domingo, 2 de enero de 2011
AVATAR
En principio debo confesarle que si hago un balance de mi vida, el saldo es altamente positivo. ¡ESTOY VIVO!. Si de detalles se trata, probablemente consiga colocar la aguja de la balanza, en el punto del equilibrio. Ergo; soy un afortunado total. La pérdida de algunos de mis seres más queridos, ha sido consecuencia de avatares propios de la vida. ¿Ud. vió AVATAR?. Me dice que no la vió. No importa, ya tendrá oportunidad de hacerlo. Más allá de abordar un género que no me seduce, deja un mensaje digno de ser tenido en cuenta. Es más; debería ser de “vista obligatoria” para todos aquellos que parecen no entender que el gobernar, implica llevar adelante un mandato conferido por los ciudadanos de un país, en nuestro caso sistemáticamente burlados o defraudados por los actores.
Y ya quedó atrás, un 2010 ideal para las memorias frágiles. Y ya comenzó un 2011, que seguramente será el encargado de conceder a aquél, la condición de “no tan malo”. ¡Ya sé lo que está pensando, de ahí lo del título!. La disyuntiva está en convertirse en un optimista pelotudo, o en un pesimista precavido. La opción la tiene cada uno a su entera disposición. Le aclaro que el predecir el futuro, no es justamente una de mis mayores virtudes. Hacer la lectura correcta e intentar una proyección, es otra cosa. Para la primera, los antecedentes, la realidad sobre la que no queda otra alternativa que plantar los pies, no cuenta. La segunda en cambio, necesita de esos componentes. De todas maneras, la posibilidad del error siempre estará latente. El error en el optimismo, conlleva a la desazón, la impotencia, la depresión. El error en el pesimismo, actúa de manera inversamente proporcional. ¿Me comprende?. Me dice que “maso”. ¡Vea Avatar; lo necesita!.
Sé que he de contar con un auditorio mucho más acotado que el acostumbrado. Y digo bien cuando digo “auditorio”. Ocurre que al momento de escribirle, tengo la sensación de estar hablándole y Ud., consecuentemente escuchándome. Esto lo tiene que haber advertido, así no haya tenido la oportunidad de ver ¡AVATAR!...peliculón.
Ocurre que son muchos los que ya están disfrutando de esas tan anheladas y merecidas, vacaciones. Por otra parte, es más que elocuente que la temporada recién comienza, solo es necesario prestar un poco de atención a las imágenes que llegan desde la costa Atlántica a través de algún medio televisivo…superabundan los culos blancos, que no escapan a la perspicaz astucia del camarógrafo de turno. Para los que nos hemos quedado por necesidad, elección u obligación, la posibilidad de disfrutar por última vez, de una Ciudad de Buenos Aires tan impiadosamente castigada, pero todavía capaz de mostrarnos ornamentaciones que habitualmente escapan a nuestra lectura. Para eso, solo es necesario levantar la vista, aún a riesgo de ser cagado en un ojo por alguna cándida paloma. ¡Es cierto que el animalito volador es portador de un sinfín de pestes!; tan cierto como el que hay muchos y muchas que les dan de comer, inadvertidos de semejante circunstancia. Si lo desea, aplíquelo por extensión y eso le aproximará un poco más a la realidad, así no haya visto ¡AVATAR!.
Ricardo Jorge Pareja
parejaricardo@hotmail.com
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