HUMO DEL 66

El humo de 1966 x El Porteño

Pocos recordarán aquellos humos que en los primeros meses de 1966 inundaron la Ciudad de Buenos Aires cuando Humberto Illia ejercía la Presidencia de la Nación y Francisco Rabanal la Intendencia de la Ciudad de Buenos Aires.

Se desató un conflicto con el personal municipal de recolección de residuos que, para aquella época se denominaban “basureros” por cuando no existía el INADI, ni la Lubertino (o Libertina) , ni las leyes de discriminación y…ellos no se ofendían. Sólo pretendían ganar lo que consideraban justo.

La huelga se prolongó con motivo de la clásica “habilidad” que siempre han tenido los radicales para manejar los conflictos y los habitantes de B.A. (que por entonces se llamaba Buenos Aires y no era “autónoma”) colocaron sus bolsas (que tampoco eran de plástico negro) sobre el asfalto de las esquinas, generando un hedor similar al que hoy invade B.A. (ahora así se la denomina).

En toda ciudad hay ratas por lo que las mismas salieron a la calle a hacerse del botín de la basura yaciente en la única góndola del asfalto y se las veía grises, marrones, negras (más o menos como ahora otras ratas) haciéndose el festín.

Ergo, los habitantes de nuestra ciudad comenzaron a rociar con kerosén, nafta y otros elementos inflamables los montones de basuras para erradicar las ratas y le prendían fuego el cual no ardía lo suficiente por la humedad de tales desperdicios y una nube de hedor a basura podrida y a combustibles a medio quemar incrementó el ámbito ecológico de esta Capital Federal.

Pasaron los años y aquellos hedores trajeron otros mucho más acentuados no sólo para el sentido olfativo sino para todos los sentidos, para el raciocinio y para el espíritu y para la voluntad no sólo de los porteños sino de todos los argentinos y “…habitantes de nuestro suelo…”.(nota constitucional).

Aquello se superó luego de semanas con un acuerdo salarial.

Pero para estos hedores parece que hace falta un viento pampero que limpie todito el cielo nacional.