miércoles, 15 de septiembre de 2010

SALUD DEL TUERTO


Salud física y política de Néstor Kirchner

por Pascual Albanese
Vicepresidente del Inst. de Planeamiento Estratégico

El panorama político está signado por un enfrentamiento central, promovido por Néstor Kirchner, que tiene por protagonistas virtualmente excluyentes al Gobierno y al grupo Clarín, cuyo resultado signará el escenario electoral del año próximo. Kirchner está convencido de que sus chances electorales están subordinadas a su capacidad para neutralizar la influencia del grupo Clarín en la opinión pública. Si lo consigue, estará en condiciones de ganar. En caso contrario, lo espera la derrota, la pérdida del poder y sus naturales consecuencias, políticas e inclusive judiciales.

Su obligado contrincante es consciente de esa apreciación de Kirchner y diseñó una estrategia para contrarrestarla. Dicha estrategia surge de la naturaleza asimétrica del conflicto. Kirchner, adueñado del aparato del Estado, necesita lograr su objetivo en un plazo perentoriamente breve. Si no lo logra, perdió. A Clarín, en cambio, le alcanza con soportar airosamente el asedio gubernamental. Si aguanta, triunfa.

Cualquier otra consideración sobre el escenario político tiene un carácter secundario. Si las chances del oficialismo están supeditadas a su posibilidad de doblegar a Clarín, las perspectivas de sus adversarios están, a la inversa, sujetas a la condición -previa- de que el ex presidente no lo consiga. Unicamente la derrota de Kirchner en esa contienda abre camino para su reemplazo en la cúspide del poder.

El freno de la Justicia

La herramienta central de la ofensiva kirchnerista es la ley de medios audiovisuales de comunicación, cuyo objetivo es el desmantelamiento de Clarín como grupo empresario, a través de la venta forzosa de algunos de sus activos más importantes. La aplicación del artículo 161 de esa norma legal sancionada hace un año, que establece la “cláusula de desinversión” en un plazo máximo de doce meses, está frenada por dos medidas cautelares, apeladas por el Poder Ejecutivo, que aguardan un pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia. Resulta probable que, aún si el Poder Judicial convalida la constitucionalidad de ese artículo, su implementación trascienda la fecha de expiración del actual período presidencial, con lo que Kirchner dejaría de ser el beneficiario del desguace empresarial del grupo Clarín.

Ante la paralización legal de la aplicación del controvertido artículo 161 de la ley de medios audiovisuales de comunicación, Kirchner optó por diversificar los ataques y desencadenar una guerra en todos los frentes. A ese criterio, responde la aceleración de la causa judicial sobre la filiación de los hijos de la señora Ernestina Herrera de Noble, el virulento ataque a Papel Prensa, la no aprobación de la fusión entre Multicanal y Cablevisión y la cancelación de la licencia de Fibertel.

Lo cierto es que en ninguna de esas batallas Kirchner obtuvo una ventaja decisiva. La cuestión de los hijos de la señora de Noble quedó estancada luego del fracaso de la prueba de ADN. Los ataques contra Papel Prensa terminaron por representar un “boomerang” luego de las declaraciones de Gustavo Carballo, de Isidoro Graiver y de Juan Graiver, quienes desmintieron las afirmaciones vertidas por Cristina Fernández de Kirchner en la Casa Rosada el 24 de agosto, basadas en las acusaciones vertidas por Lidia Papaleo de Graiver. La denegación de la fusión entre Cablevisión y Multicanal y la cancelación de la licencia de Fibertel también quedaron supeditadas al resultado de inciertas instancias judiciales.

En este contexto, Kirchner avanzó en la reglamentación de la ley de medios audiovisuales de comunicación, con la intención de dar vigencia en los hechos a los plazos legales suspendidos judicialmente, en una iniciativa que lleva implícita la decisión de no eludir un conflicto de poderes con la Corte Suprema de Justicia. Varios ministros de la Corte están sometidos a presiones de emisarios oficiales. En medios oficiales se alienta una ofensiva contra la Corte, que incluiría la realización de movilizaciones frente al Palacio de Tribunales y de acusaciones de complicidad con el grupo Clarín.

Un panorama que se complica

En el mundo judicial, los resultados de la reciente elección en el Colegio Público de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires y de los comicios para la nominación de los representantes en el Consejo de la Magistratura por parte de los jueces y de los abogados del interior son un dato político de envergadura. La percepción generalizada es que el oficialismo puede perder su control sobre el Consejo de la Magistratura, que es su principal herramienta de presión política sobre el Poder Judicial.

Los reveses políticos y judiciales de Kirchner en su batalla contra el grupo Clarín están acompañados por el debilitamiento de su capacidad de presión no sólo sobre la corporación judicial, sino también sobre los sectores empresarios. La reunión entre la cúpula de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y la Unión Industrial Argentina (UIA) constituyó el símbolo de un cambio de escenario, ratificado luego por la ausencia de representación empresaria en el acto contra Papel Prensa en la Casa Rosada y las declaraciones de Héctor Méndez sobre las presuntas semejanzas entre la Argentina y Cuba.

El alejamiento empresario

Este vuelco en el campo empresario está asociado con el conflicto entre el grupo Techint y el gremio camionero, liderado por Hugo Moyano. Techint es la principal empresa multinacional argentina y, junto a Clarín, encabeza la AEA. Paolo Rocca apareció junto a Magnetto en la foto de la reunión entre la UIA y la AEA que despertó una enorme preocupación en la residencia presidencial de Olivos. El bloqueo de las plantas de Techint fue considerado como una represalia gubernamental contra Rocca, cuya ejecución coincidió en el tiempo con la asunción de Moyano en la titularidad del Partido Justicialista bonaerense y con el acto de difusión del informe oficial sobre Papel Prensa en la Casa Rosada.

Este avance de Moyano es mirado con aprehensión entre los intendentes del conurbano, que recelan de sus implicancias políticas. Esta táctica de Kirchner acorrala a Daniel Scioli. La reprimenda pública propinada al gobernador incrementó el estado deliberativo en las filas peronistas. De allí la importancia atribuida al cónclave realizado en Tigre con la presencia de ocho intendentes, entre ellos el jefe comunal local, Sergio Mazza, y sus colegas de La Plata, Sergio Bruera, y de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino. En todas las encuestas, Mazza compite con Scioli y con Francisco de Narváez por el primer lugar en imagen positiva dentro del variado espectro del peronismo bonaerense.

Las novedades médicas acerca de Kirchner cayeron entonces sobre un terreno políticamente cenagoso. Y las especulaciones sobre la evolución de la salud del ex mandatario, más que a la oposición, conmueven al oficialismo y otorgan un mayor margen de maniobra a los sectores y dirigentes que, desde ese espacio, buscan una alternativa que les permita la supervivencia en el poder.
El Tribuno

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