El modelo de acumulación de poder de los Kirchner es claro: confrontación, compra de voluntades, división de los adversarios y de nuevo confrontación.
Luis Cristian Vanella
Presidente de la fundación “A Puertas Abiertas”
Hasta antes del paro agropecuario, algunos analistas políticos cordobeses afirmaban que los datos macroeconómicos indicaban que era imposible una grave crisis en nuestro país.
Es evidente que ha habido un error de lectura de la realidad por parte de aquellos que pensaban esto.
Será bueno para todos, empezando por el bien de nuestra comunidad cordobesa, que se abra un debate sincero y no ideológico de lo que estamos viviendo y las posibles proyecciones. Es una deuda para con nuestra sociedad. Nos encontramos ante una situación difícil. Ahora que es evidente para todos, se hace imprescindible reconocer los propios límites en los análisis sin repetir el mismo esquema de comportamiento que ha llevado al error. Decía Albert Einstein que es contraproducente intentar resolver un problema con el mismo esquema que lo genera.
La soberbia intelectual, basada sobre preconceptos, reduce toda la realidad a algunos factores que la componen. Es como mirar a través del agujero de la cerradura y tener la pretensión de estar viéndolo todo y, como remate y sin dudarlo, descalificar al interlocutor con motes ideológicos. Además del daño, también la burla.
Lo peor que podría pasar es que los generadores de opinión que se han equivocado, muchos de ellos honestamente, atribuyesen lo que nos ocurre a alguna conspiración golpista, colaborando con la gran cortina de humo que desde el Gobierno nacional, y desde casi todos los gobiernos provinciales, se levanta. Porque podemos equivocarnos, pero perseverar en el error ante la evidencia se hace sospechoso, diabólico.
Preconceptos e improvisación. En Argentina, todo lo institucional público y/o privado, incluyendo en esto lo político, económico, cultural y todos los rubros que conforman la sociedad, han demostrado una incapacidad de análisis y gestión asombrosas; caracterizados todos por la autorreferencialidad. La razón de esto la encontramos en los preconceptos de los protagonistas y, en muchos casos, en la improvisación.
Esta crisis está dejando un saldo positivo, ha instalado en la gente los temas fundamentales para el país: el federalismo como instrumento inteligente de distribución de la riqueza y un Plan Estratégico de Desarrollo.
A este respecto, los comportamientos del gobernador Juan Schiaretti y de su vice, Héctor Campana, han producido diferentes lecturas. Pero, independientemente de ellas, la realidad es una: nuestros representantes no son víctimas del poder central ejercido a través de un arbitrario manejo del dinero público, que viola la Constitución Nacional. Más aún, no sólo no son víctimas sino que son cómplices. Pues esa modalidad de manejar el dinero de la comunidad es el mismo esquema que les ha permitido el control de nuestra provincia.
Schiaretti puede nutrir antipatías por la actual Presidenta, pero hacerlo aparecer como un tibio opositor a Cristina Fernández de Kirchner es una falta de respeto a la dignidad intelectual. Recordemos que el Partido Justicialista cordobés ha enviado en apoyo a Néstor Kirchner para que sea presidente del PJ, 20 mil firmas.
El poder, que se manifiesta con dinero e impunidad, cohesiona como el mejor de los pegamentos.
Asimismo, el Gobierno de la provincia de Córdoba personifica teatralmente un reclamo que tiene que ver con los subsidios que el Estado nacional daría a aquellos productores que se encuentren a más de 400 kilómetros del puerto, subsidio al cual los productores del norte cordobés no tendrían derecho.
Esta actitud de nuestros representantes, que reclama sobre un aspecto de la decisión unilateral del Ejecutivo nacional, da por descontado que se acepta el incremento de las retenciones, motivo por el cual los productores, con el apoyo de buena parte del interior y de las ciudades, salieron a cortar las rutas.
Ahora bien, si el partido de gobierno en Córdoba apoya claramente al ex presidente, cabe preguntarse por qué algunos analistas políticos no ven estos hechos. ¿Por qué lo hacen aparecer como un tibio opositor? ¿Será eso lo que les dice el mismo Juan Schiaretti? Y los analistas, abandonando el principio aristotélico de la evidencia, ¿cómo pueden creerle?
La comedia se repite. Si fuese la primera vez que esta comedia se representa, con hermosa atmósfera y con actores nuevos, podríamos entenderlo pero, ¿desde hace cuánto tiempo se repite la misma obra, con la misma escenografía y los mismos actores?
¿Hasta qué punto las ideologías nos hacen creer lo que no existe y nos hacen negar lo que sí existe?
El modelo de acumulación de poder de los Kirchner es claro: confrontación, compra de voluntades, división de los adversarios y de nuevo confrontación. Con este método han logrado todos los éxitos posibles en el ámbito político y económico, ¿Por qué tendrían que modificar el esquema que les garantizó excelentes resultados?
La parodia del diálogo, un diálogo que en la realidad el Gobierno nunca quiso pero que proclamó para dividir, está llegando a su última parada. En un clima enrarecido estamos llegando al 2 de mayo, fecha en la que se retomará el conflicto en toda su magnitud. Veremos cortes de ruta y, por qué no, la rebelión fiscal. Y la rebelión fiscal es el instrumento más eficaz contra los depredadores en el poder, pues a quienes nos gobiernan no les interesa nuestra humanidad; les interesa la riqueza que genera la comunidad. Para ello corrompen, para ello siembran el odio y la división.
© La Voz del Interior
ARGENTINA TRANSPARENTE
lunes, 28 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario