sábado, 4 de septiembre de 2010

LOS REPUGNANTES


La insolente prepotencia de las democraduras

por José Brechner

El autoritarismo y la prepotencia de los gobernantes progres están llegando a niveles insoportables. Si no fuese porque las derechas son productivas, cultas y reflexivas, amantes de la paz --a diferencia de quienes ostentan el poder-- ya hubiesen surgido movimientos sediciosos.

Hoy, los ciudadanos son víctimas de la represión gubernamental tal como lo fueron en el pasado bajo las dictaduras militares, pero bajo el disfraz de una falsa democracia, digitada principalmente con dinero y prebendas.

El autoritarismo de Hugo Chávez, Evo Morales y la dupla Kirchner, está al borde de hacer derramar el vaso. La hipocresía de estos presidentes socialistas y su cohorte de serviles sinvergüenzas que los defienden mientras se llenan los bolsillos de millones, es uno de los fenómenos políticos más repugnantes e insultantes que hemos vivido.

Existen diversas formas de violencia que pueden ejercerse desde el estado. La física es fácilmente distinguible, pero la económica y la social tienen características más sutiles.

Violencia física proveniente de las altas esferas gubernamentales se está sufriendo en Venezuela y Bolivia, donde los asesinados por los secuaces de los gobernantes superan en número a todos los que cayeron durante las dictaduras. También están los que se mueren de enfermedades y de hambre, que sin ser agredidos directamente, no pueden sobrevivir a la fabulosa bonanza producida por el socialismo retrógrado.

La violencia económica la ejercen nacionalizando toda corporación que les puede beneficiar personalmente. Si no pueden llegar a tanto, como en la Argentina, el estado inventa métodos para limitar la libertad económica y de trabajo. Es el estilo de la dinastía Kirchner. Tratan de destruir las empresas que no se someten a sus intereses.

La violencia social está en manos de los piqueteros. Exaltados cómplices del terrorismo internacional, que bloquean caminos y destruyen la propiedad pública y privada so pretexto de defender sus derechos, sin importarles los de los demás. En Bolivia invaden y asaltan casas, estancias y empresas de las que se apoderan sin que nadie los detenga.

Los gobiernos en vez de defender a la mayoría de la población que es víctima de estos vagabundos, los protegen y mantienen porque son sus socios. Ser manifestante es una profesión remunerada.

La violencia contra la libertad de prensa es de lejos la más común, porque es a la divulgación de la verdad a lo que más temen. Si no pueden controlar los medios, los cierran o tratan de impedirles seguir operando. El caso del grupo Clarín y Papel Prensa en la Argentina ya trascendió fronteras.

Lo más bajo de la izquierda está en el poder, desde Alaska a Tierra del Fuego. En cada país con sus matices propios.

En Venezuela, Cuba y Nicaragua están los “comandantes”, abusivos pseudomilitares que no se sacan el uniforme de combate, siempre listos para guerrear contra el pueblo. El socialismo reaccionario.

En Bolivia está el nacionalsocialismo autóctono con su fuehrer incaico. Los indígenas tienen derechos y privilegios sobre los demás, con leyes que los benefician debido a su raza. Los blancos y mestizos despectivamente llamados “karas” (blancos) en lengua aimara, son los auslanders.

En Brasil, Lula es el progresista codicioso con ansias de supremacía internacional. Más cauteloso que Chávez, y más poderoso. El socialismo a ritmo de samba se radicalizará con su mujer de confianza, la ex terrorista Dilma Rousseff en el poder.

En el hemisferio norte y en una categoría más civilizada pero no menos desubicada, está Estados Unidos, que desató el populismo febril, loando a su salvador, Barack Obama. Lo mismo hizo la Argentina hace muchos años. Hoy lloramos el resultado.

En Washington la progresía socialdemócrata busca el “bien común”, haciendo que el estado tome control de los servicios y parte de la economía, para crear una sociedad “más justa”. Todos comienzan con el mismo discurso.

A Estados Unidos no se lo puede calificar todavía de democradura, más está en camino, bajo el cetro de Narciso Hussein Obama.

Con tantos provocativos desatinos de estos ungidos, puede que la violencia de grupos opositores explote en algún momento y comience la represión. Si eso llegase a suceder, podría contagiar al continente, haciendo que surjan movimientos de rebeldía en todos los lugares donde están gobernando los socialistas mesiánicos.

No hay comentarios: