martes, 21 de septiembre de 2010
RUMBO A LA VIOLENCIA
EL PAÍS RUMBO AL CAOS Y LA VIOLENCIA
por Alfredo R. Weinstabl
alfredo@weinstabl.com.ar
El ciudadano ya no se sorprende, pero cada vez está más angustiado. Se nota en el aire el clima de mal humor, incertidumbre y desconcierto. Es casi visible que el país está fuera de control, entrando en una anarquía creciente y pronunciada.
Pareciera que el matrimonio reinante que siempre conservó la iniciativa política en su desconcertante gobierno, muchas veces instalando problemas o temas casi risibles por lo absurdo o ridículo, ahora se encuentra en un callejón sin salida..
Se evidencia cada vez con mayor claridad que la situación general se está saliendo de madre y se está perdiendo el perverso control que hasta ahora tenía la gestión del matrimonio Kirchner, por la discrecionalidad que le daba el autoritarismo exacerbado que caracterizó su gestión.
La ineptitud y la pérdida del escaso liderazgo que tenía Cristina aunados a la enfermedad coronaria de su esposo hacen que las huestes kirchneristas se dispersen buscando horizontes más racionales y salir del estado de confrontación y conflicto permanente.
Pero el país ya se encuentra sumergido en un caos que los analistas predecían acertadamente.
Y como ya es habitual en los dos últimos mandatos presidenciales, esta situación tan negativa en que vive el país, se debe principalmente a la manifiesta incapacidad de los Kirchner de gobernar dentro del sistema democrático.
Desde que el Congreso Nacional comenzó a poner freno a tanta omnipotencia autoritaria del matrimonio presidencial, el “manejo discrecional de la estancia” se les complicó.
Pero Kirchner es reacio en reconocer la realidad. Siempre tuvo su propia distorsionada visión y actuó en consecuencia. Por ello sigue batallando y en su personal guerra contra todos, desconociendo la realidad política, va arrastrando al país cada vez más a un inmenso agujero negro.
Es así que las medidas y decisiones gubernamentales son cada vez más absurdas y ridículas y el daño al país es cada vez peor y más grave. Pero no están desprovistas de una maligna y perversa intencionalidad.
Por supuesto es cada vez más claro y evidente que el objetivo es no dejar el poder que les otorga impunidad.
Los Kirchner han reiterado tantas veces que ya es carne en los argentinos “…memoria, justicia y castigo…”. Y precisamente eso es lo que se va a hacer por la enorme cantidad de tropelías y disparates que han cometido. Los Kirchner no tienen escapatoria a los largos años de cárcel que les espera.
Dentro de sus últimos dislates, para tapar el escándalo de los negociados con Venezuela, instalaron el affaire de “Papel Prensa” y lograron prácticamente sacar de los medios la mega corrupción entre los dos países.
Y así un caso detrás del otro, en conflicto con todos los sectores del quehacer nacional. No hay sector que se salve: contra “Clarín y La Nación”, el campo, la Iglesia, los empresarios, los industriales, la clase media, en su círculo íntimo, contra la CGT de Moyano, los medios en general, las FF.AA., los jueces, la oposición, el peronismo disidente, el Poder Judicial y particularmente ahora, la Corte Suprema de Justicia.
También confrontan con países amigos que no “entienden” ni “comprenden” la lógica progresista de este gobierno. Es así que tenemos relaciones tensas con EE.UU., China y nuestros principales inversores europeos de la década pasada. A ello le debemos sumar ahora el conflicto en ciernes con nuestra hermana república de Chile, por la insólita negativa de Cristina de acceder a la extradición de un cruel asesino, terrorista y subversivo chileno, refugiado y radicado en nuestro país.
Como si todo esto fuera poco, su hasta hace poco sumiso delfín, el gobernador de la provincia de Bs. As., Daniel Scioli, fue duramente reprendido y denigrado públicamente ante una reunión partidaria. Un verdadero escándalo institucional.
Obviamente el hecho no causó mella en el ya famoso “felpudo” del ex presidente y de su mujer, acostumbrado al destrato y curtido en reproches, desplantes, humillaciones públicas, maltrato y vejaciones de la pareja presidencial. Un concreto ejemplo para la ciudadanía, de falta de dignidad personal y moral y ética pública de los dirigentes kirchneristas.
El país bulle en un descontrol apenas y difícilmente disimulado. La ciudad, en ocasiones parece una ciudad sitiada, cientos de cortes de avenidas y calles adueñados por piqueteros de todas las tendencias impiden la libre circulación, por reclamos de gremios y sindicatos y como si fuera poco, la absurda e injustificada manifestación de los estudiantes secundarios.
Empresas que son sitiadas y presionadas por el patoterismo del gremio de Moyano, coadyuvan al infierno general, ante un gobierno distraído y ausente.
En todas estas actividades se colige una peligrosa gimnasia revolucionaria que no entiende de leyes ni de respeto.
En vez de abocarse a las tareas de gobierno Cristina pierde tiempo con la malsana manía presidencial de hablar simplemente por hablar, utilizando la cadena nacional para hacer anuncios que por su escasa importancia, ni siquiera merecerían ser hechos ni por un secretario de Estado.
Sus decisiones y definiciones son cada vez más irracionales y disparatadas: el recurrente volver y revolver el pasado, en la manifestación de los estudiantes, simplemente para molestarlo a Macri, apoyó el reclamo estudiantil caldeando aún más el ambiente, en el conflicto entre la Corte Suprema de Justicia y la provincia de Santa Cruz instó al gobernador Peralta a resistir y desobedecer a la Corte el fallo referente a un conflicto que había originado el ex presidente 15 años atrás, en su negativa a conceder la extradición del asesino chileno que generará con Chile, un foco de tensión absolutamente innecesario, entre otros disparates que genera casi a diario.
Todo el accionar de la presidente, hace pensar que evidentemente debe tener algún desequilibrio serio, tal vez una falencia psíquica o física insatisfecha, que hace que la prudencia y moderación que debe tener un gobernante este total y notoriamente ausente.
Las embestidas contra las instituciones, los increíbles y permanentes atropellos a las normas de una sociedad organizada y la falta de racionalidad de sus decisiones, muestran a las claras una persona superada por los hechos, desquiciada, desesperada que echa mano a cualquier recurso sin medir las consecuencias.
Ese accionar absurdo, sin sentido y razonabilidad, genera, fomenta y caldea aún más el ya permanente malestar, la hostilidad, el mal humor general, los rencores y las tensiones existentes.
Máxime cuando los Kirchner han logrado dividir profundamente a los argentinos. Dividirnos ideológicamente y por intereses de otra naturaleza. Argentina está polarizada en muchos sentidos y por diferentes motivos. En esa situación, una sola chispa puede desatar la violencia popular. Nuevamente argentinos contra argentinos. Y cuando se desata la violencia popular los efectos suelen ser impredecibles y difícil de controlar. Nuevamente destrucción de bienes y muertes sin sentido.
¿Estaremos liderados por un matrimonio de irresponsables desequilibrados?
Si es así, el camino al caos y a la violencia está abierto.
Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL
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