domingo, 20 de abril de 2008

CAIGA QUIEN CAIGA

DIFUNDIR BAIRES



HAY HUMO EN TUS OJOS

Por Bernardo Alberte (h) y Hernán Jaureguiber



Claro que no se trata de aquella vieja canción que acompasaba los romances hollywoodenses en tiempos de entreguerras.

Se trata de un contemporáneo fenómeno argentino, para nada glamoroso.

Hace una semana, porteños y bonaerenses padecemos una humareda sin precedentes y sin explicación satisfactoria.

Realmente la opinión pública, desconoce cuan nocivo resulta este padecimiento y probablemente no resulte mas grave que la molestia a los sentidos del olfato, la vista, etc..

Sin embargo, lo que no cabe duda, es que la información que la población dispone para evaluar la fenomenología que mortifica su cotidianeidad, ofende al mas elemental sentido, que es el sentido común.

La versión oficial, que atribuye la pestilencia a quema de pastos ocurridos a cientos de kilómetros, como parte de una practica habitual, no es creída por nadie, y por tanto, aunque fuera cierta la versión, de por si la incredulidad es un problema público de envergadura.

Cómo si fuera poco, las pocas manifestaciones del gobierno nacional al respecto, generan un clima ideal para que la población elucubre cualquier idea conspirativa.

Por un lado, aborda la noticia con un muy bajo perfil, que irrita al mas calmo habitante, del mismo modo que le irrita sus vias respiratoria el humo pertinaz.

La poca referencia técnica al respecto, estuvo a cargo de la anodina y cuestionada Piccolotti, quien, con insoportable puerilidad, insiste en la quema de pastizales, a la par que confía en la resolución del problema con algunos milímetros de descarga pluvial, que superen el esfuerzo de los bomberos que acudieron, sifón en mano, a apagar el incendio forestal, en una imagen difundida por los noticieros, que aumenta la sensación de tomada de pelo.

A este abordaje, digamos, técnico institucional, se agrega la escueta explicación política, a cargo del coro de Fernández quienes sin mostrar mayor preocupación, señalan que se trata de un estrago voluntario, como posible venganza de los hombres de campo, en relación al problema de público conocimiento. Asi nomás. Como si fuera poca cosa.

Resulta insoportable que se siga burlando al habitante de buena voluntad y que se ignore que una vez mas “el pueblo quiere saber de que se trata”.

Digámoslo de una vez. Cualquiera que sea la explicación es gravísima.

Si es un fenómeno ocasionado involuntariamente, resulta grave que se esté practicando la danza de la lluvia como toda respuesta y solución estatal.

Si se trata de un estrago intencional, como mucha gente sospecha y como lo señala el propio gobierno a través de sus carteras políticas, la sensación de indefensión es enorme.

A todo esto debemos agregar, que la densidad de la niebla en la región, provocó unos de los accidentes viales mas trágicos, al colisionar camiones de porte, con la luctuosa cantidad de muertos y heridos.

Hace pocos días, los habitantes sufrimos desabastecimiento e intransitabilidad del territorio, como consecuencia de la irresolución de un conflicto originado por el deseo de los terratenientes y sus socios menores por ganar mas dinero.

Muchos vislumbramos que, si bien había desmanejo de la situación por parte del gobierno, la actitud de los quejosos rozaba la sedición y el chantaje, motivo por el cual acudimos tumultariamente a la histórica plaza, mas para luchar contra los personeros de los privilegios, que para apoyar al gobierno y su manejo de situación.

Y, como se dice en estos tiempos, “nada”. No pasó nada o casi nada. La presidenta agradeció la respuesta popular y la cosa siguió lo mas campante. Haciendo tiempo, intentando que el conflicto pasé, como si no tuviera energía para la iniciativa política.

Recordemos que se trata de un gobierno que asumió hace poco mas de 100 días, con el aval de la mayoría de votos, gozando de una buena imagen internacional y que pese a no contar actualmente con los favores de los medios de comunicación (como los tuvo hasta hace poco) pudo convocar una plaza multitudinaria en tiempos ajenos a las grandes concentraciones.

Ahora tampoco puede despejar el humo y el mal humor que éste provoca, y espera unos días a que la climatología lo resuelva y la gente se olvide.

Mete la cabeza como el avestruz Dibuja los números del Indec, porque no cuenta con fuerza política para defender una realidad que publicita como buena, aunque fuera inflacionaria.

Mas o menos como ocurrió con la escalofriante desaparición del compañero Julio Lopez, como respuesta a su buena política en materia de Derechos Humanos.

En vez de asumir la responsabilidad en la conducción del Estado, muchos días después del hecho siniestro, el entonces ministro del interior, advertía que todavía faltaba buscar al anciano en la casa de una tía.

Tambien fue una fantochada la nula resolución del secuestro (¿?) de Jerez.

Ni hablar del asesinato del genocida Febres, ocurrido en dependencias de seguridad del Estado.

¿Alguien recuerda el enfrentamiento a tiros en San Vicente?.

En todos los casos, la única respuesta política, es dejar pasar el tiempo.

Claro que el actual escenario no es el mismo que hace unos meses y el resultado de tal conducta es probable que no arroje los mismos resultados.

El matrimonio presidencial ya no goza del beneplácito de los multimedios.

Es tarde para que el vocero off shore D’Elía, denuncie la naturaleza ruin de los medios periodísticos encabezados por la noble Sra. De Noble. Tarde porque oportunamente renovó graciosamente las concesiones, merced una ley de la dictadura que mantuvo vigente.

Claro que entonces pensó que CLARÍN HADAD & CIA, le podían guardar alguna lealtad. Y no, todo concluye como la fábula de la rana y el escorpión.

Es la misma picadura que le van a proporcionar otros alacranes todavía cercanos.

Los Otacehe, los Curto, los Eshee, los Carilino, por mencionar algunos.

Pero en definitiva, son a quienes eligió como aliados, o mejor dicho, a quienes se alió el matrimonio presidencial.

Es imperdonable que, en todos estos años, no haya mirado, mas que de costado, a sectores y personas con mejores antecedentes que los mencionados.

Claro que estas personas o sectores, no poseen el poder de los otros, porque ese poder esta formado al calor del delito, la traición y la inmoralidad.

Es imperdonable que cierre filas con lo peor de la CGT y no disponga mas que un tibio acercamiento con algunos sectores de la CTA.

Claro que para contar con el apoyo de esta central, es preciso conversar sobre modelo de democracia sindical, algo que no soportaría jamás el excamionero y actual ganadero Hugo Moyano. Y ni hablar del millonario Barrionuevo, Cavallieri, etc., bichos que picarán y disolverán toda sociedad con el gobierno cuando lo crean conveniente a sus intereses.

O alguien piensa que la cercanía de estos personajes es por afinidad con ciertas actitudes populares o progresistas del gobierno.

¿Alguien puede suponer que los Fernández se conmueven con las posiciones de Eduardo Luis Duhalde ó que respaldan la figura de Nilda Garré como jefa de unas FFAA jamás depuradas de genocidas?

Digámoslo de una vez por todas. Hay mucha gente que no puede apoyar lo poco bueno de este gobierno, porque no digiere sus alianzas y porque no advierte iniciativa política para sostener esas breves conquistas recuperadas de la pesadilla noventista.

Hay muchos que defenderían (defenderíamos) con toda fuerza al actual gobierno, si este demostrara energía para sostener sus mejores aspectos y no exhibiera a estos como un premio consuelo.

Una cosa puede ser la tolerancia de algunos sapos, pero muy distinto es considerar que, los aspectos populares o progresistas, son los sapos de los otros, que están dispuestos a negociarse para sostener las alianzas con lo peor de nuestra historia.

Pensamos que las encrucijadas se resuelven con determinación. Llamamos al gobierno a no ser inferior a su destino. A que denuncie lo que sabe. A que enfrente a lo que teme. A que en definitiva elija entre permanecer un período institucional o trascender a la historia de su patria, como lo hicieron nuestros próceres, nuestros mártires y como lo asumen heroicamente otros gobiernos contemporáneos de nuestra América Latina

Aunque parezca un cliché, “caiga quien caiga y cueste lo que cueste...”

Cristina, que no haya humo en tus ojos.



BERNARDO ALBERTE (h) y HERNAN JAUREGUIBER

Buenos Aires, 19 de abril de 2008,

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