viernes, 3 de septiembre de 2010
ZANAHORIA AMBICIOSA
LA ESTRATEGIA PARA POSTERGAR EL ARMADO DEL PERONISMO FEDERAL
De Narváez vuelve a su vieja apuesta: un fallo que lo habilite para ser presidente
Por Alexis Di Capo para el Informador Público
Francisco De Narváez llevó adelante en los últimos días una ronda de reuniones con Alberto Rodríguez Saá, Felipe Solá y Mario Das Neves, para convencerlos de que demoren la firma del acuerdo, junto con Eduardo Duhalde, para participar de las primarias del Peronismo Federal en agosto próximo. El empresario apuesta ahora decididamente a diferir la consolidación del espacio del peronismo opositor argumentando que es conveniente esperar la última palabra de Carlos Reutemann acerca de su candidatura. Pese a esto, hasta el momento, la cumbre del 10 continúa firme, pero la presión de De Narváez es cada vez mayor. De acuerdo a lo que trascendió en fuentes del gobierno nacional, aquél tiene también otra expectativa: que el Juez Federal Electoral de Buenos Aires, Manuel Blanco, finalmente falle a favor de que pueda ser candidato a presidente, pese a la prohibición de la Constitución Nacional para los nacidos en el extranjero. Se sabe que Kirchner estudia también esta alternativa. Un fallo así, en marzo o abril, podría provocar la fractura del peronismo federal y hacer que se presenten para presidente De Narváez y Duhalde por separado. Algo ideal para el matrimonio presidencial.
En crisis
La estrategia de postergar definiciones elegida por De Narváez también tendría que ver con sus crecientes problemas. Las últimas encuestas sobre Buenos Aires lo ubicarían 9 puntos debajo de Scioli y con un equilibrio entre su imagen negativa y la positiva. En el armado territorial también sobran complicaciones: 72 concejales de las secciones Primera y Tercera abandonaron en los últimos días su campamento para sumarse a las filas de Graciela Camaño. Antes de esto, el senador provincial más importante de Unión PRO, Jorge D’Onofrio, le dijo adiós a esa fuerza, criticando las indefiniciones de su ex jefe.
El otro problema -y no menor- es la presión desatada por la AFIP sobre De Narváez a través de una inhibición sobre sus bienes por 87 millones de pesos, en razón de diferencias en su liquidación del impuesto a las ganancias del 2004 al 2006.
Hasta que aparecieron las nuevas versiones sobre un fallo sobre su candidatura presidencial, la relación entre Kirchner y De Narváez pasaba por un solo tema: si éste participará en la interna del PJ -como quieren en Olivos- o en la del peronismo federal. No es un tema menor, porque puede gravitar decididamente en el resultado de la elección presidencial. Como se sabe, a la hora de alcanzar sus fines Kirchner no escatima en los medios.
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