miércoles, 22 de septiembre de 2010

TUERTO... HASTA EL MONTO TORTILLEA


Alerta en Olivos: Righi

se deskirchneriza


Por Guillermo Cherashny


El avance opositor en el Consejo de la Magistratura influyó para que el Procurador General dictaminara a favor de Sosa, de la extradición de Apablaza y en contra de Moreno.


El Procurador General de la Nación

Esteban Righi tuvo un breve y ruidoso paso en el 73 por el gobierno de Héctor Cámpora, como Ministro de Interior, acusado por su proximidad con Montoneros. Pero a partir de entonces bajó su perfil y se dedicó plenamente al derecho penal, rama en la que ganó un prestigio importante .Ya durante su exilio en México, fue un importante defensor de presos políticos .En los noventa, ejerció la titularidad de una cátedra de derecho penal de la Facultad de Derecho de la UBA. Y también se convirtió en el abogado personal de Néstor Kirchner, entonces gobernador de Santa Cruz. El jefe de los fiscales nacionales se ganó el reconocimiento de sus promotores, el matrimonio Kirchner, ejerciendo su defensa en 2003 en una causa sobre enriquecimiento ilícito durante su paso por la gobernación santacruceña. Desde ese momento, su estudio de abogados acumula la representación legal de funcionarios públicos y jefes sindicales acusados de cometer actos de corrupción. Cuando Kirchner asumió el gobierno nacional, Righi no quería ocupar ningún cargo público, pero finalmente aceptó la Procuración General, es decir, ser el jefe de los fiscales.



El estudio del poder

Así fue como, trabajando en paralelo con la Procuración, el estudio Righi se encumbró.

El Estudio, ahora sin la presencia del fundador, está integrado por Federico Righi, hijo del procurador, su segunda esposa, Ana García, y sus socios: Fabián Musso y Daniel Carral. Ellos cuatro se ocupan de conseguir que la Justicia absuelva aquellos delitos que el mismo Gobierno dice que está decidido a perseguir. Sólo algunos ejemplos:

? En febrero de 2004, el ARI impugnó el pliego para la designación de Righi, aduciendo que él había patrocinado al sindicalista José Rodríguez (SMATA) en la causa en la que se investigan las desapariciones de trabajadores de la fábrica Mercedes Benz en los 70. Entonces, Righi rechazó la acusación, al afirmar que sólo le había solicitado al fiscal un certificado sobre el estado del expediente. Lo cierto es que la relación entre el procurador y el cuestionado sindicalista no se limitó a ese “certificado”. El estudio de Righi lleva adelante la defensa de Rodríguez en tres causas diferentes, todas por presunta defraudación a la obra social del sindicato, que suman un perjuicio para los afiliados de 12 millones de dólares.

? Una semana antes del último aniversario del atentado a la mutual AMIA, el Presidente recibió en la Casa Rosada a representantes de la comunidad judía. Kirchner les prometió que iría “a fondo” para descubrir la verdad para determinar las responsabilidades del “encubrimiento de los terroristas”. La principal pista que tiene ese expediente es el pago de 400 mil dólares a Carlos Telleldín por parte de la SIDE que comandaba Hugo Anzorreguy. Musso, socio de Righi, lleva adelante la defensa de Anzorreguy.

? En ese mismo expediente, también se averigua la actuación del actual ministro de Justicia, Alberto Iribarne, que era el viceministro de Interior de Carlos Corach cuando ocurrió el atentado. A Iribarne lo representa el otro socio, Daniel Carral. El funcionario también fue investigado en la causa que imputó a funcionarios de los 90 el cobro de sobresueldos. La misma suerte corrió su jefe político y ex compañero de cátedra de Righi, Alberto Fernández. En esa causa los representó Musso.

? Después de que la Cámara Nacional en lo Penal Económico desplazara al entonces juez Carlos Liporace de la investigación del caso de las “valijas voladoras” de Southern Winds, los representantes del oficialismo en el Consejo de la Magistratura impulsaron su juicio político. Lo acusaron de “notable arbitrariedad”, “claro desconocimiento de la ley” y “falta de imparcialidad”. En calidad de defensor, Federico Righi le acercó un escrito al consejero Carlos Kunkel, solicitándole que aplazaran la audiencia donde destituirían a Liporace. En el tiempo que ganó, el magistrado consiguió que el Presidente le aceptara su renuncia. Así, no perdió su jubilación.

? El juez federal Claudio Bonadío investigó las supuestas irregularidades cometidas durante la venta de YPF. En esa causa fue imputada Alessandra Minnicelli, esposa de Julio De Vido y síndica general de la Nación. Ella integró el directorio de la petrolera entre 1996 y 1999. La defendió el Estudio Righi. Fue absuelta en julio de 2006.

? El círculo de la Justicia K se repite en el caso de Guillermo Moreno, el secretario de Comercio Interior, el cliente vip más nuevo del Estudio Righi. El juez Rodolfo Canicoba Corral investiga el accionar del funcionario en la supuesta manipulación de datos del INDEC. El fiscal Carlos Stornelli ya pidió su indagatoria y su par, Manuel Garrido, le pidió a Righi que le prohibiera a Moreno el ingreso al edificio del INDEC. El procurador impulsó la medida y al mismo tiempo su socio Musso asumió la defensa de Moreno. El juez denegó, por ahora, el pedido de indagatoria.



El acompañamiento a la Casa Rosada

En los últimos siete años y medio, Righi acompañó desde la Procuración las decisiones del gobierno, al igual que la Corte Suprema, aunque esta última sorprendió con algunos pronunciamientos mediáticos de cierta independencia, como fueron ciertas declaraciones de Ricardo Lorenzetti, Carlos Fayt y Carmen Argibay. Pero la única sentencia que mostró independencia fue el caso Badaro, que impuso la obligación de pagar el 82% móvil.



Un giro sorprendente

En los últimos días, tanto el emplazamiento al gobernador Daniel Peralta de Santa Cruz para que reponga en su cargo al ex Procurador Fiscal de esa provincia, Eduardo Sosa, como el pronunciamiento favorable a la extradición del terrorista chileno Galvarino Apablaza Guerra, contaron con sendos dictámenes favorables de Righi. En ambos casos y sugestivamente, los dictámenes de la Procuración expusieron prácticamente los mismos argumentos que los fallos de la Corte. Pero lo que sorprendió todavía más fue un dictamen de cinco páginas que aquél firmó días atrás, recomendando a la Corte Suprema admitir un recurso de apelación presentado por la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA) contra el sobreseimiento del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, en una causa en la que el funcionario fue denunciado por presunto enriquecimiento ilícito.

Moreno había sido sobreseído por el ex juez federal subrogante Octavio Aráoz de Lamadrid por haber presuntamente omitido declarar entre sus bienes a la consultora AFFA S.A., encargada de administrar fondos fiduciarios.

Es la primera vez que un sobreseimiento de un funcionario kirchnerista es cuestionado a través de un dictamen del Procurador. Este significativo giro del abogado de los Kirchner demuestra que algo está cambiando en la justicia.

La explicación no sería otra que las tres derrotas al hilo que acaba de sufrir el gobierno en las elecciones para renovar los miembros del Consejo de la Magistratura.

Primero se impuso el candidato antikirchnerista en representación de los abogados de la Capital, Alejandro Fargosi. Después vencieron otros dos críticos del gobierno el Presidente de la Asociación de Magistrados, Ricardo Recondo y el Juez Federal de Córdoba Alejandro Sánchez Freytes, que se quedaron con la representación de los jueces en el Consejo. Por último, el presidente del Colegio de Abogados de Mendoza, Daniel Ostropolsky, se impuso ayer en las elecciones entre abogados del interior del país para elegir al letrado que representará a los profesionales en el Consejo de la Magistratura. Righi sería sensible a los efectos que podría desencadenar esta ola sobre su delicada situación. Un Consejo de la Magistratura que estará conformado ahora por una clara mayoría opositora, podría investigar -en los tiempos turbulentos que se avecinan- la insólita situación de un Procurador General cuyo estudio defiende a los funcionarios en causas sobre las que él mismo dictamina.

La creciente rebeldía que muestra ahora Righi hacia los intereses del kirchnerismo estaría en estrecha consonancia con los pasos que está dando la Corte y apuntaría a tender puentes con la UCR y el Peronismo Federal, donde aquél tiene buenos amigos.

El dictamen de Righi contra el sobreseimiento de Moreno se conoció horas después de que Carlos Zannini dijera “a esta corte la pusimos para otra cosa”, refiriéndose al fallo de la Corte ordenado la reincorporación del Fiscal de Estado de Santa Cruz. La carrera de Righi por descomprometerse públicamente con los Kirchner estaría causando un doble desconcierto en el matrimonio presidencial. No sólo se trata de un funcionario clave para seguir controlando los expedientes judiciales. También es su abogado y el de buena parte del gabinete. Con estas señales, los Kirchner tal vez estén pensando en cambiar de estudio jurídico.

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