martes, 29 de abril de 2008

PRIMERO DE MAYO

En este día pienso en aquellos que comenzaron a forjar este gran país, que dieron cada gota de sudor por él con el orgullo del trabajo honesto y productivo. En los que hicieron y hacen Patria en los más recónditos lugares, civiles y uniformados; en los que están en la Antártida. Pienso también en los descamisados de Evita, las plazas repletas de Perón. En el que cada mañana aún a oscuras y bajo cero toma un colectivo, luego el tren y otro colectivo para llevar honradamente el sustento a su hogar. Abogados, médicos, periodistas, tantos profesionales silenciosos en los que el trabajo se ve superado por la vocación. Y me duele tanto pensar que también está el funcionario en su cómodo sillón, pies sobre el escritorio que decide si hará algo para que mi verdadera Identidad me sea restituida o no; o aquél que en plena época laboral se toma unos días en Miami o Brasil; quienes brillan ostentando lujos materiales pero opacan un cargo de jerarquía; diputados y senadores que se toman todo el tiempo del mundo para elaborar proyectos a favor de las víctimas del tráfico de niños y nunca los concretan pero raudamente aumentan sus sueldos; los que no contestan, los que no me reciben, los que no me quieren ver y acá estoy, existo; los que se ofenden con mis cartas mientras sigo sin saber cuándo y dónde nací y me condenan a mendigarles por un derecho legítimo que me corresponde a mí y a tres millones de argentinos. No, hoy no hay que pensar en ellos, no hacen honor al día.

Graciela Palma (ciudadana sin identidad) DNI 16.496.527

palmagraciela@gmail.com

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