domingo, 26 de septiembre de 2010

TRAICIÓN A LA PATRIA


TRAICIÓN A LA PATRIA

Por Juan de Dios González (*)

La crisis argentina no es económica ni financiera, es meramente política. Resulta realmente imposible que esto suceda en un país cuantiosamente rico. La crisis argentina la padecemos por carecer de verdaderos "Conductores Políticos". Nuestros políticos, en su mayoría, son politiqueros que se perfeccionan en contubernios, permanentemente hacen pactos y componendas a espaldas de los ciudadanos, practican la hipocresía, el engaño, la deslealtad y son avezados en "roscas" y "chanchullos", de esa manera, siempre logran introducirse en algún organismo público de poder con el primordial propósito de canalizar sus intereses personales y sectoriales, habitualmente espurios e ilegítimos.

Sin verdadera y honorable conducción política, una nación se halla a la deriva y a merced de las incidencias externas. Esto trae aparejado un vacío de poder; y en política, todo vacío de poder resulta rápidamente ocupado por alguien, sea interno o externo. Los frecuentes desatinos de la dirigencia política engendran una imagen y un concepto de debilidad ante otras naciones y estructuras de poder mundiales, cuando el vacío de poder es mucho mas evidente ocurre lo que nos está ocurriendo, el poder político-económico se encuentra fuera de nuestras fronteras y obra en su propio beneficio. Por consiguiente, perdemos la soberanía, el honor, la seguridad y nuestra independencia.

¿Quién es un traidor a la patria? Es aquel individuo que quebranta la fidelidad y lealtad a su Nación, es quién acomete contra la soberanía, el honor, la seguridad y la independencia del Estado.

¿Quiénes son los apátridas que nos llevaron a la ruina y pusieron nuestro Nación en situación de bancarrota? ¿Cuál es el castigo que merecen? En tiempo de paz y democracia debería ser la cárcel, la proscripción o el ostracismo.

A pesar de la traición, algunos siguen haciendo uso del poder y otros pretenden arribar nuevamente a él estafando a los incautos argentinos, quienes despojados de memoria reinciden ofreciéndoles nuevas oportunidades a los personeros del fracaso, de la desidia y el deshonor.

Patria es amor, sacrificio y lealtad; pero no debemos amar a quienes nos mienten, nos usan y defraudan; no debemos sacrificarnos en vano y en beneficio de oportunistas o estafadores de la voluntad ciudadana; y no debemos ser leales a quienes pregonan falazmente nuestras ideologías o se encuentran enquistados en las estructuras de los partidos políticos con el único interés de encauzar sus negocios personales.

Ante situaciones críticas, necesitamos buenos políticos, que perciban y proyecten la variación y el giro que produzca el cambio. Quien nos gobierne, debe formar un gabinete armónico, eficiente y con gran flexibilidad para adecuarse ante las peores circunstancias que le toque enfrentar, de tal manera que sus respuestas sean rápidas, acertadas, coherentes, consistentes y eficaces. Es necesario que arriesgue mucho, sin dejarse paralizar ante el vértigo del abismo ni tampoco acercarse a éste en forma descuidada e imprudente. Debe tener una sólida y férrea voluntad para elaborar sus planes de gobierno a favor y en beneficio del Interés Nacional. Debe ostentar un alto grado de motivación, convicción, decisión y carácter, y un sincero y franco deseo de asumir y ejercer sus responsabilidades. Debe portar una elevada formación intelectual y ética que le permita interpretar y saber qué, porqué, como y cuando debe ejecutarse una acción y quién ha de practicarla.

(*) El periodista Juan de Dios González es el Director de Crónica y Análisis Periódico On line y Comisario Inspector (R.A.).

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