viernes, 17 de septiembre de 2010

QUEDAR AFUERA


LA ARGENTINA, ¿SE VUELVE A "QUEDAR AFUERA"?

Por Susana Merlo (*)

Durante una reunión académica reciente, un ex secretario de Agricultura, Lucio Reca, mostró técnicamente como la Argentina se había “quedado afuera del crecimiento agropecuario” durante 30 años, hasta el ’90. La medición, entre otras cosas, se refería a la utilización de fertilizantes que, mientras crecía geométricamente en el mundo, casi estuvo vedada en el país debido a las restricciones para importar este insumo.

Naturalmente, eso frenó el potencial argentino para producir más, especialmente, granos.
A pesar de eso, los espectaculares cambios operados en el mundo en materia de tecnología en los últimos años, junto a las inigualables condiciones agroecológicas y la capacidad de reacción de los productores locales, permitieron dar un salto cuantitativo de magnitud. De hecho, se mostró como mientras mundialmente la producción agrícola creció 5 veces, en la Argentina lo hizo 9.

Los datos son contundentes, de 1960 a 2010 se pasó de 10 millones de hectáreas con 25 millones de toneladas de producción, a 30 millones de hectáreas (3 veces más), con 90 millones de tn. de producción (3,5 veces más).

Pero, ¿Qué hubiera pasado si en lugar de 20 kilos de fertilizante por tonelada de grano producida, se hubieran utilizado los 50 kilos que aplica Estados Unidos?, ¿o si los niveles de protección económica en ese lapso se hubieran mantenido como hace 100 años, en 15%-17% que era también la protección que se aplicaba entonces en EEUU o Canadá?

¿Cuales hubieran sido las inversiones, y cual el desarrollo alcanzado?

Reca, hoy octogenario, señaló que “el cambio tecnológico es una forma de medir la ignorancia”.

También destacó que mientras en 1996 el lapso de diferencia en la adopción de la biotecnología más avanzada entre Argentina y los países líderes era de menos de un año, en la actualidad supera los 6…

Y que, por citar un ejemplo, se pasó de 40% de participación en el mercado mundial de carne (vacuna) a apenas 5%.

Poco para agregar.

Hoy, mientras los productores se alarman cada vez más por los cambios en las reglas de juego, y los inversores externos no solo no vienen, sino que se retiran muchos de los que están, el Gobierno plantea un Plan Estratégico Agroalimentario (PEA), que dicen que apunta a definir una política sectorial de mediano plazo (2016), pero sin solucionar ninguno de los problemas actuales que atraviesa la producción.

Llamativo que aparezca después de más de 7 años de Gobierno. Mucho más que ni siquiera pretenden dar alguna “señal” de corrección sobre los errores cometidos, reorientando las políticas hacia lo que ya está sobradamente demostrado que hay que hacer. Aquí y en el exterior.
Porque hay que decirlo, mientras Argentina seguía con sus medidas intervencionistas, regresivas, fracasadas, setentosas, el mundo seguía creciendo.

Y, aunque la tecnología permitió un salto cuantitativo, también los demás países aprovecharon esa ventaja. Así, la brecha con el resto se sigue haciendo más y más grande…

Ya no es sólo el caso Brasil, o Chile, o Paraguay, o Uruguay…También es China que, tras la disputa de principios de año, y a pesar de haber mediado un viaje presidencial en junio, dejó de comprarnos aceites y subproductos de soja y ahora compra más porotos que procesan directamente en el gigante asiático.

¿Y esta es la política de crecimiento, previsible, y de agregación de valor que se intenta hacer creer que se busca con el PEA?.

Obviamente, nadie cree eso .

Uruguay hace años que ingresa con carne a Japón. Argentina no lo logró y, ni siquiera pudo en 7 años reabrir el mercado estadounidense para este producto, el más emblemático del país.

Lo mismo ocurre con muchas frutas, con la lana, etc.

Pero lo más grave, es que siguen desapareciendo productores (7.000 tambos, 14.000 establecimientos ganaderos, 67.000 productores trigueros…)

Lo grave es que no hay nada que inventar. Sólo hay que mirar alrededor y hacer lo mismo. O también, mirar a la época de la Argentina fuerte, y reeditar esas políticas, sin los errores…

“La Argentina comenzó a crecer en 1860, dándole factibilidad fiscal a la Nación, y dejó de crecer en 1930” (Cortés Conde)

(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo de la Ingeniera Agrónoma Susana Merlo por gentileza de su autora y Campo 2.0.

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