miércoles, 5 de enero de 2011
PINO EL ENEMIGO
AHORA ES PINO SOLANA EL GRAN ENEMIGO
Por Carlos Manuel Acuña
Inexorables, las fechas políticas se aproximan y marcan los plazos para las definiciones que no llegan. Como lo dijimos una vez, Cristina, confundida, gira sobre sí misma, tironeada por distintas propuestas, entre quienes quieren preservarla de las consecuencias de una derrota en las elecciones de este año y quienes desean estirar todo lo posible los plazos que les aseguren su impunidad por los latrocinios cometidos. Al gobierno acaba de sumarse un personaje de segunda línea en el área presidencial pero que llega con una valija cargada de antecedentes. Se llama Jorge Luis Benetti, casado con la hija de Oscar Puiggrós, asociado en sus orígenes con Abal Medina y, por lo tanto, sospechado seriamente de haber participado en el secuestro y asesinato del general Pedro Eugenio Aramburu; también intervino en la elaboración de Cristianismo y Revolución, la revista diseñada para impulsar la teología de la liberación en plena época de los setenta bajo la dirección de Casiana Ahumada -hoy residente en Europa- viuda de su fundador. Ahora, este personaje pertenece a La Cámpora, convertida en algo así como una agencia de colocaciones para personajes menores pero elegidos para ocupar cargos mayores y cobrar sueldos suculentos pese a su ineptitud. Curiosamente, este montonero de la vieja época es resistido por Horacio Verbitsky, que en esos años estaba en plena actividad. Ahora dicen que está sospechado de haber entregado a militantes en un doble juego, tema del que se habla desde hace mucho e incluso se lo hace responsable de haber entregado a numerosos combatientes de ambos sexos y de su intimidad, asunto que ya dejó de ser un simple rumor y que se extenderá en la medida que las persecuciones políticas continúen bajo su batuta y la de Eduardo Luis Duhalde, entre otros que se escudan en un semi anonimato, como Rodolfo Matarollo, que tiene muchas cosas para decir. ¿Cuántos muertos hay que están adjudicados a militares o policías y cuyos verdaderos asesinos gozan de libertad y hasta del reconocimiento público mientras perciben suculentas sumas del gobierno o a través de las abuelas o madres de la Plaza de Mayo...?
Este asunto se ampliará con el correr de las semanas pero, mientras tanto, las racias del resentimiento por la derrota se ensañan con verdaderos inocentes, como acaba de suceder con el almirante Mariano Palet, perseguido desde el 2008, dejado en libertad mediante una caución real, luego detenido en su domicilio particular, del cual salió hace apenas unas horas para viajar a Bariloche y visitar allí a sus nietos, pero ni bien llegado a su destino, la secretaria Souza Relly lo contactó para que de inmediato vuelva a Buenos Aires para notificarse de la denegación de la libertad ambulatoria, pero una vez llegado, se lo trasladó a Tribunales para notificarlo de su nuevo estado. Ya en su casa, las vicisitudes no concluyeron, pues dos oficiales del Servicio Penitenciario lo visitaron para custodiarlo nuevamente a Tribunales, donde le informaron que sería trasladado en celular a la cárcel de Marcos Paz. Palet tiene 79 años de edad y otros casos como el suyo comienzan a sucederse en plena feria judicial, lo que posee un sentido adicional que resultará fácil percibir a nuestros lectores.
Todo esto ocurre mientras el parricida Sergio Schoklender viaja en un Lear Jet alquilado para su esparcimiento y el de su familia, lo que sería únicamente un dato abominable, pero situaciones similares a la de Palet se repiten como una catarata en tanto se afirma que el gobierno lo hace para congraciarse con la izquierda y consecuentemente afirmarse mejor con ésta con miras a las próximas elecciones, lo que viene acompañado de otras medidas que ya pasaron la etapa de la planificación. Según se afirma, lo ocurrido en el Parque Indoamericano formaba parte de este proyecto pero las cosas se desbandaron -muertos incluidos- y ahora el principal enemigo para los partidarios de que Cristina compita en las elecciones es nada menos que Pino Solanas, pues su crecimiento en la Capital Federal y en otros lugares del país le restaría los votos necesarios al Frente para la Victoria, que de esta manera no llegaría a la segunda vuelta para hacer alianzas que le permitan vislumbrar un posible éxito. Por ahora no se sabe qué hará si las encuestas mantienen el ritmo descendente, donde el tercer lugar esperaría al kirchnerismo, que no se resigna a entregar el poder cualquiera fuere el ganador. ¿Alguien imagina a Cristina entregándole la banda a un enemigo político...? Decimos enemigo pues para los K no existen simples oponentes, un tema que día a día adquiere mayor dimensión, tanto que no son pocos los que dicen que el oficialismo debería identificarse como Frente para la Derrota.
Hasta hace muy poco, se pensaba que podía hacerse un arreglo con Daniel Scioli para que éste arriesgue el sillón de Dardo Rocha y apunte a la Casa Rosada con varios y complejos arreglos. Si los K tuvieran suerte -especulan- podrían manipularlo a Scioli para defender sus intereses, pero sucede que el gobernador ahora desea continuar por un nuevo período, lograr un entendimiento con otras fuerzas y convertir a Buenos Aires en un baluarte que mediante un acuerdo podría llegar a establecer un eje con la Capital Federal y desde allí gobernar en medio del desbarajuste que crece en la República. Más aún, se ha pensado que el giro que se registra en el ámbito judicial podría intensificarse y empujar las cosas con la suficiente fuerza como para poner en marcha un ariete contra la corrupción.
En otros ámbitos se piensa que esto es beneficioso pero insuficiente, pues deben corregirse las tremendas fallas institucionales que hablan de jueces prevaricadores, de sentencias políticas injustas y rupturistas de la paz social, un asunto que ha llevado a varios estudios jurídicos a evaluar los hechos y considerar que es indispensable seguir un camino distinto.
En este escenario no deja de intervenir Hugo Moyano con sus curiosas aspiraciones políticas y la implícita promesa de paralizar el país, promesa que admite un inmediato interrogante posterior ¿Y después qué? Moyano sabe que no sólo carece de respuesta a esta amenaza sino que puede volverse en contra, pues encontraría pocos seguidores, lo que pondría a escasos pasos de una derrota en todos los frentes, asunto que sus hijos por ignorancia e inexperiencia no saben ver y lo azuzan, convencidos de que tendrían éxito. De todos modos, se trata de otro factor de escándalo y de una anarquía potencial que, si se llega a poner en marcha -mejor dicho, si se la acelera-, tendría derivaciones insospechadas.
Todo esto viene a cuento del deseo de desgranar a Pino Solanas hasta el límite de sus propios votos y avanzar con la idea de la presentación de la candidatura de Cristina. Como se sabe, Verbitsky, Zannini, Parrilli y según parece hasta De Vido, quieren tentar suerte -este último tiene tres secretarios procesados y uno de ellos, Jaime, lleva el record de coimas y otros pecados- pero el caso es que Florencia, la hija de Cristina, no quiere saber nada y hasta habla de una renuncia anticipada, en tanto Máximo no entiende nada de nada y sólo se ocupa de la cobranza de los alquileres de las innumerables propiedades de la familia y de otra clase de pecadillos que saldrán a luz en cualquier momento. Mientras tanto, y después del episodio del faltazo al cambio presidencial del Brasil, Cristina cree que tendrá el apoyo de los Estados Unidos, cuestión en la que también confía Timermancito, como le dicen algunos amigos, y el mismo Verbitsky que se maneja con soltura entre quienes nunca dejaron de ser sus dueños. Entre tanto, recordemos que los comicios son en octubre, que la inseguridad crece a pasos agigantados, que el superávit de la Balanza Comercial apenas si llega a los 10 mil millones de pesos, que 8 mil ya están comprometidos y que la sequía nos obliga a mirar al cielo y rezar no solamente a la espera de que llueva.
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