martes, 7 de septiembre de 2010
MACAYAMARQUISMO
EL "MACAYAMARQUISMO" DE LA POLÍTICA
Las personas con responsabilidades no han sido obligadas a ocupar los lugares que ocupan; están allí porque han querido estar. Una vez que llegan no pueden ocultar sus deberes detrás de las ropas de los comentaristas, como si estuvieran viendo un partido que no juegan.
Por Carlos Mira (*)
Sobre el fin de la semana, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, dijo que “cuando se dice que ‘la Justicia lenta no es Justicia’, es verdad”. Está claro que el juez más importante de la República no ha descubierto nada nuevo. Preocuparía que haya tenido que llegar al lugar que ocupa hoy para darse cuenta.
Pero lo que causa mayor asombro no es eso, lo que llama la atención es que Lorenzetti no se haya dado cuenta de que no es un Enrique Macaya Márquez de la política, siempre presto para hacer un comentario sobre hechos que protagonizan otros. En este caso, Lorenzetti es EL protagonista, él mismo está en la mejor de las posiciones para hacer algo respecto de lo que motiva la queja de su comentario.
Está claro que los demás poderes, en especial el Ejecutivo, tienen responsabilidad en la lentitud en la medida en que no designan jueces para los Juzgados vacantes, no acondicionan la infraestructura de funcionamiento de la Justicia a un mínimo de decoro que corresponda con los tiempos que se viven, etcétera, etcétera.
Pero, el Poder Judicial y la Corte en particular también contribuyen como nadie a que la lentitud prive de Justicia eficaz a los ciudadanos. Tomemos por ejemplo el caso de la Ley de Medios Audiovisuales que el tribunal tiene bajo estudio. La Corte tiene en sus manos dilucidar la constitucionalidad del artículo 161. Se trata de una decisión bisagra en todo el entuerto al que el gobierno ha sometido al país desde hace más de dos años (no por la antigüedad de la ley, sino por la fecha en que se inició la guerra con Clarín, que, a la postre, motivó dicha iniciativa de Kirchner).
Muy bien, ¿qué espera para expedirse?, ¿cuál es la tremenda complicación que tiene el estudio de algo tan sencillo como comprobar que la ley es retroactiva y por tal motivo declararla inconstitucional?, ¿cuáles son los tremebundos tratados interminables de Derecho Comparado a los que la Corte debe abocar su estudio para resolver semejante simpleza? La sola consulta con un manual de Introducción al Derecho (podríamos recomendar el de Enrique Aftalión, Fernando Garcia Olario y José Vilanova) bastaría para resolver esta cuestión de un plumazo.
Se dice que como poder político, que también es, la Corte debe contemplar las cuestiones involucradas e ir con cuidado. “¿Contemplar las cuestiones involucradas e ir con cuidado?”, ¿qué demonios quiere decir eso?, ¿acaso que la Corte tiene que ir “muñequeando” el caso para no ser categórica en su decisión?
Si fuera así, Lorenzetti podrá quejarse de la lentitud de la Justicia, pero el poder que preside tendría un problema mucho más grave que ese: en ese caso el Poder Judicial estaría esquivando la incomodidad de ejercer su trabajo como la Constitución le manda.
El país en gran medida se encuentra en el estado en que se encuentra por pusilanimidades como ésta. “No, la Corte no puede ir a semejante choque…”. ¿Cómo que la Corte no puede ir a semejante choque?, ¿para qué está entonces?. “No ir a semejante choque”, ¿implica no declarar la inconstitucionalidad de una ley claramente retroactiva?. Entonces, que nos tapen con diarios… De nada servirá una Justicia rápida con semejante nivel de cobardía y “ubicuidad”.
Las personas con responsabilidades no han sido obligadas a ocupar los lugares que ocupan; están allí porque han querido estar. Una vez que llegan no pueden ocultar sus deberes detrás de las ropas de los comentaristas, como si estuvieran viendo un partido que no juegan. Macaya Marquez hace bien su trabajo porque de traje y corbata marca los errores que advierte en una jugada. Pero no podría hacer eso sí, vistiendo los cortos, debiera resolver lo mejor para evitar o para marcar un gol. Allí él sería el protagonista de la situación y debería actuar no comentar.
Ojalá Ricardo Lorenzetti advierta rápido (tan rápido como reclama que sea la Justicia) su cambio de roles y vuelva cuanto antes a ocupar el que la Constitución le asigna.
(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo de Carlos Mira por gentileza de "Economía para Todos"
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