POLVORÍN PUTATIVO

Polvorín


Fue chocante, ciertamente, la forma en la cual la defensora pública de terroristas y madre de terroristas, Hebe de Bonafini, cargó el martes contra la Corte Suprema de Justicia. Pero vistas las cosas desde un ángulo institucional fueron mucho más graves las acusaciones que, a expensas de ese tribunal, enderezó, desde Nueva York, el matrimonio gobernante. Bonafini dice lo que sea y, muchas veces, ni siquiera sabe lo que dice. Cristina Fernández y Néstor Kirchner representan otra cosa.
Que el país carece de instituciones sólidas lo demuestra el escalamiento del conflicto del gobierno respecto de una Corte Suprema que hizo algo lógico en la causa del ex procurador de Santa Cruz, Eduardo Sosa.
Por su lado, los Kirchner reaccionaron como de costumbre cuando los contradicen: acusaron a los ministros de ese tribunal y al juez de La Plata Elvio Sagarra --que fijó posición en el caso Fibertel-- de golpistas. E instaron a las huestes que les son adictas a utilizar la fuerza si acaso resultara necesario. Las palabras de la señora de Bonafini nos eximen de mayores comentarios.
¡Cuidado! hay un conjunto de irresponsables que están jugando con fósforos junto a un polvorín.
LNP