viernes, 13 de marzo de 2009

Una provincia que se esfumó del mapa y el extraño apuro con los juicios a los militares

El mapa de Argentina ha sufrido una nueva pérdida. La provincia de Catamarca puede contabilizarse como una nueva desaparecida en democracia: como el señor López. Hasta el propio domingo 8 todo era exceso de tinta y saliva en las plumas y lenguas de los comunicadores oficiales debido a que uno de los dos Presidentes en ejercicio venía gastando toneladas de dinero (no el suyo, se entiende) en llevar toda la carne desde la Quinta de Olivos para colocarla sobre el asador catamarqueño de la elección provincial. Demasiado fuego hizo que saliera chamuscado. Y bueno, al mejor asador se le quema la morcilla. Y eso que el Canal Oficial de Algunos transmitió en vivo y en directo su discurso en esas tierras, demostrando una vez más –por si falta hacía– que “no hay nada más lindo” que el Estado, Gobierno y familia unidos (Papá Campanelli dixit).

El silencio publicitario de los actos de Gobierno puede entenderse mejor desde que Enrique Pinedo desarrolló espléndidamente en CORREO DE BUENOS AIRES su proposición acerca de que los “comunicadores”, al carecer de ideas propias, “comunican” los que otros quieren que se “comunique”. ¿Quiénes son esos “otros”? Es un misterio a medias. La actitud del gobierno nacional debe avergonzar a todos los argentinos, en especial a quienes lo votaron –porque siempre hay responsables pero algunos los son más que otros–. Así, Néstor Kirchner se preguntó “¿Dónde está la calidad institucional de la que hablan?”, calidad imposible de descifrar cuando en los treinta días anteriores a la elección anduvieron revoleando el poncho y tocando el bombo por Catamarca su hermana, la ministro de Desarrrollo Social; el secretario de minería; el jefe de la Anses; el secretario de deportes y diversos intendentes del conurbano bonaerense que repartieron lo que todos saben que se reparte en los días previos a una elección. Fue evidente que al matrimonio y sus adictos no les alcanzó la terrible Piña que recibieron en Misiones. Y mejor es no saber que otros repartidores de las segundas y terceras líneas del Poder recorrieron el distrito regalando Cajitas Feliz a cuatro manos (en ciertas ocasiones las dos que les dio mamá y papá no alcanzan) porque la vida se haría insoportable y McDonald’s está cada día más caro.

En el acto final de campaña estuvieron en el palco junto a uno de los dos Presidentes que tiene Argentina, los gobernadores de Tucumán, La Rioja, Santiago del Estero, Formosa y Chaco, en una evidente demostración que les sobra tiempo y dinero de los contribuyentes para inmiscuirse en la política de otros distritos porque los suyos funcionan de maravillas, especialmente los dos últimos. Si este tren fantasma sin frenos, cayendo a toda velocidad por una montaña rusa destartalada, que además llevó como pasajeros en primera clase al sindicalista Luis Barrionuevo y al senador Ramón Saadi, es la famosa “calidad institucional”, la sociedad argentina está boquiabierta dorándose en el horno.

Si el matrimonio ganaba la elección, Catamarca se hubiese publicitado como un triunfo anticipado del Gobierno con relación a las legislativas nacionales del mes de octubre. Las breves explicaciones oficiales de la derrota fueron que se trató de una elección provincial (si era local ¿para qué llevaron y regalaron tanta plata de los contribuyentes?) o que el kirchnerismo sacó más votos que la elección anterior. Por su parte, los “comunicadores” oficiales olvidaron el tema con rapidez para meterse de lleno en las declaraciones de Susana Giménez y otros famosos artistas acerca de la pena de muerte y “Adiós Catamarca Adiós”.

Como nunca, los “comunicadores” se empacharon opinando, refutando, ridiculizando y hasta poniendo en duda la capacidad intelectual de los astros y de la mayoría de la población que piensa de similar manera. La verdad es que hay que ser muy temerosos para hacer lo que hicieron y cómo lo hicieron, o recibir sobres demasiado abultados debido a la enorme cantidad de comunicaciones que hay en su interior para transmitir. Nos inclinamos por las dos posibilidades. Extrañamos la desaparición del noble oficio del periodista, aquel ser poco o nada comprometido con el poder de turno y el patrón oro. Otras épocas. De seres más respetables.

Pero algo se está moviendo en el país. No se percibe en la tranquila superficie del mar ni bajo el encandilamiento de las luces de los salones repletos de aplaudidores pago con hectolitros de perfume barato en sus ropas o con los cuellos de sus camisas chorreando grasa, no. Es como que el “blindaje” se está resquebrajando. No quedan pisos de fábricas por pintar ni máquinas para engrasar. Pero eso no se “comunica”. Igual corre de voz en voz. Llama la atención tanto apuro cuando aún quedan dos años y medio de mandato. O seis y medio. O más. El apuro llama la atención. La velocidad con que se ordena que los militares sean condenados. Los otros no. La ministro de Economía desmemoriada y todos los de Skanka, no. Los demás, no. ¡Y son tantos! Es que cuando se tira el Penal y es gol –aquí todos sabemos que va a ser gol– después viene el festejo en el Civil donde siempre se cobra porque el Estado paga, tarde y con bonos, pero paga. ¡Y cómo y cuánto paga! Un montón. La “discusión” entre los dos Presidentes y algunos miembros de la Corte es puré de “comunicación”. Lo oculto y sabido es la plata. Ya se arregló. Pero ¿por qué tanto apuro?
SALINAS BOHIL

No hay comentarios: