sábado, 9 de agosto de 2008

EL TRIBUNAL----------

EL TRIBUNAL DE NÜREMBERG ARGENTINO

OTRO GOLPE A LA LÓGICA Y EL SENTIDO COMÚN)



Esta nota fue escrita y enviada a los medios el 01 de septiembre del año 2006. Se vuelve a publicar por considerar que el tema de rigurosa actualidad, por la farsa jurídica y circo mediático que se llevó a cabo en la ciudad de Corrientes.



Pocos meses después de la finalización de la II Guerra Mundial cuando en toda Alemania y en casi toda Europa aún humeaban las ruinas, el Tribunal Militar Internacional puso en marcha en el Palacio de Justicia de la ciudad de Nüremberg, un proceso para juzgar a los responsables de una barbarie que conmovió al mundo.

Por primera vez en la historia un tribunal de vencedores juzgaba a los vencidos como culpables de crímenes contra la paz, de crímenes de guerra y de crímenes contra la humanidad.

Se acusó a 24 de los más altos y principales funcionarios nazis, de horribles crímenes y atrocidades.

Luego del debido proceso, el Tribunal de Nuremberg condenó a 12 de los acusados a la pena de muerte, tres a cadena perpetua, otros cuatro a diversas penas de prisión y dos de los acusados se suicidaron. Tres fueron absueltos

Todos los sentenciados eran los máximos responsables de millones de muertes y una devastación y destrucción jamás visto en Europa, ni en ningún otro lado hasta ese momento.

Salvando las distancias existentes por las enormes diferencias entre los dos casos el de Nüremberg y el argentino, hay una similitud, el enfoque de la metodología para impartir justicia.

En nuestro país, quisimos emular el ejemplo que dieron las potencias vencedoras del conflicto. Hicimos exactamente lo mismo, pero con 180º de diferencia, totalmente al revés.

En efecto, los juicios no empezaron unos pocos meses después de la finalización del conflicto como lo fue en Europa, sino más de veinte años después y luego de una serie de peripecias políticas y jurídicas insólitas, que no son objeto de este artículo.

Hace unas pocas semanas, ya se conoció la primera sentencia a uno de los “genocidas” (ref. 1) y participante activo del “Terrorismo de Estado” (ref. 2) del gobierno del Proceso de Recuperación Nacional.

La Justicia argentina, con sus valores de “ecuanimidad, equilibrio, adecuada y justa ponderación”, volcó todo el peso de la Ley en uno de los homicidas del gigantesco y diabólico “aparato del Estado” del gobierno militar, condenando .......a un sargento de la policía.

Para un observador imparcial y con un mínimo de criterio o sentido común esta sentencia como poco, parecería realmente una lamentable y grotesca humorada.

De los miles de personas que constituyeron las Fuerzas Legales del Estado, que intervinieron, participaron y los que los apoyaron (seguramente millones de argentinos) en la lucha contra la subversión y el terrorismo, volvemos a repetirlo por si parece una humorada, la primera sentencia y condena, recayó sobre un sargento de la policía bonaerense.

Este hecho evidencia a las claras, lamentablemente, y utilizando un conocido dicho popular que “el hilo se corta por lo más delgado”. Pero por otro lado es una verdadera embestida contra la lógica y el más elemental sentido común. Un gigantesco despropósito.

El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 5, condenó al sargento Julio Héctor Simón a la pena de veinticinco años de prisión, inhabilitació n absoluta y perpetua, demás accesorias legales y costas, por ser coautor penalmente responsable de los delitos de privación ilegal de la libertad, doblemente agravada por su condición de funcionario público

Resulta sencillamente incomprensible e inadmisible, que se juzgue a alguien de un nivel jerárquico tan bajo como el que tenía el sargento Simón, cargándole las responsabilidades de lo actuado en esa década. No escapa a nadie, que un sargento no actuaba por iniciativa propia.

Si en cambio, creemos procedentes, las sanciones que le cabrían en por excesos o delitos conexos.

Esta sentencia no es más ni menos, que el enorme circo mediático que el gobierno, por intermedio de su justicia adicta y corrupta, está llevando a cabo con el personal militar, de fuerzas de seguridad y policiales.

Los Coroneles y Teniente Coroneles actualmente detenidos con prisión preventiva y los equivalentes en las demás Fuerzas, en aquella época, eran oficiales subalternos o suboficiales de jerarquías muy bajas. La mayoría en aquel entonces, eran simples tenientes o subtenientes.

Cualquier que haya hecho el servicio militar o que tenga un mínimo de criterio, sabe que las jerarquías nombradas tiene una autonomía propia, extremadamente acotada y prácticamente ninguna libertad de acción.

Dentro de la estructura jerárquica, su misión se limita a cumplir órdenes o directivas o hacerlas cumplir.

En las estructuras jerárquicas de cualquier tipo, y en particular las militarizadas, el de mayor jerarquía es el que se lleva los honores de los aciertos y victorias y en contraposició n, también la vergüenza y deshonra, en los errores y derrotas.

El resto de la estructura simplemente cumple órdenes. Es lo que se conoce no solo en este país sino en todo el mundo, como la “obediencia debida”. A este concepto apeló Alfonsín para enterrar los desencuentros del pasado y buscar la pacificación nacional.

Para hacerlo más evidente y explícito, es el sistema y metodología que emplea y aplica el tirano actualmente en el poder: o se está con Kirchner en su estricto verticalismo, o se es enemigo y se está directamente en la vereda opuesta.

¿Cuál es entonces la razón de acusar y condenar a los escalones intermedios y muy en particular los de menor jerarquía? Ello demostraría un desconocimiento absoluto de la cadena de mandos y de responsabilidad en las estructuras organizativas, en particular de las militares.

Pero no es el desconocimiento el que hace que en nuestro país se proceda exactamente al revés que en Nüremberg.

Es el odio, el resentimiento y el deseo de venganza, el que impulsa esta decisión tan contrapuesta a la mayor experiencia mundial y por el más elemental sentido común.

Pero básicamente a nuestro criterio, es la necesidad de hacer un show mediático para capitalizar políticamente el hecho y distraer la opinión pública de los problemas más acuciantes. Pero para el desapasionado observador, surge claramente que se está procediendo erróneamente y que se está tomando a sabiendas, un camino totalmente equivocado lleno de riesgos: se está sembrando más odio aún y la posibilidad cierta de fracturar a la sociedad argentina, es un riesgo probable.

En vez de buscar la paz social y aquietar los ánimos, este gobierno, en particular Kirchner, los agita y los exacerba. La ciudadanía va teniendo la sensación que lentamente se va gestando una futura tempestad. Los miedos y el temor ya se ha reinstalado en el país. Los argentinos más observadores intuyen que una tormenta muy violenta se cierne en el futuro.

Es lamentable, Kirchner que tuvo la posibilidad de frenar el péndulo de nuestra permanente polarización política en la vertical, no solo no lo hizo, sino que le dio aún más envión.

La reacción cuando cambien los vientos, seguramente van a ser consecuencias de este desatino y torpeza presidencial.

Sabemos que lo que se siembra posteriormente se recoge.

La soberbia, el descaro, la cobardía de sus actos, su incompetencia, su prepotencia, su vulgaridad, han hecho que Kirchner tenga enemigos por doquier. Inclusive dentro de aquellos que lo frecuentan y que forman su círculo más cercano. Pocas veces en las últimas décadas, hemos visto un mandatario tan odiado, por tanta gente, y de tantos sectores diferentes.

Viene a nuestro pensamiento el trágico fin de los dictadores Nicolás Ceasescu y de Benito Mussolini., por mucho tiempo idolatrados por sus pueblos, pero que finalmente reaccionaron con odio, ira y con una violencia incontrolable ante los escandalosos abusos y graves errores de los dictadores.

¡Quiera Dios que esa historia no se repita en nuestro país!



Dr . ALFREDO RAÚL WEINSTABL

alfredo@weinstabl. com.ar



Notas:

(1) Genocidio. Hay infinidad de definiciones sobre esta palabra. La más aceptada es la siguiente: “Es un delito internacional que consiste en la comisión, por funcionarios del Estado o particulares, de actos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso”. – Bajo ningún concepto puede utilizarse este concepto en lo ocurrido en la guerra revolucionaria ocurrida en nuestro país durante la década del 70. Lo que el gobierno militar buscó era derrotar las organizaciones guerrilleras.

(2) Terrorismo del Estado: Es un concepto inexistente en la terminología mundial, creado por los terroristas subversivos argentinos para justificar su derrota en la guerra revolucionaria y evitar las responsabilidades de su propio accionar terrorista. El Estado no comete terrorismo . Lo que hace es represión militar y policial.

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