sábado, 4 de septiembre de 2010

POR UNA MUÑECA


POR UNA MUÑECA

por Raquel E. Consigli y Horacio Martínez Paz

Fueron noticia durante la votación en el senado sobre el mal llamado "matrimonio igualitario" las ausencias claves que favorecieron que la norma fuera aprobada.

Entre ellas, dos senadoras que se habían manifestado contrarias a la norma, pero que aceptaron la invitación de la presidente para viajar con ella a China cuando debían presentarse en el recinto para la crucial votación.

Una de ellas fue la senadora por Santiago del Estero, Ada Rosa Iturrez de Cappellini. Es de hacer notar que la legisladora es la esposa del intendente de la ciudad de Ojo de Agua, quien está seriamente sospechado de malversación.

En esta época abunda el nepotismo en todos los niveles de gobierno, incluido el estrato sindical, y se considera al poder político como un bien ganancial.

Recientemente, la senadora Cappellini respondió en una entrevista radial:
"La señora presidenta tuvo la deferencia de invitarme al viaje como un reconocimiento a mi militancia peronista de toda la vida. Yo recibí mi primera muñeca de las manos de Eva Perón y siempre fui peronista. ¿Usted sabe lo que significa que la presidenta de todos los argentinos la invite a una a subirse a su avión…? ¡Cómo voy a despreciarlo!”.

Curiosa manera de intentar justificar lo injustificable por parte de una senadora de la Nación. Ella fue electa para debatir y votar en la cámara alta, y para ello los argentinos le estamos pagando un elevadísimo estipendio.

Habrá recibido su primera muñeca de manos de Eva Perón, pero no puede ignorar que el costo de aquel juguete fue pagado por todos los argentinos, y no por la esposa presidencial de aquellos años.

También se equivoca cuando dice que la presidente la invitó a subir a "su" avión. El avión pertenece al patrimonio de los argentinos y no al presidente de turno.

La tentación de sentir propios los bienes públicos no es algo nuevo en la política argentina, pero nunca como ahora se ha hecho tan patente.

Nosotros hemos estado en contra de la ley de matrimonio homosexual, no por un prurito religioso, sino por el respeto al derecho natural. Nos hubiera gustado que dicha senadora hubiera cumplido con su deber, aunque votara a favor de la norma.

También esperábamos que varios otros senadores, entre los que había ex presidentes y ex gobernadores, permanecieran en sus bancas en el momento de votar.

Era nuestro deseo, además, que un senador por nuestra provincia cumpliera con sus declamaciones de campaña y no terminara borocotizándose como lo hizo, con su clásico y exagerado histrionismo de cuentista cómico cordobés.

Nos aflije ver qué baratas están las conciencias. Una muñeca, un viaje, alguna promesa, algún negocio, "zafar" de alguna causa en la justicia, etc., son claros ejemplos de la chatura de la clase política argentina actual.

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