domingo, 15 de marzo de 2009

SABADO EN OLIVOS




La Presidenta Ignoranta tuvo otro encontronazo con sus asesores. Fue después del almuerzo. Le repitieron, por enésima vez, que no le conceda al Presidente el rol de vocero.

El Asesor Cercano repite el diálogo en un café de Recoleta. Señora, usted insiste en quedar mal. La Presidenta Ignoranta aceleró el paso hacia su dormitorio. Dijo que no la molestaran más. El Asesor Cercano le dijo algo antes. ¿No acordamos que no tiene que hablar de diálogo y reconciliación mientras no resuelva el problema del vicepresidente Cobos?

Antes de que la Presidenta Ignoranta se encerrara con su botiquín particular –es lo que hace cada sábado–, el Asesor Cercano le dio un ultimátum. No le vamos a decir ahora que todo su anuncio de la reforma electoral fue un enorme paso en falso. ¿Pero para qué nos paga si hace lo que quiere?

Mavrakis y Valdés

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