jueves, 8 de noviembre de 2007

EL CAMBIO--- ¿EMPEZÓ?

El cambio… ¿Empezó?

Por Juan Carlos Sánchez

Venimos de mentira en mentira construyendo un universo absurdo e imposible. Ese fue y es el gobierno de Néstor Carlos Kirchner.
La transición empieza mal. Ya ganaron las elecciones, entonces, ¿para qué seguir mintiendo?

Por Juan Carlos Sánchez


Siguen mintiendo por vicio o porque no saben hacer otra cosa.
El INDEC nos dice que la inflación del mes pasado es del 07%, ¿quién le cree? ¿A quién le importa lo que diga el gobierno cuando se enfrenta a la góndola?
El Presidente de la Nación ordena la búsqueda de los restos de uno de los peores asesinos ideológicos que tuvo la República: Santucho, fundador del ERP. Seguramente ya saben dónde está, habrá homenaje y monumento. Como si lo mereciera. En la Roma republicana y del imperio su cabeza sería expuesta en el rostra por atentar contra la República y los ingleses del primer milenio y principios del segundo post cristiano no se negarían el placer de ahorcarlo en acto público, exponer su cráneo en la torre de Londres y diseminar sus huesos por todo el territorio. Los franceses de la Revolución tirarían los restos a la basura y los revolucionarios españoles fusiladores de obispos, curas, monjas y laicos quizá a la cloaca. Hemos evolucionado, ahora buscamos los cadáveres de los delincuentes genocidas y los sepultamos con honras de héroe nacional. ¿Lo veremos?

Con las urnas aún calientes se anuncia un brutal incremento en las retenciones al agro que hace que de cada diez pesos que cobra el productor por su cosecha, cinco y medio queden en los bolsillos del Estado para subvencionar la compra de voluntades electorales, para impedir que los pobres estén informados dándoles TV mentirosa y bananera sostenida con fondos públicos y porque La Heredera tiene que viajar cómoda.

Sin anestesia se autoriza el incremento del veinticinco por ciento en las cuotas de la salud prepaga, se prepara a la comunidad nacional para el incremento masivo de tarifas de servicios y se miente descaradamente en los números de la exclusión social.

Es inexplicable. Lo menos que se podía esperar era que el gobierno sincerase su discurso tal como lo hace con precios, tarifas e impuestos y contribuciones. Al menos que hubiese coincidencia entre los dichos y la realidad, total, ya ganaron.

¿Qué pensarán quienes votaron el cambio prometido? Los informados nada pues sabían que nada habría de cambiar o esperaban o deseaban que nada cambie. La realidad nos indica que el cambio prometido es profundización de lo existente, más de lo mismo. Los incautos que también lo votaron preparan marchas del agro, movilizaciones y protestas. Los que no saben por qué lo votaron tampoco sabrán por qué sufren las consecuencias.


El presidente en funciones prepara el terreno para que la Presidente electa no pague el costo político de los aumentos. Si no fueran esposos esto no pasaría de ser un acuerdo aceptable entre partidarios pero al ser la continuidad de lo mismo -y de sí mismo, son una sola carne- la duda y el descrédito se instala sobre el mismo apellido: Kirchner.

Por inercia se le otorga al gobierno que asume un tiempo de aguante. Este es el segundo mandato de Néstor Carlos Kirchner o el segundo de Cristina, ¿habrá ánimo para dárselo? Cuidado. Lean “2008” en este mismo diario.


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08 Nov 07

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