ABORTO

Resulta sorprendente ser testigo del debate sobre el aborto y que se esté discutiendo sobre legalizar la eliminación de una vida. Más allá de que distintos credos religiosos se manifiesten en contra del mismo, es un tema de derechos humanos.

Se trata nada más y nada menos de un ataque contra la vida de un ser inocente e indefenso. Hace décadas los abortistas sostenían que no se trataba de una vida y que eran los grupos religiosos fundamentalistas los que estaban en contra.

Pero cómo sostiene el filósofo Rafael O. Cura: "Ahora que numerosos estudios, como los del genetista Jerome Lejeune, sostienen que "en cuanto los 23 cromosomas del espermatozoide se encuentran con los 23 cromosomas del óvulo, toda la información necesaria y suficiente está allí, reunida en el ADN (ácido desoxirribonucleico), para determinar todas las cualidades de un nuevo ser humano. No se trata de una opinión, de un postulado moral o de una idea filosófica, sino de una verdad experimental.

La fecundación in vitro lo ha demostrado: si antes, en la probeta, no es un "bebé", ¿para qué, entonces, implantarlo en el útero? Si el ser humano no comienza con la fecundación, no comienza nunca"

No obstante algunos, sin razón, siguen sosteniendo que el embrión no es persona, que no siente, que no tiene conciencia, que no es un ser humano y resulta elemental que es persona porque es una vida distinta, no porque tenga sentimientos, conciencia, que son parte de la dinámica de lo que ya es esa criatura.

La discusión por sancionar una ley que viole la Constitución Nacional, Los Pactos de Derechos Humanos incorporados a ella y que permita eliminar una vida humana no debiera llevar más de diez segundos. Hay que proteger la vida de la mujer y del ser humano que lleva en su vientre y la solución no está en terminar con una de ellas sino en proteger ambas.

Alejandro Olmedo Zumarán
olmedozumaran@hotmail.com

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