domingo, 11 de noviembre de 2007

LA GATTOPARDA

La gattoparda

Mienten, mienten, mienten… que pronto la verdad llegará. La jugada filibustera del matrimonio sucedente en el poder era un secreto a voces, aunque no lo fuera a “dos voces”.
Todo ciudadano que se precie de tal, con un mínimo grado de cultura cívica, descontaba que Botnia llegaría a un final legítimamente feliz para la República Oriental del Uruguay. Que las tarifas comenzaron a ajustarse escalonadamente (combustibles) con un techo mínimo del 100%; que el empresariado argentino y los dirigentes del sector agropecuario son conducidos – en su mayor parte – por pusilámines, mediocres, contemplativos y cobardes.

Que en marzo de 2008 el 45% que votó por el continuismo será quien enarbole la bandera de la protesta social al haber sido violado en su órgano más sensible: el bolsillo.

El pacto social del gobierno montonero de 1973 renace – 35 años después – herido de muerte. Ya no está Juan Perón quien - aunque viejo – sabía poner en caja a sus idiotas útiles. Muchos de ellos formaron parte de los 5000 muertos en la democracia setentista; los sobrevivientes de izquierda hoy son burgueses funcionarios del kirchnerato.

La Cumbre de Presidentes Iberoamericanos celebrada en Chile puso en negro sobre blanco la ubicación en el mundo de los países del sub continente. También quedó claro cómo la lucidez de la ex vice alcaldesa de Barcelona, Pilar Róala, tiene en claro la “chávez-dependencia” argentina frente a un lógico alineamiento con los países del primer mundo.

Otra vez perdimos el tren de la historia. Como en 1930, 1945, 1966 y 1973, para citar años fatídicos.

Mientras los Estados Unidos del Brasil se ubican como quinto productor mundial del petróleo a partir del descubrimiento frente a las costas de San Pablo de una reserva equivalente a 70.000 millones de barriles (calcular u$s 100.- por unidad), en la Argentina ya se programa los cortes de energía para el verano que se avecina.

Los dirigentes del sector energético solicitan un aumento del 100% de tarifas y reclaman la necesidad de una inversión de 4.000 millones de dólares anuales constantes durante un decenio para recuperar los niveles de la década del 90. Los colegios aumentarán un 30%, la medicina prepaga un 25% y el salario del servicio doméstico ya lo hizo en un 36%.

¿Y el resto de la economía cómo acompañará el violento desajuste de casi seis años de encorsetamiento y distorsión que padecimos desde la hiper devaluación, la pesificación asimétrica y los 10 vasos que Duhalde nos prometió recomprar y mágicamente se diluyeron como una de sus tantas mentiras?

Parece que hubiéramos transitado seis meses de “cristinismo” por el desgaste que ya ha sufrido - antes de nacer formalmente – el gobierno de las reina consorte.

¿Qué hubiera sucedido si en 1988 el gobernador de Entre Ríos y ex militante de “la tendencia”, Jorge Busti al prometer la instalación de las pasteras no hubiera exigido a los inversores millones de razones burocráticas suficientes como para espantarlos a nado hacia la vecina orilla?

¿Las pasteras no hubieran contaminado por obra y gracia de encontrarse en la Argentina? ¿O el cinismo que predican los Kirchner se debe a que Tabaré Vázquez solo pidió 3100 puestos de trabajo para sus compatriotas?

Como suele comentar en privado a sus amigos argentinos un ex presidente uruguayo – hoy ilustre pensador – “Los uruguayos y argentinos somos hermanos, vinimos en los mismos barcos, tenemos la misma cultura, los mismos próceres y el mismo idioma; con una sola diferencia, nosotros no tuvimos un Perón”.

Humberto Bonanata

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