CAMBIOS
Este fin de semana en Calafate el matrimonio presidencial va a discutir posibles cambios en el gabinete, a fin de acompañar el lanzamiento del acuerdo social a fines de mayo, con el cual Cristina Kirchner quiere retomar la iniciativa política.
Un escenario que se estudia a expensas de Alberto Fernández es el recambio total del gabinete, como se había pensado en octubre después del triunfo electoral.
Esta alternativa tiene pocas chances, porque Néstor Kirchner no quiere desprenderse ni de Julio De Vido ni de Guillermo Moreno, y tampoco Cristina acepta prescindir de Alberto Fernández.
La otra posibilidad sería hacer algunos retoques cosméticos, que involucren a la Cancillería, Defensa y el área de Salud.
FERNANDEZ
Alberto Fernández estuvo a punto de dejar el gobierno en la semana que pasó, luego de haber conversado del tema con Néstor Kirchner.
El ex Presidente le pidió que reconsiderara su decisión de alejarse de la gestión, porque más allá de ciertas diferencias que mantuvieron recientemente respecto del rumbo general que debe tomar el gobierno, Cristina se apoya permanentemente en Alberto y no quiere otra persona en ese lugar.
El jefe de Gabinete decidió finalmente quedarse en su lugar luego de que cinco ministros, entre ellos Jorge Taiana, Carlos Tomada y Graciela Ocaña, le plantearan que estaban decididos a irse también junto con él.
Ante la perspectiva de producirle un daño irreparable a la administración de Cristina, Fernández definió su continuidad, aunque está decidido a impulsar el alejamiento de Guillermo Moreno.
MINISTRO
Carlos Fernández tiene la orden de no aparecer durante esta semana y dedicarse a evaluar todos los temas que dejo pendientes el ex ministro Martín Lousteau.
Entre ellos, el Club de París. La intención es desactivar una propuesta que realizó, en nombre de Lousteau y sin aval político, el ex secretario de Finanzas, Hugo Secondini.
Había hecho una promesa por escrito al Club de París de un pago inmediato y al contado de 800 millones de dólares.
La iniciativa no tuvo nunca el aval de Cristina Fernández de Kirchner y fue rechazada por Néstor Kirchner.
Ahora, Fernández recibió la orden de retirarla y para eso tiene pensado argumentar que fue su antecesor quien, sin consulta política, cometió un grave error.
Y que ese gafe internacional fue uno de los motivos que le ocasionaron la salida del gobierno.
TREN BALA
Apenas Siemens anunció que impugnaría la adjudicación del tren bala al consorcio liderado por la francesa Alstom, el contraataque no se hizo esperar y pusieron bajo la lupa el convenio por el cual el gobierno de Fernando De la Rúa otorgaba a la firma alemana el reemplazo de los DNI por otros hechos de acuerdo con las normas internacionales.
Apurado está el lobbyng de los franceses para cerrar el trato con la Argentina para realizar el proyecto del tren de alta velocidad, sobre todo luego de que el banco Societe Generale, en apremiante situación por la crisis subprime, dejara su lugar al Natixis y de ese modo cubriera la necesidad de financiamiento planteada por la compañía constructora Alstom Transport SA IECSA.
La vuelta que el ex ministro Martín Lousteau le había encontrado a la operación consistió en garantizarle a la entidad incorporada a último momento la colocación de la deuda en el mercado, con títulos por 2.150 millones de pesos.
Del apuro galo por finiquitar el negocio da fue la presencia en el país durante el fin de semana último del director de Alstom, Patrick Kron.
MERCADOS
El repunte de los mercados al iniciarse la semana fue producto de la acción de un grupo de fondos de inversión vinculados con el gobierno, que salieron a comprar bonos para mostrar un rebrote de confianza en la orientación que se le daría a la gestión económica tras el alejamiento del Martín Lousteau del Palacio de Hacienda.
La orden presidencial de desactivar toda la estrategia que llevaba a cabo el ex ministro ante los organismos financieros internacionales incluyó forzar el reposicionamiento de los títulos desmoronados el viernes, tras conocerse el reemplazo de Lousteau por un funcionario técnico que reporta directamente al ex Presidente Néstor Kirchner.
LOUSTEAU
Muy mala fue la salida de Martín Lousteau del gobierno. El ex ministro de Economía quedó envenenado y llegó hasta a amenazar a ex colaboradores que fueron ratificados por Cristina Kirchner.
Si bien su relevo estaba decidido desde hace algunos días, Lousteau intentó armar una movida mediática, aconsejado por un columnista de un tradicional matutino, pero sólo logró que el gobierno lo acusara de todos los males.
Lousteau tuvo su partida de defunción cuando semanas atrás se distanció políticamente de Alberto Fernández y buscó cobijarse en el entorno de Julio De Vido, primero, y de Carlos Zannini después. En ambos campamentos lo rechazaron y por eso procuró retomar el vínculo con Fernández.
Pero su suerte estaba echada, a punto tal que la Presidenta Cristina Kirchner se negó a recibirlo el día de su renuncia y le mandó a decir que se la alcanzara por escrito.
SUBSIDIOS
En medio de la polémica por la redistribución del ingreso, algunos analistas advierten que en el 2008 continuará la tendencia creciente en la proporción del gasto público destinado a subsidios, que actualmente se ubica en el 44% del total.
Según estos estudios, el crecimiento del gasto público en el país, que resulta vertiginoso desde la salida de la crisis del 2002, es explicado casi en su totalidad por los crecientes subsidios a empresas de transporte ferroviario y automotor, energía eléctrica y productores de algunos alimentos.
Esta mecánica se acelerará en el futuro inmediato, considerando especialmente los mayores subsidios que se derivarán de la solución al conflicto con el campo.
Frente a este proceso, los especialistas plantean dudas desde la perspectiva de la sostenibilidad de las intervenciones públicas, pero el peor cuestionamiento consiste en que estos subsidios no mejoran la distribución del ingreso.
Al respecto, argumentan que, como el consumo de alimentos, electricidad y transporte crece con el nivel de ingreso de las familias, los precios y tarifas artificialmente bajos terminan beneficiando principalmente a los hogares de ingresos medios y altos.
COPARTICIPACION
Según confiesan a sus allegados, senadores de distintas provincias están esperando el momento político y económico oportuno para lanzar públicamente la reapertura de la discusión sobre la coparticipación federal de impuestos, mientras algunos especialistas advierten sobre el constante aumento de la brecha entre coparticipación y recaudación. La movida cobró nuevo impulso en los últimos tiempos, a partir de que resulta cada vez más evidente el deterioro relativo del flujo de fondos que reciben los Estados del interior.
Si se consideran los últimos 20 años, la proporción de recursos tributarios que la Nación transfiere a las provincias, a través del Régimen Federal de Impuestos, nunca fue tan baja como en el año pasado, según los datos que aportó al debate el Centro de Estudios Federales, una ONG sin fines de lucro encabezada por la economista Silvina Batakis. Resulta que la relación entre los recursos coparticipados y la recaudación nacional neta fue de 26,3%, cuando dicha proporción era de 31,5% en el año 1987.
A fin de redoblar la apuesta por la reforma de la ley, que sigue pendiente desde 1994, los legisladores acordaron hacer eje en el argumento de que, después de cinco años de crecimiento económico ininterrumpido, la participación en el Producto Bruto Interno de los recursos que reciben las provincias se mantuvo estable, oscilando apenas entre 5% y 6% del PBI.
Por lo tanto, precisan que la brecha creció del 11,5% del PBI en el año 2001 al 18,7% en el 2007.
ELECTRICIDAD
En la Secretaría de Energía ya están analizando hace unos meses algunos proyectos alternativos para la generación de electricidad por fuentes no convencionales, como el lignito o la biomasa.
La idea es tener listo un “plan B” en el caso de enfrentar un panorama complicado en el futuro inmediato.
El lignito es una variedad de carbón mineral que tiene menos calorías y está más profundo, por lo que no era explotable económicamente hace unos años, pero la situación cambió con los actuales valores del gas.
Las abundantes reservas de lignito, concentradas en la provincia de Santa Cruz, podrían generar unos 500 megavatios (alrededor del 3% del parque térmico) continuadamente durante 3.000 años.
Ahora falta establecer con claridad cuál es el costo de esa minería.
Los técnicos también están estudiando el verdadero potencial de la biomasa que queda de la cosecha de granos (conformada por residuos, paja, cascarillas, y bagazo), y ya calculan que podría ser equivalente, si se mide en calorías, a todo el petróleo que produce el país naturalmente.
Aunque no pudiera aprovecharse toda la biomasa, toman el caso de una central que hay en España, en la zona de Navarra, que quema 25 mil kilos de paja de trigo.
Con la misma eficiencia, se podrían poner en funcionamiento 5.000 megavatios de paja de trigo en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo.
E incluso podría pensarse, en algunas zonas del país, en el uso de residuos forestales para generar energía.
TECHINT
Como un balde de agua fría cayó en el país la posición venezolana en torno del valor de compra de Sidor, perteneciente al grupo Techint. La propuesta apenas fue de un tercio de lo conversado originariamente.
Sucede que descontaron del precio deudas ambientales, lo mismo que las consecuencias de haber dilatado por un año y medio el contrato colectivo de trabajo y hasta un pasivo con PdVSA por la provisión de gas.
Así, tomando en cuenta lo que pagó Tenium por la privatización de la planta siderúrgica venezolana, 1.200 millones de dólares, le sacaron una tasación de 800 millones, que sería lo que Hugo Chávez estaría dispuesto a desembolsar por la reestatización.
Desde el gobierno argentino ya le anticiparon a Techint que es muy poco lo que pueden hacer frente a la determinación del gobierno bolivariano, lo cual coloca a las relaciones entre la administración de los Kirchner y el grupo siderometalúrgico en su peor momento desde que Roberto Lavagna fuera desplazado del Ministerio de Economía, en 2005.
SCIOLI
Las internas que cruzan la gestión de Daniel Scioli amenazan con paralizar a un gobierno que no las tiene todas consigo.
Se desató una disputa permanente de poder entre dos bandos: uno comandado por el jefe de gabinete provincial, Alberto Pérez, y otro por el hermano de Scioli, Pepe, a cargo de la secretaría general bonaerense.
Los ministros responden a uno o a otro y eso genera un entorpecimiento de la administración.
A la vez, Scioli se ve tironeado por la Nación y por los intentos de vaciarle su gobierno de funcionarios para que vayan a prestar servicio en la administración nacional.
El gobernador se plantó cuando el nuevo ministro de Economía, Carlos Fernández, pidió a Alejandro Arlía, subsecretario de Asuntos Municipales, para el lugar de viceministro.
En cambio, con Santiago Montoya la cuestión fue diferente.
El recaudador bonaerense nunca fue un candidato en serio para la AFIP, porque no tiene una gran consideración de parte de Néstor Kirchner y se lleva muy mal con el nuevo ministro.
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