domingo, 22 de marzo de 2009

CALLEJON SIN SALIDA


Crece la incertidumbre y parece que se marcha hacia un callejón sin salida

por Hugo Grimaldi (DyN)
"No, señora presidenta. Usted está equivocada si cree que nos va a convertir en Cuba o Venezuela."
La impactante advertencia, vociferada desde una tribuna, llegó el viernes por la noche como colofón de un período de siete días que resultó ser una trituradora en materia informativa y que dejó sin aliento al oficialismo, a la oposición, a los observadores y a la gente politizada.
En cuanto a poner a Cuba y a Venezuela como meta de ciertas políticas gubernamentales, nunca antes se había llegado tan lejos y descarnadamente.
Para calibrar su alcance, hay que dejar en claro que la ovación que se hizo sentir al final de tamaña frase no resonó en uno de los salones del Jockey Club. También hay que saber que quien descargó semejante arenga tampoco era uno de aquellos odiados neoliberales de los '90 y ni siquiera un conspicuo socio de la Sociedad Rural sino un miembro de la insospechada y otrora libertaria Federación Agraria.
Con ese grito de guerra, dicho a la vera de la ruta 14 y en presencia de chacareros rojos de rabia --que poco tienen que ver con los "piquetes de la abundancia" o con las "patronales rurales" y que se sienten verdaderamente humillados por el poder--, Alfredo de Angeli había desnudado el meollo del conflicto campo-gobierno: la gran pelea es por ver quién asigna los recursos.
De un lado, está el ruralismo, sus dirigentes de todo pelo y color y los intendentes de pueblos que se están deshilachando. Radicales cordobeses, peronistas bonaerenses y socialistas de Santa Fe. Todos tienen un discurso único. No se puede pensar de ninguno de ellos que estén inmersos en una conspiración para reinstalar los principios del consenso de Washington, aunque los Kirchner sí lo creen.
En la vereda de enfrente, está el gobierno --como autodenominado custodio de la rentabilidad de los sectores--, que juega el partido desde su propia visión, con argumentos mitad ideológicos y mitad prácticos. Lo ideológico está en el rechazo a ultranza de cualquier clase de derrame asignado por el mercado y en la reivindicación del rol del Estado para fijar, dirigir e intervenir en todo cuando dé vueltas por allí. Lo pragmático se entronca con la experiencia política que adquirió Néstor Carlos Kirchner, desde sus tiempos de intendente de Río Gallegos, con la sumisión como socio principal: sabe que todos van al pie de quien maneja la caja.
El deterioro fiscal de la Nación --y, sobre todo, de las provincias, reflejado en que algunas habían amenazado con emitir bonos propios para usarlos como monedas locales (cuasimonedas)--, sin embargo, parece ser tan grave que se transformó en el punto más débil de la administración y deja abiertos los interrogantes sobre el futuro inmediato.

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