PRESIDENTA, SÁQUESE LA SOGA DEL CUELLO
Por el Dr. Alfredo Raúl Weinstabl
Independientemente de los errores que pueda cometer la presidente en sus decisiones en la gestión de gobernar un país tan problemático como el nuestro, tiene cuatro aspectos que le cuelgan de sus hombros como si fueran pesadas bolsas de arena, un verdadero lastre, que opacan y enturbian la situación del gobierno y su propia imagen.
Desdibujan y manchan su gestión hasta limites tales, que en apenas cuatro meses, ha bajado un porcentaje de aceptación popular tan grande, que creemos que no debe tener antecedentes similares en otros presidentes argentinos.
Estos lastres de la presidente, son cuatro personas que son repudiadas por la gran mayoría de los argentinos. Ellos son:
· Luis D´Elia: El obeso, verborrágico y violento piquetero que representa al individuo anárquico, que hace lo que le parece, sin ninguna consideración si su accionar vulnera o se contrapone con la ley o las políticas vigentes. El individuo agresivo que toma la ley en sus manos y la pretende aplicar siguiendo su personal criterio.
· Hebe de Bonofini: Es la materialización del odio, del rencor, del resentimiento y como si fuera poco, del sin sentido y de la sin razón.
· Guillermo Moreno. Es el símbolo del autoritarismo, de la prepotencia, del patoterismo, de la amenaza y de la intolerancia.
No creemos necesario detallar los numerosos hechos y situaciones en los cuales estos individuos participaron como actores centrales, ya que seguramente son conocidos por los lectores por haber sido ampliamente difundidos en su oportunidad por la mayoría de los medios.
Estas tres personas representan el lado más negativo de este gobierno. No existe dentro del espectro político de nuestro país, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, alguien que pueda admitir o tolerar semejantes conductas, símbolos diametralmente opuestos de lo que debe ser la democracia como sistema político. Dentro del gobierno destellan como una luz roja que alerta lo que no debe ser o hacerse en un país democrático. Pero no solo en el plano interno, sino también en el internacional. Por supuesto con el consiguiente descrédito y perjuicio a nuestra Nación.
Pero sin dudas el contrapeso más fuerte y pesado que tiene la presidente, lo constituye su propio esposo: el ex presidente Kirchner.
La primera pregunta que surge es quien gobierna ¿Cristina o el ex presidente? Lo que en los primeros meses se mencionaba simplemente como una posibilidad, ahora es cada vez más evidente lo del “doble comando”. Cualquiera que haya estudiado o esté familiarizado con dirección de empresas u otros temas relativos a organización, sabe que la responsabilidad final de las decisiones debe recaer en una sola persona. Es claro que no es este caso.
Pero lo más preocupante del Sr. Kirchner es su falta absoluta de flexibilidad, su incapacidad de diálogo, su inoperancia en construir consensos. Su exagerado autoritarismo, su desprecio a las normas más elementales de la convivencia y del liderazgo.
Kirchner es la representación viva del miedo, la corrupción y el clientelismo. Nunca intentó siguiera el diálogo. Siempre lo rehusó. Es que simplemente, no tiene respuestas a tantos interrogantes que tienen los ciudadanos.
En su discurso de barricada en el día de ayer en Ezeiza, mostró lo único de lo que es capaz. Agredir, humillar, insultar, descalificar. En vez de propiciar el diálogo y el consenso optó por aumentar los niveles de la confrontación. Con su forma arrogante de referirse al conflicto del campo y su venenosa ironía lo único que consiguió es echar más leña al fuego.¡Echar leña al fuego en medio de la tregua que se había pactado! ¡No puede haber torpeza mayor!.
En vez de pacificar, tender puentes, en vez de calmar los espíritus, de bajar los decibeles del problema, de enfriar los ánimos, en fin, de todo lo que cualquier persona normal hubiera hecho, y más aún un líder, este curioso y controvertido personaje hace todo lo contrario.
Para todo aquel que tenga un poco de perspicacia ese comportamiento significa ni más ni menos el temor y la posición de extrema debilidad del gobierno. Y la debilidad proviene por haber transitado por un camino totalmente erróneo. Kirchner responde como ya es su costumbre: o se refugia y esconde en Calafate o pasa a la agresión.
Lo que está consiguiendo es la división de los argentinos. Está enfrentando argentinos contra argentinos. Está propiciando una lucha de clases. ¡Cuanta impericia y grosera y torpe maniobra!
¿Buscará un auto golpe de Estado, ya que ve que el país ha entrado en una encrucijada sin salida? Todo es posible en esa mente enferma y desequilibrada.
Por eso le sugerimos a la presidente que se deshaga y se despegue de estos nefastos personajes. El hacerlo posibilitaría que se saque la cuerda del cuello que indefectiblemente de seguir este camino, terminará de ahorcarla, precipitando su caída del gobierno. Debería por todos los medios volver a la normalidad y estabilidad institucional evitando las agresiones y retomar el camino del diálogo que es el único que se concibe en una democracia para la resolución de conflictos.
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