, estaba allí sabiendo perfectamente bien lo que hacía y hace. De acuerdo a la ciencia matemática, había nueve mil novecientas noventa y nueve personas, dispuestas a convertirnos en uno de los países más incivilizados del planeta tierra.
Ahora bien; si Ud., yo y una buena millonada de ciudadanos, dejando de lado a quienes no lo son, ancianos y niños, no somos capaces de sobreponernos a “ese miedo”, aún contando con tan enorme superioridad numérica, ya debemos empezar a hablar de “cagaso intrínseco”, “inherente” o “constitutivo”, circunstancia que nos convertiría en “meros soretes espectadores”. Pero…¡tranqui una vez más!; si así fuera, ni Ud., ni yo ni esa millonada, estaría tan preocupada como está. Apenas nos resta decir “PRESENTES”, pues caso contrario, asistiremos por primera vez a “la razón de los enajenados”.
Ricardo Jorge Pareja
parejaricardo@hotmail.com
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