martes, 21 de septiembre de 2010
EL INFIERNO TAN TEMIDO
Por el Lic Gustavo Adolfo Bunse (21/9/2010)
No me mueve mi Dios…
para quererte…
el cielo que me tienes prometido.
ni me mueve el infierno tan temido…
para dejar, por ello…
de ofenderte San Juan de la Cruz
Como dijo Juan :
Ustedes 2 que se creen dioses… no vengan con promesas ni con amenazas.
Hace mucho tiempo recibían el desgastado nombre de “Factores de Poder”.
Ya no son factores de poder , ni siquiera son factores de la atención social.
Son apenas raídas instituciones… de una República dudosa.
Iglesia, Fuerzas Armadas, Contrapoderes (los medios de comunicación), Sindicatos, Congreso Nacional (Poder Legislativo), Poder Judicial, Uniones Empresarias, Corporaciones Industriales, Organizaciones Sociales, ONG’s, todo, sin excepción, es un andrajo institucional.
Con la única excepción de un sindicato mafioso que es funcional a sus intereses como herramienta de apriete hacia el resto, el gobierno tiene las relaciones cortadas con todos, o directamente se halla enfrentado a muerte.
¿ Cual es el destino de todo esto ?
¿ Cuanto tiempo se puede tener gobernabilidad en un país así ?
Para sobrevivir, sirve mucho, en mi opinión, ser escéptico… aunque hay que estar preparado para sufrir furiosos ataques y una fuerte discriminación social por ese enfoque… aún desde los que piensan como uno… pero que lo hacen con optimismo. El optimista suele ser algo intolerante.
Este matrimonio … va recto a un infierno. Y no es una exageración.
Tienen una entrevista pendiente con Lucifer.
Y nos llevan de la mano … a todos… hacia allí. Al infierno tan temido
Por eso, parece natural que traten de guardar rápido los cadáveres en el placard. Es por puro instinto de supervivencia.
Ya habrá tiempo para que alguien encuentre los muertos y jugarse el albur de que ese día… ya sean esqueletos.
Para lograr tal cosa, les fue menester tapar las puertas de las catacumbas y quemar incienso en el ágora. Fuman ahora azufre en el octavo círculo del infierno del Dante… y lo hacen en todas sus fosas.
Hacer denuncias con estrépito, tejer mil teorías conspirativas y acusar con parábolas malsanas a medio mundo. Desde la Iglesia, pasando por los empresarios hasta llegar ahora la Corte Suprema de Justicia… a quien decidieron desobedecer en forma abierta con deliberada insolencia.
Muy pronto sabremos en manos de quienes nos hallamos.
Veremos que son una cáfila… una caterva… una vulgar banda.
Hasta el pobre Lombroso, viendo todas sus caras, hubiese descubierto el primer día… la trapacería y la farsa de estos dos abigeos de la moral y la de sus secuaces… autores de todos los casos irregulares de la República
Cualquiera de esos casos … ha sido horneado en el mismo molde.
Sin esperar nada… Cesare Lombroso nos hubiese avisado que estaban por manotearnos la billetera. Que venían a timarnos… moral y materialmente.
No es necesario hacer demasiado análisis de psicología política, visto que han sido, son y seguirán siendo ellos (y nadie más que ellos) los dos autores exclusivos de las políticas públicas… de modo que resulta bastante fácil ver si campea en su conducta habitual aquello que se percibe como racionalidad ó irracionalidad política.
La sensación, se ha convertido hoy en convicción :
Nos están robando, mintiendo y estafando… a todos
Ya nos han sacado del contexto internacional.
Y cualquiera de ambos, por su impresionante y disfrazada falta de idoneidad puede terminar excluyéndonos también… hasta del sistema planetario.
Son demagogos del bar de la esquina puestos a conducir una República como si fuera una carretilla donde se carga el robo de las arcas del Estado.
La demagogia es una conducta típica de la irracionalidad política
Es el preludio de todos los fracasos y las calamidades.
Se puede advertir rápido en el modo en que cambian su moral para adoptar conductas infames.
Fugan de una moral a otra que les parezca “más conveniente” calzada como la cara en la careta… para hacernos víctimas de esta cabriola.
Migran como si fueran beduinos de la ética. Trashumantes de la verdad.
Puede verse cada día a la mandataria en su relación un poco más que romántica con la contemplación de sus propias imágenes… en estado de éxtasis.
Es algo que, en realidad, ha sido siempre un padecimiento secreto.
Una especie de “narcisismo de la exaltación ortopédica de los afectos populares” entre ella y las clases sociales que son pobres ó muy pobres.
La defenestración injusta y exagerada de la clase media, forma parte de esta comedia de calamidades (casi igual que las terribles miserias de “Las Ilusiones perdidas” en “La Comedia Humana” de Honorato de Balzac)
Y esa, tan falsificada fuerza de atracción hacia las relaciones con los grupos carecientes… parece potenciarse muchísimo cuando ocurren catástrofes ó calamidades de diversa índole.
La mandataria con su rostro en estado de derrumbe… ya descendió a otros avernos.
La demagogia, jamás puede desarrollarse en forma reservada, subrepticia ó anónima. La “gran trascendencia y visualización pública del acto” es la esencia del planteo demagógico por cuanto su destino es el impacto visual inmediato y directo entre el resto de la sociedad pobre.
Si los pobres ó indigentes constituyen como mínimo el 50 por ciento de la población, tanto mejor. Y por extrapolación… sería también mucho más conveniente empobrecer a más gente… muchísimo más gente… para que se produzca la repercusión en una mayor cantidad de almas que habrán así …de ver las cosas, aplaudirlas y sensibilizarse mucho frente a este tipo de acciones “heroicas” que desarrolla alguien que se pone las botas y finge que se embarra como ellos.
Alguien que parece proclive a renunciar al boato… así como al “calor” del pináculo del poder y que es capaz de ponerse la ropa de ellos, ropa pobre, besarlos, abrazarlos y llorar si hiciese falta.
El demagogo, decía Julio Cesar, es la mayor expresión de los farsantes.
El demagogo es un expropiador sutil del sentimiento del ignorante, que trabaja exclusivamente en la cornisa de la componenda que permite el equilibrio entre el “pseudo- riesgo” y la abnegación fingida.
No trepidan en calcular el impacto mediático que ha de provocar una acción piadosa de tal naturaleza, por lo cual son capaces del peor sacrificio.
Un demagogo es, en realidad, un tránsfuga de la moral, por cuanto desplaza su conducta ética hacia un lugar ectópico que no le corresponde en absoluto, y sólo movido por un interés personalísimo a partir de la suposición de impactarle fuerte a los ingenuos y a los de baja preparación intelectual.
La Princesa Alsacia dice que son la antípoda de la racionalidad política.
La racionalidad política se ha desarrollado e impuesto en todo el mundo a lo largo de la historia de las sociedades occidentales.
Aquí no.
Aquí, el descalabro, nos prefigura sólo una plena seguridad sobre que todo es inviable y sin remedio…
y que además, ya hay señales muy claras sobre que, todo lo que viene, ha de seguir cayendo hacia un infierno.
Hacia aquel infierno… el infierno tan temido.
Lic Gustavo Adolfo Bunse
gabunse@yahoo.com.ar
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