LA PREGUNTA NO ES “SI”, SINO “CUANDO”
(El derrumbe del Imperio)
La caótica situación de nuestro país, se va precipitando a pasos agigantados, cada vez más rápidamente, a su derrumbe y colapso definitivo.
Otra vez una nueva oportunidad perdida. Pero no una oportunidad cualquiera, sino una excepcionalmente favorable para nuestra Patria. Otra vez hemos perdido el tren de la historia. La ansiada meta del crecimiento, desarrollo y bienestar que nos vuelva a colocar entre los países más avanzados del mundo, como estuvimos menos de un siglo atrás.
Si analizamos muy someramente la situación por la cual atravesamos el panorama no puede ser más sombrío.
La economía, pese a la descomunal quita a los títulos y bonos argentinos en todo el mundo, una verdadera estafa realizada en los primeros meses del gobierno de Kirchner, y al sostenido crecimiento de la economía en estos últimos cinco años, punto de partida cuestionable, pero si favorable, está nuevamente en posibilidades ciertas de un nuevo default. (ref.1)
La inseguridad cada vez más alarmante ya batiendo records históricos.
La pacificación social, piedra angular y objetivo prioritario de cualquier acción de gobierno, cada vez más comprometida y lejana.
La falta de incentivo producido por la incertidumbre y la inseguridad jurídica espanta y aleja la llegada de capitales argentinos y extranjeros.
El flagelo de una inflación cercana al 30%, constituye un grave castigo al sector menos pudiente y dificulta cualquier planeamiento a futuro, originando cada vez más desocupación, pobreza e indigencia.
En el ranking de países del mundo, nuestra otrora orgullosa Nación, en muchos aspectos se encuentra entre los países más rezagados.
Una corrupción generalizada y en niveles verdaderamente alarmantes afecta cualquier tipo de emprendimiento productivo.
Manejan los fondos públicos en forma absolutamente discrecional comprando voluntades y extorsionando a los que no piensan como el régimen y a los gobernadores.
El Estado está desquiciado y su accionar errático, incoherente y contradictorio, es rayano a lo antidemocrático, con proyectos fantásticos y faraónicos o a todas luces contrarios a los intereses del país.
El Gobierno miente, embauca, tergiversa, continúa negando la realidad y sigue empeñado en buscar a quienes culpar de los desastres que ellos mismos generan.
En definitiva, bajo el ropaje de un sistema democrático se esconde un régimen despótico, insólito e ineficaz que está llevando al país a una nueva frustración.
El mal humor social traducido por la preocupación, el agobio, la angustia, el temor, y la intranquilidad se evidencia en todos los niveles sociales, desde el más humilde trabajador hasta el más encumbrado empresario. El malestar, en todos los sectores, aflora cada vez en mayor medida.
Hay tantas torpezas y errores gubernamentales tan groseros, que es casi imposible pensar que alguien con un mínimo de sentido común pueda cometerlos.
Lo sucintamente expuesto, no es ninguna novedad o de desconocimiento de los argentinos. Todos lo palpamos a diario. La razón de haber recordado esta grave patología que sufre el país es simplemente exponer como nos ven el extranjero. Todo lo mencionado figura en la prensa y los medios extranjeros.
Y es así que ya varias teorías señalan que aún queriendo, es sumamente complicado poder realizar tal desquicio en el manejo del gobierno y de ahí nace una interesante teoría que cada vez cobra más fuerza en diversos medios.
Los Kirchner saben que han llegado a un punto de no retorno. Un callejón sin salida. Saben que los graves errores en su gestión no admite ninguna solución, salvo someter al pueblo argentino a drásticas y durísimas medidas económicas, que originarían protestas y levantamientos populares de consecuencias impredecibles. El gobierno está en una cuerda floja y con una debilidad absoluta.
Esa sería la razón para generar, adrede, una situación caótica, de un estado de generalizada anarquía, “que los obligaría a renunciar a sus cargos”.
No es desorientació n o ineptitud lo que está demostrando la pareja imperial. Es un fantástico y macabro plan maquiavélico que busca crear un ambiente popular de grave crisis desestabilizadora, que los obligue a abandonar el gobierno.
El objetivo de los Kirchner sería crear una convulsión popular para tener excusas para abandonar el poder y dejar el país desvastado y en llamas, en mano de los supuestos “usurpadores”. En definitiva, un autogolpe.
De esa manera crearían culpables del caos y desquicio, al cual endilgarle las culpas de todos los males y salvar su propia situación personal.
La permanentemente impostura, la desmesura, la sobreactuació n, las decisiones insólitas e incomprensibles y el énfasis teatral de sus decisiones gubernamentales avalarían esta increíble teoría.
De ello ser cierto los argentinos deberemos estar atentos para impedir la fuga de los Kirchner y el nefasto grupo de adláteres, de este increíble acto criminal en contra nuestra Patria.
El título de esta nota da por sentado el abandono de la pareja imperial del poder, pero se pregunta en que momento. (ref.2)
18-Ago-08
Dr . ALFREDO RAÚL WEINSTABL
alfredo@weinstabl. com.ar
miércoles, 20 de agosto de 2008
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