sábado, 24 de abril de 2010

REACCIÓN TARDÍA


Castellanos - 24-Abr-10 - Opinión

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ENFOQUE
Reacción tardía

por Ricardo Medrano
ricardo.g.medrano@hotmail.com

Hay determinadas ocasiones en donde actuar a destiempo es casi lo mismo que no actuar, la celeridad necesaria para subsanar errores o para marcar el camino correcto es indispensable para evitar cualquier suspicacia y para contribuir con el ejemplo al correcto funcionamiento de la sociedad en la que vivimos.

Hace una semana ciertas calles de Buenos Aires aparecieron empapeladas con cartelería alusiva a la falta de independencia de algunos periodistas del ámbito nacional. En medio de la encarnizada lucha que el gobierno mantiene con el grupo Clarín, ahora el ataque es hacia los profesionales de prensa que desarrollan su tarea en dicho Grupo.

Desde María Ruíz Guiñazú, hasta Nelson Castro, pasando por Morales Solá fueron todos difamados y amenazados por la cobarde mano del anonimato. No solamente se los acusó de dependencia a un grupo de poder, sino que se cuestionó la catadura moral de los mismos hasta se insinuó su servilismo para con intereses cercanos a la última dictadura militar.

Una semana después de los hechos se pudo escuchar, por fin, la voz de Pichetto, de Aníbal Fernández y Randazzo para repudiar la actuación de este grupo anónimo que casualmente comparte las premisas que el gobierno nacional pregona siempre que puede.

Aparentemente se tarda una semana en entender que los afiches anónimos, las acusaciones infundadas, esta nueva y peligrosa metodología de juicios expeditos y públicos no le son propios al accionar democrático.

La sensación que se generalizó en los medios de prensa es que el silencio oficial ante tamaño despropósito era una suerte de aval tácito a esta escalada de violencia verbal que se está viviendo en contra de los medios que sólo son culpables de informar, no sobre el mundo de fantasía en el que habita la presidente, sino del real, ese donde hay inflación, hay inseguridad, hay precariedad laboral y hay un escandaloso incremento de la pobreza.

A pesar de que el ejecutivo se empeña en decir que el gobierno prefiere una conexión directa con la población, sin utilizar a la prensa como medio, fallan en entender que lo que se logra así es hacer propaganda política y dista mucho de informar a la gente. La prensa es necesaria para despegar los actos de gobierno de cualquier intención proselitista y poner en perspectiva el desempeño de los políticos.

Acusar al mensajero por la pobreza del mensaje es no sólo mezquino sino también mal intencionado. El gobierno está obligado a defender este derecho, no sólo el de informar, sino el de permitir el flujo de información. Es por eso que una semana de silencio fue demasiado tiempo, es por eso que pocos creen en las disculpas tardías.

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