sábado, 18 de septiembre de 2010

LOS MOYANO DEBEN ESCARMENTAR


La delgada línea roja




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Por Carlos Manuel Acuña para el Informador Público

Para tener una idea aproximada del peso de lo que está en juego en el campo político, digamos que de los presupuestos de las comunas del Gran Buenos Aires, donde en buena medida se juega el proceso electoral, el 40 por ciento está destinado a la recolección de la basura. Esto contribuye a entender el contenido de las pulseadas políticas y del interés de los intendentes por conservar el poder mediante el control de los correspondientes Consejos Deliberantes.

Concurrentemente, se explica también el empecinamiento de Hugo Moyano por controlar a todos los que están detrás del volante de todo móvil que se mueva sobre cuatro ruedas, especialmente si son camiones. No sólo está en juego este fabuloso negocio que tanto atrae al todavía secretario general de la CGT, sino que a esta altura de los acontecimientos el moyanismo se ha convertido en una referencia política de la máxima importancia por su capacidad de paralizar al país en cualquier momento. Hasta ahora ha logrado sumar a su gremio a los sectores más discímiles pero en las últimas horas encontró una exitosa resistencia a sus ambiciones: el sindicato “SkyChefs” que agrupa a los cocineros que producen los platos de comida que se consumen a bordo de los aviones, resistió con gallardía las presiones del camionero y el jefe del agrupamiento, Jorge Sausat advirtió que si avanza el intento por conquistarlos “molerán a palos” a los hombres de Moyano.

El incidente ha servido para poner de manifiesto hasta donde está avanzado este proceso de descomposición y desorden y que no sólo el enfermo Néstor Kirchner carece de límites para hacer lo indecible por mantenerse en el poder, suceda lo que suceda. Ya veremos lo que ocurrirá con estos cocineros industriales y comentemos que el gobierno ha logrado, por ahora, evitar que los medios y la opinión pública entienda hasta donde es de grave el estado de salud de Néstor Carlos quien, como lo explicamos hace poco ya sufrió cuatro severos llamados de atención.

De todos modos, ha medida que transucrren las horas esto trasciende y el silencio oficial contribuye a que los rumores crezcan, circulen cada vez más rápido y enrarezcan el escenario político donde ya se vislumbra que el “elegido” para manejar los problemas de todo tipo, es el ministro de Planeamiento, Julio De Vido, quien no sólo controla el comercio exterior, en especial en los temas donde existen intereses específicos, sino que también y en función de este objetivo es quien hace y deshace en el ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. Como es lógico, el asunto que es la comidilla en las embajas extranjeras, desvela a Héctor Timerman qiuien tiene la suficiente inteligencia como para percatarse que está de adorno y que si no acepta continuar como un figurón para las fotografías protocolares, podrá ser eyectado en cualquier momento del cargom cuando se concrete un recambio ministerial que está en estudio.

Mientras tanto, esto que comentamos puede ser nada más que un problema menor del conjunto que se abate sobre el Estado Argentino y entre ellos podemos subrayar el que contribuye a demostrar que la Argentina carece de estadística confiables para el manejo interno y de quienes milagrosamente podrían estar interesados en invertir. El INDEC no sólo no funciona, sino que se ha convertido en una fuente de absors ión de amigos y dependientes partidarios mediante un incremento del 42 por ciento de su dotación, asunto que en ese ámbito funciona como una verdadera bomba de tiempo que se alimenta, además, con las consecuencias de los números falsos que distorcionan cualquier intento de definir la situación económica y social de la Argentina.

Para algunos esto puede parecer un dato menor, pero en síntesis significa que nadie -empresarios, dirigentes, analistas, hombres de negocios, jefes sindicales o financistas- pueda saber donde está parado y mucho menos planificar a futuro.

Son muchos los problemas que muestran la desaprensión con que se mueve Cristina Fernández en este interregno sin Néstor Carlos para darle indicaciones sobre lo que tiene que hacer. Para algunos observadores, esto ocurre de exprofeso y así mencionan que es inexplicable el ataque que la Presidente formuló esta semana contra la apetecida clase media que constituye la masa de los medianos y pequeños contribuyentes y la base principal de cualquier elección que se desee ganar. Coincidentemente, nadie se explica -y esto no se debe a la perdida influencia de Timerman- que se anuncie en vísperas del viaje a Santiago de Chile que se responderá negativamente al pedido de extradición del terrorista y asesino Apablaza por pedido de la Justicia del vecino país, donde asesinó a un senador de la Nación como parte de una planificada acción revolucionaria dirigida por el castrismo cubano.

Esta desaprensión cristinista no sólo es un error diplomático, sino que, además, ha servido para ratificar el contenido ideológico que anima al gobierno. Precisamente, este tema hoy es analizado cada vez más de cerca por cuanto crece la sospecha de que el matrimonio, ante la posibilidad cada vez más cercana de un descalabro en las urnas, incentive acciones directas para evitarlas y mantenerse al margen de la normativa constitucional.

Dicho esto con tamaña sencillez puede parecer un despropósito, pero el caso es que el cúmulo de versiones en tal sentido no sólo no son desmentidas, sino que determinados hechos relativos a la reaparición de maduros extremistas que confiesan que “las armas no están enterradas”, se suman a sucesos ocurridos en unidades militares y a los trascendidos que indican que se han tomado medidas de prevención sin mayores exlicaciones.

A esta altura de los acontecimientos es innecesario recapitular las trasgresiones a la ley cometidas por el oficialismo en todos lo órdenes, especialmente el judicial, pero dentro de este marco se sabe con precisión que existen causas, denuncias y toda clase de hechos de corruptelas que obligadamente incitan a los obervadores a sopesar que sucederá de ahora en adelante en que el kirchnerismo ha perdido la posibilidad de imponerse, como pretende hacerlo, por ejemplo, sobre la misma Corte Suprema de Justicia en el caso del procurador de la provincia de Santa Cruz.

Al respecto, todo indica que se eludirán las obligaciones institucionales y que la ausencia de límites para perpetuarse en el poder quedará instalada sin tapujos de ninguna clase, sin disimulos y sin explicaciones de ninguna naturaleza.

Como si le faltara un sector para enfrentarlo abiertamente, ya en el ámbito militar la disconformidad se expresa con creciente claridad, aparte de las resistencias que existe a la persecución que ha llenado a las cárceles de presos políticos. Nuestros lectores conocen el caso de dos generales que pidieron su retiro como muestra de disconformidad por la ausencia de una política coherente en materia de ascensos demorados arbitrariamente, lo que no es ajeno a la falta de presupuesto que tiene paralizadas a las Fuerzas Armadas con la paralela ausencia de un concepto geopolítico en un escenario internacional que día a día se muestra más complejo y peligroso. El malestar es preocupante y no son pocos los políticos que hacen referencia a esta situación, tal como sucedió hace unas horas durante un almuerzo realizado ante un doble centenar de empresarios convocados en el Palacio Duhau para escuchar el pensamiento de Eduardo Alberto Duhalde, precandidato a la presidencia de la República. El dirigente justicialista tuvo palabras concretas para los problemas castrenses y con las precauciones del caso, insistió en que había que terminar con la actualización del pasado y encontrar una salida para el conflicto artificial crado por el kirchnerismo más por razones tácticas que ideolígicas, aunque ya esté cautivo de lo que en estos tiempos da en llamarse progresismo.

El tema formó parte de una conversación habida entre oficiales de distinta graduación, oportunidad en que los más jóvenes, preocupados y con la venia de sus superiores, no ocultaron que seguían con atención “lo que hacen con nosotros” y los posibles desbordes sociales que con violencia pueden darse en el corto plazo. Algunos, más severos en sus reflexiones, preguntaron cual podría ser el papel militar en ese futuro incierto. La respuesta, expresada con serenidad por el de mayor jerarquía, fue “nada, nada en absoluto”. Un intenso silencio se adueñó de la reunión hasta que después añadió:”nada, insisto, hasta que las cosas se pasen de la línea”. Medio en serio y medio en broma, un subalterno comentó entonces: “¿De la línea blanca de la droga...? No fue la respuesta, de la delgada línea roja que dejen las sangrientas rodillas de los políticos que se arrastren para rogar por nuestra intervención.... Antes -y siempre fue así- sólo golpeaban la puerta para que saquemos las castañas del fuego...”.

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