jueves, 24 de marzo de 2011
LOS MONTONEROS
Esta agrupación tiene sus orígenes a fines de la década del 60 entre miembros de la Juventud Peronista, grupos católicos postconciliares y algunos de las varias agrupaciones de izquierda.
Uno de sus integrantes,. Ignacio Velez, sostiene que tuvo dos grupos madre: el de Buenos Aires, conformado por (entre otros) Fernando Abal Medina, Norma Arrostito, Mario Firmenich y otros; y el grupo de Córdoba, integrado por Emilio Maza, el cura Fulgencio Rojas, Hector Araujo,Fernando Vaca Narvaja, Carlos Capuano y el propio Ignacio Velez.
Algunos de ellos venían de la revista “Cristianismo y Revolución”, nucleados por el sacerdote Carlos Mugica.
En principio este grupo de la revista, formará el “Comando Camilo Torres”, el cual cambiará luego su nombre por el de “Comando Peronista de Liberación”
Según otro integrante y dirigente montonero, Mario Firmenich, “...el origen real de Montoneros es sectores de la juventud católica de izquierda que se politiza como peronista revolucionaria”.
El contexto histórico vigente a fines de la decada del 60, era, en Argentina, la dictadura “sin límites de tiempo”, del general Juan Carlos Onganía, que habia derrocado al presidente constitucional Arturo Illia, en la llamada “Revolución Argentina”.
Se decía que los plazos de la “Revolución Argentina” estaban determinados por la vida de Peron (en ese entonces exiliado en España). O sea que no terminaría la dictadura hasta que Perón se muriera.
Con esta dictadura militar gobernando Argentina, sin plazos para una salida democrática, estos grupos peronistas de izquierda y católicos, influidos tambien por la Revolución Cubana deciden que habia llegado el momento de “empezar otra cosa” (además de las huelgas y manifestaciones), y esa otra cosa era una estrategia bajo el modelo de la guerra de guerrillas.
Surgen asi las F.A.P (Fuerzas Armadas Peronistas)
Había, entre los militantes, distintas opiniones, pues algunos proponían el modelo urbano argelino, otros el modelo de autodefensa de los mineros bolivianos, por lo que en aquel primer momento, se inclinaron por la guerrilla rural. La idea era que el foco rural fuera el detonante, pero la verdadera lucha revolucionaria se daría en las ciudades, con el movimiento popular.
En Agosto de 1968, las FAP que habian instalado una célula guerrillera en la zona rural de Taco Ralo (Provincia de Tucumán) sufren una derrota por parte de fuerzas policiales.
Desde ahí, dice Mario Firmenich: “A partir del fracaso de Taco Ralo, todos cambiamos de posición..”
Se organizó un Congreso Nacional de todo el peronismo revolucionario y ahí se decidió la estrategia a seguir.
La mayoría estaba dispuesta a hacer una lucha armada y se consensuó que el primer grupo que se largara a esto, sería apoyado por los demás
Mario Firmenich dice que “...para nosotros, habia tres ideas-fuerza en ese congreso: peronismo, lucha armada y socialismo...”
Martin Caparrós (periodista y Lic en historia) opina que ahora parece rara la idea de que la violencia sea la forma de resolver los conflictos, pero en los ´60, la idea estaba absolutamente difundida. Tenía una serie de antecedentes históricos claros: la guerrilla de los partisanos franceses contra el nazismo, la revolución cubana y más atrás, la idea de que la patria argentina se habia formado echando, a través de la violencia al imperio español
SECUESTRO Y EJECUCION DE PEDRO EUGENIO ARAMBURU
Uno de los primeros operativos de Montoneros, fue el secuestro, juicio y posterior ejecución del Tte Gral
Pedro Eugenio Aramburu, uno de los organizadores de la Revolución de 1955 que derrocó a Peron y proclamado luego presidente de la nación.
Este secuestro ocurrió el 29 de mayo de 1970, en el primer aniversario del “Cordobazo” y coincidiendo también con la conmemoración del día del ejército.
Sobre la idea de secuestrar y asesinar a Aramburu, Mario Firmenich dice que: “... cualquier cosa que dijéramos en los comunicados, sería distorsionada, ... de modo que planteamos una acción que pudiera ser comprendida por cualquier peronista... y había dos posibilidades: Aramburu y Rojas...”
Si bien “Rojas era más odiado, era más importante hacer el fusilamiento de Aramburu que además habia sido el presidente de la Libertadora (Revolucion Libertadora de 1955). Rojas habia sido el vicepresidente...”
El operativo secuestro
Según cuenta Mario Firmenich, se planificó todo detalladamente y decidieron ir a buscarlo a su departamento vestidos como militares. Para ello utilizaron a varios miembros de la organización que habian sido liceístas (cursado estudios secundarios en los Liceos Militares) y conocían algo del modus operandi militar.
Emilio Mazza y Fernando Abal Medina fueron los encargados. Otro se disfrazó de cura (el depto estaba frente al colegio religioso Champagnat), el propio Firmenich disfrazado de policía y Norma Arrostito como una mujer inofensiva que estaba por ahí.
Dos de los miembros más jóvenes se disfrazaron de “colimbas” (soldados conscriptos)
Sabían que eran altas las posibilidades de no salir vivos, pero estaban convencidos que “.. si nos tocaba morir a nosotros alli, pues valía la pena...”. “Nos parece históricamente necesario que en un país de apartheid, donde unos señores se creen dueños de la vida y de la muerte, dueños de la verdad y del dinero y capaces de excluir de la riqueza y de la vida fusilando a quien sea sin jucio previo, decir: basta.. Señores fusiladores de toda la historia, señores liberales fusiladores, sepan que ustedes tambien pueden morir fusilados. Basta...”
En este caso, cuando Firmenich habla de “fusiladores”, hace referencia desde los fusilamientos de Dorrego en 1829, y del Chacho Peñaloza (caudillo federal de mediados del siglo XIX), hasta la propia accion de Aramburu, que luego de la golpe de estado de 1955, fusiló a los generales Valle, Tanco y otros que intentaron defender al gobierno ya caído en junio de 1956.
El operativo tuvo éxito y Aramburu fue secuestrado ese 29 de mayo de 1970.
El hecho se conoció como “el Aramburazo” o el “operativo Pindapoy”
Como relatan lo sucedido algunos integrantes del operativo:
"( FERNANDO, EMILIO)"
"Un compañero quedo en el séptimo, con la puerta del ascensor abierta, en función de apoyo.
"Fernando y el Gordo subieron un piso más. Tocaron el timbre, rígidos en su apostura militar. Fernando un poco más rígido por la "metra" que llevaba bajo el pilotín verde oliva.
"Los atendió la mujer del General. No le infundieron dudas: eran oficiales del Ejército. Los invitó a pasar, les ofreció café mientras esperaban que Aramburu terminara de bañarse.
"Al fin apareció sonriente impecablemente vestido. Tomó café con ellos mientras escuchaba complacido el ofrecimiento de custodia que le hacían esos jóvenes militares A Maza le descubrió enseguida el acento: "Usted es cordobés". "Si, mi general".
"Las cortesías siguieron un par de minutos mientras el café se enfriaba, y el tiempo también y los dos muchachos agrandados se paraban y desenfierraban, y la voz cortante de Fernando dijo:
"Mi General, usted viene con nosotros".
" Así. Sin mayores explicaciones. A las nueve de la mañana.
"¿SI se resistía? Lo matábamos. Ese era el plan, aunque no quedara ninguno de nosotros vivos.
"AFUERA"
"MARIO: Pero no, ahí estaba, caminando apaciblemente entre el Gordo Maza que le pasaba el brazo por el hombro, y Fernando lo empujaba levemente con la metra bajo el pilotín.
"Seguramente no entendía por nada. Debió creer que alguien se adelantaba al golpe que había planeado, porque todavía no dudaba que sus captores eran militares.
"Su mujer había salido. De eso me entere después, porque no recuerdo haberla visto.
"Subieron al Peugeot y arrancaron hacia Charcas, dieron la vuelta por Rodríguez Peña hacia el Bajo, y nosotros detrás.
"EL VIAJE"
"Cerca de la Facultad de Derecho detuvieron el Peugeot y trasbordaron a la camioneta nuestra. Capuano, la Flaca y otro compañero subieron adelante, Fernando y Maza con Aramburu, atrás. Allí se encontró por primera vez con "el cura" y conmigo. Debió parecerle esotérico: un cura y un policía; y el cura que en su presencia empezaba a cambiarse de ropa. Se sentó en la rueda de auxilio. No decía nada, tal vez porque no entendía nada. Le tomé la muñeca con fuerza y la sentí floja, entregada. Maza, "el cura", la Flaca y otro compañero se bajaron en Pampa y Figueroa Alcorta, llevándose los bolsos con los uniformes y parte de los fierros. Fueron a la casa de un compañero a redactar el Comunicado número 1. Quedaron Ramus y Capuano adelante, Aramburu, Fernando y yo atrás, Seguimos hasta el punto donde estaban los otros dos coches. Bajamos, Capuano subió al taxi, y nosotros nos dirigimos a la otra pick- up, la G¡adiator, donde había un compañero.
La Gladiator tenía un toldo y la parte de atrás estaba camuflada con fardos de pasto. Retirando un fardo, quedaba una puertita. Por allí entraron Fernando y el otro compañero con Aramburu. Adelante Ramus que era el dueño legal de la Gladiator y yo, siempre vestido de policía. Durante más de un mes habíamos estudiado la ruta directa a Timote, sin pasar por ningún puesto policial y por ninguna ciudad importante. Delante iba el taxi conducido por Capuano, abriendo punta. Un par de walkie-talkies aseguraba la comunicación entre él y nosotros. Otro par entre la cabina de la Gladiator y la caja.
En toda mi vida operativa no recuerdo una vía de escape más sencilla que esta. Fue un paseo. El único punto que nos preocupaba era la Gral. Paz, pero la pasamos sin problemas: no estaba tan controlada como ahora. Salimos por Gaona, a partir de ahí empezamos a tomar caminos de tierra dentro de la ruta que habíamos diseñado. El Río Lujan lo cruzamos por un viejo puente de madera, entre Lujan y Pilar por donde no pasa nadie. Si la alarma se hubiera dado enseguida, creo que igual nos hubiéramos escapado, porque la ruta era perfecta. Tardamos ocho horas en hacer un camino que puede hacerse en cuatro, pero no entramos en ningún poblado ni nos detuvimos a comer o cargar nafta. Para eso estaba el taxi, legal, que traía las provisiones.
"Aramburu no habló en todo el viaje salvo cuando los compañeros tuvieron que buscar el bidón en la oscuridad. "Aquí está", dijo.
"A la una de la tarde la radio empezó a hablar del presunto secuestro. Ya estábamos a mitad de camino.
"Serían las cinco y media o las seis cuando llegamos a La CELMA, un casco de estancia que pertenecía a la familia de RAMUS. El taxi se volvió a Buenos Aires y nosotros entramos. La primera tarea de RAMUS fue distraer la atención de su capataz, el vasco Acébal.
"Esto no fue fácil porque la casa de Acébal y el casco de la estancia estaban casi pegados y Ramus tuvo que arrinconar al vasco a un costado de la entrada hablándole de cualquier cosa, mientras Fernando y el otro compañero metían a Aramburu en la casa de los Ramus. Ese compañero estaba tan boleado que bajó con la metra en la mano. Pero Acébal no sintió nada y los únicos que aparecimos frente a él fuimos Ramus y yo, que me había cambiado el uniforme de policía.
(NOTA APARTE: En ese momento, quien te escribe esto, estaba cumpliendo con su servicio militar obligatorio en un regimiento de paracaidistas, cercano a la localidad de La Calera, provincia de Cordoba.
Obviamente nos enteramos de lo sucedido, pero para nosotros no pasó de un acuartelamiento por algunos días y nada más. Luego tendríamos mas accion...)
Lo llevaron en una camioneta Jeep Gladiator, escondido detrás de unos fardos de pasto y custodiado por dos jovenes montoneros con sendos cuchillos y ordenes de ejecutarlo si eran detenidos.
Evitaron caminos transitados y puestos policiales y asi lo llevaron hasta la localidad de Timote, al casco de una estancia de un familiar.
Ese mismo día comenzó el juicio.
Cuenta Mario Firmenich que:
Con respecto al fusilamiento de los generales Valle y otros, Aramburu dijo que”...nosotros éramos la revolución y Valle era un contrarevolucionario, y cualquier revolución fusila a los contrarevolucionarios...”
A pedido del comando montonero, Aramburu dejó todo esto escrito de su puño y letra
El otro tema fundamental era averiguar sobre el paradero del cadáver de Eva Perón, que habia desaparecido despues del golpe del 55.
Aramburu dijo que no recordaba bien, pero que si estaba seguro de que tenía cristiana sepultura y que toda la documentación del caso estaba en manos del coronel Cabanillas y se comprometió a hacerlo aparecer si lo liberábamos. Nosotros le contestamos que eso no era una negociación sino un juicio.
A la mañana siguiente, confesó que el cadáver estaba en un cementerio de Roma bajo nombre falso y custodia del Vaticano.
Más de eso no se le pudo sacar.
Luego se le preguntó sobre el golpe de estado que él y otros pensaban dar contra el gobierno de Onganía. Lo negó terminantemente frente al grabador.
Luego, en charlas informales aceptaba que el gobierno de Ongania no daba para más y que él se consideraba preparado para asumir un gobierno de transición hacia una salida democrática (algo asi como el GAN de Lanusse -Gran Acuerdo Nacional-)
En la noche del 1º de junio, le anunciamos que el tribunal iba a deliberar y lo dejamos atado a su cama.
A la madrugada Fernando Abal Medina le comunicó la sentencia:
"General, el Tribunal lo ha sentenciado a la pena de muerte. Va a ser ejecutado en media hora.”
Asi lo cuentan los que lo vivieron:
"Ensayó conmovernos. Habló de la sangre que nosotros, muchachos jóvenes, íbamos a derramar. Cuando pasó la media hora lo desamarramos, lo sentamos en la cama y le atamos las manos a la espalda. Pidió que le atáramos los cordones de los zapatos. Lo hicimos. Preguntó si se podía afeitar. Le dijimos que no había utensilios. Lo llevamos por el pasillo interno de la casa en dirección sótano. Pidió un confesor. Le dijimos que no podíamos traer un confesor porque las rutas estaban controladas.
"Si no pueden traer un confesor" -dijo-, ¿cómo van a sacar mi cadáver?"
"Avanzó dos o tres pasos más. "¿Qué va a pasar con mi familia?" Preguntó. Se le dijo que no había nada contra ella, que se le entregarían sus pertenencias.
"El sótano era tan viejo como la casa, tenia setenta años. Lo habíamos usado la primera vez en febrero del 69, para enterrar los fusiles expropiados en el Tiro Federal de Córdoba. La escalera se bamboleaba. Tuve que adelantarme para ayudar su descenso.
"Ah, me van a matar en el sótano", dijo. Bajamos. Le pusimos un pañuelo en la boca y lo colocamos contra la pared. El sótano era muy chico y la ejecución debía ser a pistola.
"Fernando tomó sobre sí la tarea de ejecutarlo. Para él, el jefe debía asumir siempre la mayor responsabilidad. A mí me mandó arriba a golpear sobre una morsa con una llave, para disimular el ruido de los disparos.
"General -dijo Fernando-, vamos a proceder, -Proceda - dijo Aramburu.
"Fernando disparó la pistola 9 milímetros al pecho, Después hubo dos tiros de gracia, con la misma arma y uno con una 45. Fernando lo tapó con una manta. Nadie se animó a destaparlo mientras cavábamos el pozo en que íbamos a enterrarlo.”
Hay que destacar aquí, que algunas opiniones, como la del periodista Juan Alonso, indican que el secuestro de Aramburu se pudo hacer porque de alguna manera Onganía lo consintió.
El gobierno de Onganía estaba pasando su peor momento y sabían que Aramburu se proponía como valvula de escape.
Para esta persona, el operativo se hizo en conjunto, entre Montoneros y los servicios de inteligencia de Onganía, quienes le habrían dado a Montoneros, una “zona liberada” para que puedan operar sin problemas.
Que dijo Perón cuando se enteró de la muerte de Aramburu?
Firmenich dice que ignora que habrá dicho el general, pero supone que se habrá regocijado en el fondo.
Jorge Antonio, asesor y consejero de Perón, dice : “...es triste decirlo, pero tuvo una reacciòn de alegría.Peron me dio la noticia. A él le avisaron por teléfono y vino a verme y me dijo: ´ mataron a Aramburu, Jorge Antonio. Ése se lo merecía. Pagó parte del mal que hizo ´ “
COPAMIENTO DE LA LOCALIDAD DE” LA CALERA”
La Calera, es una pequeña localidad ubicada a unos 25 Km de Córdoba, yendo hacia el oeste, rumbo a las sierras cordobesas.
Uno de los caminos para llegar alli, pasa por un campo militar, asiento de tres guarniciones militares, asi como frente a un barrio con viviendas de militares
Toma de la Calera ( Córdoba). Segunda aparición de Montoneros.
“El 1ro de julio de 1970, un grupo comando integrado por no menos de 15 personas, entre las que se encontraban varias mujeres, tomó la localidad de la Calera ( A 23 Km de la ciudad de Córdoba) atacando la comisaría, robando sus armas y destruyendo parte de sus instalaciones y expedientes, el Banco de la Provincia, donde se llevaron 4.000.000 de pesos, el correo, de donde se llevaron sellos postales y la central telefónica. Durante la operación se identificaron como Montoneros, realizando pintadas y arrojando panfletos. Avisado el Comando del Tercer Cuerpo de Ejército, se bloquearon las rutas y se lograron detener a 9 de los integrantes, tres de ellos que habían participado del asesinato del general Aramburu el año anterior y cuyo cuerpo aún no había sido encontrado. “Hasta ahí, el ex presidente, era un desaparecido”.
Uno de los detenidos, Emilio “el gordo”Mazza que estaba herido, falleció a la semana.
Todos ellos fueron amnistiados y liberados el 25 de mayo de 1973 por el gobierno de Cámpora. “
(Boletín Nuestra Historia-70)
OBJETIVOS DE LA TOMA DE LA CALERA:
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Recuperación de dinero y de armas
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Desarrollo de la propaganda armada
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Dar tstimonio de nuestra solidaridad combatiente con los mecánicos cordobeses reprimidos por la patronal y el gobierno
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Demostrar que los hechos militares de envergadura son posibles y que el enemigo es vulnerable
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Poner a prueba la capacidad, disciplina y responsabilidad de los militantes en operativos de volumen
En este operativo murieron mas de diez guerrilleros, entre ellos Emilio Maza, participante del secuestro de Aramburu
(NOTA APARTE: En ese tiempo, yo me encontraba prestando el Servicio Militar Obligatorio en el Regimiento 14 de Infantería Aerotransportada, con sede en el camino a La Calera.
Al conocerse la noticia, se nos ordenó prepararnos para salir, con armas y munición de guerra.
En mi caso, fuimos apostados en un cruce de caminos con una ametralladora pesada con orden de disparar a quien quisiera cruzar.
Estuvimos varias horas allí, pero no ocurrió nada.
Luego nos enteramos que los Montoneros habian sido reducidos y que muchos de ellos murieron, como asi tambien varios militares)
A todo esto, el general Onganía, totalmente desprestigiado, es reemplazado en el cargo de Presidente de la Nación, por el General Roberto Marcelo Levingston (junio de 1970). El verdadero hombre fuerte del ejército, era el general Alejandro Lanusse, quien prefirió permanecer todavia en segundo plano.
“El 26 de marzo de 1971, Lanusse asumió la presidencia en un clima político totalmente desfavorable. La violencia guerrillera crecía, el descontento popular tambien. Perón sumaba dia a día más adictos y la continuidad del gobierno militar se tornaba muy difícil de sostener. Lanusse evaluó correctamente que el principio de solución a los múltiples conflictos, pasaba por terminar con la proscripción del peronismo y decretar una apertura política que permitiera una transición hacia la democracia. En este contexto nombro en el ministerio del interior, a Arturo Mor Roig, de reconocida militancia radical, propuso un Gran Acuerdo Nacional (GAN) entre los argentinos y anunció la convocatoria a elecciones nacionales sin proscripciones que finalmente tendrían lugar el 11 de marzo de 1973.
A los partidos políticos se les restituyeron sus locales, cerrados desde el golpe de Onganía, y se los proveyó de fondos para que pudieran desarrollar sus actividades proselitistas” (Felipe Pigna en “Lo pasado pensado”)
Durante los años 1970, 71, 72 y 73, Montoneros siguió realizando distintos operativos de secuestro, copamiento, y asesinatos.
Algunos de ellos fueron:
El 7 de agosto de 1970 asesinan al dirigente peronista y Secretario general de la CGT José Alonso
El 15 de agosto de 1972, junto a miembros del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) y de las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), protagonizan una fuga masiva del penal de Rawson (Chubut). Algunos logran escapar, pero muchos de ellos se entregan al no poder llegar a tiempo al lugar del aterrizaje de un avion. Estos serán fusilados a los pocos días aduciendose que trataron de fugarse.
Este suceso se conoce como “La masacre de Trelew” (16 prisioneros fusilados).
Perón pudo volver a Argentina (17-11-72) en un corto viaje, y en su estadía, designó como candidato para las elecciones, a Héctor José Cámpora.
Los comicios tuvieron lugar el 11 de marzo de 1973 y el FREJULI (Frente Justicialista de Liberación) trinfó ampliamente. La consigna electoral habia sido “Cámpora al gobierno, Perón al poder”.
El 20 de junio de 1973, Perón regresa definitivamente en el marco de un operativo gigantesco.
Mas de dos millones de personas se congregaron en el aeropuerto de Ezeiza, donde se habia montado un gigantesco palco para escuchar al lider.
El coronel encargado de la seguridad, tenía órdenes de reservar los lugares cercanos al palco, a los sectores tradicionales del peronismo y asi, cuando las fuerzas de Montoneros y FAR quisieron acercarse, fueron recibidos a tiros por grupos armados de la ultraderecha peronista. Hubo 13 muertos y 365 heridos.
Peron debió aterrizar en otro aeropuerto.
En julio Cámpora renuncia y se convoca nuevamente a elecciones con la participación de la fórmula Juan Domingo Perón - María Estela Martínez de Perón para el 23 de setiembre de 1973. Triunfaron con el 62% de los votos contra el 25% del binomio radical Balbín - De la Rúa.
ASESINATO DE JOSE IGNACIO RUCCI (25-09-1973)
Aún no se habían apagado los ecos del triunfo justicialista cuando -el 25 de Septiembre de 1973-, fue acribillado a balazos José Ignacio Rucci, hombre de confianza de Perón. Para muchos, éste incidente se convirtió en uno de los errores mas desgraciados de nuestra historia contemporánea pues marcó el quiebre definitivo de los Montoneros con Perón, quienes tomaron, posteriormente, un camino sin regreso. "La teoría del apriete pudo más. Había que tirar un cadáver sobre la mesa de negociaciones, y los Montoneros apostaron duro: tiraron el de Rucci. Ese mismo día la derecha peronista mató a un militante de la JP. Empezaba la masacre" (77). Los partidarios del extinto líder sindical clamaban venganza. Sergio Moreno, en Página/12, narra así una parte de la historia:
"Desde hacía tiempo dormía en casas diferentes cada noche, acompañado por una garde du corps que lo seguía a sol y a sombra. Esa noche de septiembre de 1973 se había ido a lo de una cuñada que vivía en Avellaneda 2953. El Petiso estaba contento: dos días atrás la fórmula Perón - Perón había ganado las elecciones generales con casi un 62 por ciento de los votos.
"Ese mediodía del 25, salió a la calle camino al Torino rojo que usaba. Apenas llegó a la puerta. Un escopetazo proveniente de una casa lindera le dio de lleno en el pecho. Sus custodios se trenzaron en un tiroteo contra nadie, que disparaba de dos frentes distintos. José Ignacio Rucci, hace hoy 25 años, murió acribillado de 23 balazos provenientes de las armas de un comando montonero. En esa época se acuñó un chiste, siniestro como la disputa de ese tiempo: "a Rucci le dicen Traviata, la de los 23 agujeritos".
"Era rosarino, petiso, flaco, enjuto y usaba un jopo que, en complicidad con sus bigotes, le daban un aire de cantante latino de boleros. Tenía 48 años cuando murió. En 1966 fue nombrado interventor de la seccional de San Nicolás de la Unión Obrera Metalúrgica, la poderosa UOM de los 60 y 70.
"Creció gremialmente bajo el ala de Augusto Timoteo "el Lobo" Vandor y se hizo digno alumno de su escuela de conducción política. Tuvo su mismo fin.
"El 5 de julio de 1970, en su residencia de Puerta de Hierro, en Madrid, Juan Domingo Perón recibió un telegrama. "Triunfó su hombre, general. El secretario de la CGT es José Rucci." Tres días antes de que Perón recibiera la noticia, el congreso de unidad de la CGT había encumbrado al metalúrgico gracias al manejo de otros de sus padrinos, Lorenzo "El Loro" Miguel.
"A partir de ese momento, este sindicalista de segunda línea, comenzó a influir en la historia de la Argentina de manera descarnada. Rucci fue, junto con Miguel, la cara de la Patria Metalúrgica, en un país que comenzaba a sumergirse en la interna más sangrienta que vivió el peronismo en su historia. Con cadáveres como moneda de cambio, el peronismo delineaba su división entre "fachos" y "zurdos", entre "burócratas" e "infiltrados".
"En los 60, fue el propio Perón quien promovió a sus "formaciones especiales", compuestas mayoritariamente por la "juventud maravillosa". Perón se enfrentaba, tácticamente y desde el exilio, a su primer enemigo interno: Vandor impulsaba, en connivencia con el onganiato, un peronismo sin Perón. El viejo general no lo iba a permitir, para lo cual se valió de sus formaciones especiales...
"En los 70 el tiempo cambió. Vandor había sido asesinado en su bunker de Avellaneda y el gobierno militar armaba su retirada. Los émulos del Lobo, como lo fue Rucci, estaban nuevamente del lado donde debían estar y preparaban el regreso del general.
"El primero -efímero - fue el 17 de noviembre de 1972. Rucci lo recibió bajo un oportuno paraguas que pasó a la historia. El segundo regreso fue el comienzo de la tragedia".
La historia oficial -escueta y evasiva como siempre -consigna que el entonces secretario general de la CGT José Ignacio Rucci, "fue asesinado el mediodía del martes 25 de setiembre de 1973" y al margen de la fecha aporta pocos datos. Por aquella época gobernaba provisoriamente Raúl Lastiri (yerno del "hermano" José López Rega) y ya había resultado electo el teniente general Juan Domingo Perón.
El líder sindical había pasado la noche en un departamento de la avenida Avellaneda (casi Nazca) en el barrio de Flores. Allí vivía un familiar y Rucci solía quedarse a dormir desde hacía por lo menos un semestre, lo que era ignorado por casi todos los vecinos de la zona. Entre las especulaciones que se tejieron se comenta la que asegura que, en realidad, en el departamento no vivía un pariente sino una amante, pero esto poco aporta al fondo de la historia, más allá de lo anecdótico. Otras fuentes sostuvieron que el sindicalista acostumbraba cambiar su lugar de descanso por estrictas razones de seguridad.
Lo cierto es que Rucci abandonó la finca a las 12:10. Frente a la casa lo esperaba su Torino rojo y muy cerca, los tres vehículos de la custodia. El atentado dio comienzo exactamente cuando el gremialista cruzaba la vereda rumbo al Torino. Los disparos partieron desde los techos de las casas de alto de la acera ubicada al sur.
El testimonio de los custodios no es precisamente un dechado de exactitud. Llegaron a afirmar, tal vez para justificar su ineptitud, que los agresores habían arrojado bombas o granadas, cuyas evidencias jamás fueron encontradas.
José Rucci fue alcanzado inmediatamente por buena parte de esa lluvia de balas, con una profunda herida en su cuello, además de numerosos impactos en todo su cuerpo. Cuando ya era tarde y el líder yacía en la vereda, recién los custodios se parapetaron detrás de los autos para repeler el ataque. Tuvieron una sorpresiva respuesta cuando los disparos comenzaron a llegar desde las ventanas a sus espaldas. Así, Rucci recibió nuevos balazos, al igual que su chofer, "Tito" Nuñez, y Ramón Rocha, otro de los custodios. El desconcierto era total. Aparentemente, los atacantes habían iniciado la emboscada con el lanzamiento de una tabla que llevaba una ristra de petardos.
La defensa se hacía casi imposible, sobre todo si se le suma que desde un colegio cercano (en cuya terraza parecía haber una boca de fuego atacante) alguien les gritó a los custodios que detuvieran el fuego ya que en el interior del establecimiento había más de 200 escolares. Sin embargo, pese a su intensidad (los primeros cálculos periciales estimaron que se dispararon más de cien proyectiles) el tiroteo fue relativamente breve, ya que a las 12:30 los agresores se habían ido.
Ninguna de las organizaciones guerrilleras se atribuyó de inmediato el atentado, por lo que los rumores florecieron. Lo que sí se supo enseguida fue que era un comando integrado por nueve a once personas, las que dispararon desde tantos puntos diferentes que hizo imposible la defensa. A eso debe sumársele el tipo de armamento empleado para perpetrar el crimen: armas largas de precisión, ametralladoras sin utilizarse, pero que estaban reservadas en caso de que Rucci lograra subir al auto o la defensa de los custodios fuera más efectiva.
Una de las primeras declaraciones oficiales fue la del general Miguel Ángel Iñíguez, el entonces jefe de la Policía Federal, quien confirmó que los atacantes habían huido por la parte trasera de los edificios donde estaban escondidos. También aseguró que "hubo un llamado telefónico a la comisaría, una voz femenina que dijo pertenecer al ERP-22 de agosto (en homenaje
a los caídos en Trelew) y que "esa es la organización autora del asesinato". Sin embargo, nadie terminaba de creerlo. Habían algunas piezas que no terminaban de encajar en la trama, si bien el ERP había sido declarado ilegal por decreto presidencial apenas un día antes, el lunes 24, su línea política no le permitía atentar contra sindicalistas.
Finalmente las investigaciones más serias indicaron que habían sido miembros de la organización Montoneros y no el Ejército Revolucionario del Pueblo los encargados del crimen. Para autores como Giussani, "los Montoneros, sobre todo tras el deterioro de sus relaciones con Perón, explicaban con frecuencia el asesinato de Rucci como un apriete dirigido al anciano líder para inducirlo a negociar un nuevo trato con la organización". Sin dudas, los guerrilleros habían determinado "ablandar" las relaciones con Perón, rígidas y estancadas desde hacía tiempo. Era una forma que presión política, decían algunos, y "tirándole el cadáver" en la cara se buscaba poner condiciones. Así se pretende explicar el motivo por el cual los "montos" no se adjudicaron el asesinato del brazo derecho del líder justicialista en el sindicalismo. No obstante, continuaban las versiones. No faltan los que atribuían la trágica muerte de Rucci a los "servicios" a una incipiente banda que luego se reconocería como la "Triple A" y hasta a una provocación de la CIA.
Según consigna el escritor Eugenio Méndez en un libro que profundiza las indagaciones sobre este crimen, desde un primer momento, al menos internamente, los Montoneros se atribuyeron el atentado. Consideraban a Rucci como a uno de los peores burócratas, un colaboracionista que estaba rodeando al líder justicialista. La idea era quitarle la base donde se apoyaba Perón (el sindicalista era el hombre más incondicional que tenía) para demostrarle la tremenda vigencia de la "Organización".
La Conducción Nacional de Montoneros había dispuesto la necesidad de matarlo. "Todos votaron por la muerte: Pepe, el Negro, Nicolás y Marquitos que eran la cabeza, aunque después se le agregaron para apoyarlos el Pelado Carlos, el Cabezón, la Gaby, Anita, el Vasco y el Loco, consignó Méndez. Estos eran los nombres de guerra de Mario Eduardo Firmenich, Roberto Quieto, Fernando Vaca Narvaja, Marcos Osatinsky, Roberto Cirilo Perdía, Norma Arrostito, María Antonia Berger, Horacio Mendizábal y Rodolfo Galimberti. La consigna surgió inmediatamente: "Rucci traidor/, a vos te va a pasar/ lo mismo que a Vandor", se escuchaba en todo acto político. Luego se eligió a la Columna Capital para realizar el operativo. En el mencionado libro se apunta que esta columna estaba integrada por Mendizábal, Perdía, Habbeger y Francisco 'Paco' Urondo como jefes; Juan Julio Roqué, Lorenzo Konkurat, Julio Cesar Urien y Lidia Mazaferro, como subjefes; y Norberto Ahumada, Juan Carlos Dante Gullo, Luis Roberto Lagraña y Manuel Angel Ponce, como nexos.
Se indica que el responsable del operativo fue Urondo. La planificación corrió por cuenta de Perdía, Mendizábal y otros tres oficiales guerrilleros. Por los informes de su propia inteligencia, aunque sabían que Rucci cambiaba de alojamiento permanentemente, lograron establecer que finalmente concurría más asiduamente -y sobre todo los martes- al departamento de la avenida Avellaneda. Allí vivía con su familia.
El comando montonero sólo tuvo que seguirlo la noche anterior y después dispuso de todo el tiempo requerido para ocupar las posiciones de fuego. Entre los guerrilleros intervino Juan Julio Roque, alias "Lino", quien había liquidado al general Juan Carlos Sánchez en Rosario. Para Rucci, la idea de un atentado era una certeza. Apenas un mes antes había declarado : "Quiero que sepan que si me pasa algo, sólo los inmundos bolches o trotskistas pueden atentar contra mi vida". Horacio Sueldo, el entonces legislador del partido Revolucionario Cristiano, "nos preocupa el clima de odio total que está flotando y que no siempre contribuimos a disipar, sino en algunos casos a incrementar".
Tal vez el lamento más gráfico fue el del propio General Perón: "Me cortaron las patas".
A la pregunta de “Por qué mataron a Rucci?”, Mario Firmenich responde:
“Rucci fue uno de los responsables de la masacre de Ezeiza. Este es el sentir popular... Rucci se había convertido en un abanderado de decir ´hay que matar a los zurdos´... Rucci jugó un rol bueno y favorable para el retorno de Perón y despues jugó un rol reaccionario en la masacre de Ezeiza..”
LOS MONTONEROS Y PERON
“El proyecto de Montoneros, planteaba que la Argentina debía optar entre la “liberación o la dependencia” del imperialismo que, según ellos, estaba representado por las grandes empresas multinacionales y sus aliados locales, la oligarquía industrial, financiera y terrateniente nativa. Frente a ellos se alzaba lo que llamaban “la nación”, representada por el pueblo peronista (obreros, marginales, estudiantes etc) y sus aliados, la burguesía nacional, urbana y rural.
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Es decir, su visión tenía dos presupuestos: que Perón se habia convertido al socialismo y que los burócratas y burgueses apoyarían al proyecto de liberación nacional y social que sería liderado por Perón y los sectores radicalizados (de izquierda) del movimiento Montonero.
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Perón fue explicitando sus decisiones políticas respecto de su proyecto, -que no era el de Montoneros- de acercamiento a los sectores de derecha del movimiento, en detrimento del ala izquierda, que fue desplazada de todas las instancias de poder” (Historia: La Argentina contemporánea - F. Pigna y otros)
“Avisó. Perón avisaba, yo en ningún sentido puedo decir que Perón nos haya traicionado. No teníamos la misma visión de las cosas. Había una generación ausente en el medio. Era muy difícil. Nuestro estilo de vida. Nuestro estilo de diálogo político, de discusión política, nuestra gimnasia de discutir todos con todos, de discutirlo todo, no era lo que Perón conocía. El tenía un estilo absolutamente patriarcal con la generación intermedia, que nunca la discutió nada” (Mario Firmenich)
El 1ro de Mayo de 1974: la ruptura Perón - Montoneros
En esa fecha, el gobierno convocó a la gente a la Plaza de Mayo para celebrar el “Día del trabajo y la Unidad Nacional”.
La plaza, como siempre, se colmó. Era la primera vez que Perón la volvía a convocar despues de 18 años
Los jovenes Montoneros, comenzaron a reclamar (mediante cantos o consignas coreadas a viva voz), el cumplimiento del programa electoral del FREJULI .
_También cuestionaban la presencia alli, de “gorilas” (derechistas, conservadores) como los comisarios Villar y Margaride y finalmente saludaron a la esposa de Perón (Isabelita) con el canto: “Evita hay una sola, no rompan mas las bolas”.
Otros cantos fueron:
“Si Evita viviera, sería montonera”
“Que pasa, que pasa General.. está lleno de gorilas el gobierno popular”
“Montoneros, el pueblo te lo pide, queremos la cabeza de Villar y Margaride”
También los hubo del bando contrario:
“Rucci leal, te vamos a vengar”
“Vea., vea, vea que cosa mas bonita, Rucci dio la vida, por la patria peronista”
“Apoyo a los leales, amasijo a los traidores”
Perón se descontroló y los trató de “imberbes” y “estúpidos”
“Compañeros: hace hoy v einte años que en este mismo balcón y con un día luminoso como este, hablé por última vez a los trabajadores argentinos. Fue entonces cuando les recomendé que ajustasen sus organizaciones porque v enían tiempos difíciles. No me equivoqué ni en la apreciación de los días que venían ni en la calidad de la organización sindical, que se mantuvo a través de veinte años, pese a estos estúpidos que gritan.
Decía que a través de estos veinte años, las organizaciones sindicales se han mantenido inconmovibles, y hoy resulta que unos imberbes pretenden tener más méritos que los que lucharon durante veinte años.” (Juan Domingo Perón - discurso del 1-05-74).
Las numerosas columnas de Montoneros y de la izquierda peronista comenzaron a abandonar la plaza, dejando un visible espacio vacío
El político Oscar Alende, cuenta que luego que Perón terminó el discurso y entró a la casa Rosada, él le dijo: “Pero General, que pasó?.. la juventud?”
-“Bueno, le dice Perón, de vez en cuando hay que darle un tirón de orejas a los jóvenes, pero no es nada”
Y lo agarra a Lopez Rega (secretario) y le dice: “No quiero que ocurra absolutamente nada y ud es el responsable”.
Si Perón no le hubiera dicho eso a Lopez Rega, ocurria una masacre en la Plaza.
Nos dice Miguel Bonasso (ex Montonero): “Siempre se ha dicho que la noche del 1º de mayo, Perón echo a los Montoneros de la Plaza. No es cierto. La mitad de la gente se fue desbordando incluso los controles y desbordando la conducción de la propia organización... Los viejos peronistas que estaban de acuerdo con la posición de la juventud peronista, rompian los carnets de afiliación y decían ´Éste viejo de mierda, que se deje de joder´, y se iban”
“Evidentemente fue un hecho muy traumático ver a Perón insultándonos. Perón que habia hablado de la juventud maravillosa... Verlo diciéndonos estúpidos, imberbes, mercenarios; verlo rodeado de asesinos... Ver el gobierno popular integrado por gorilas, por personajes de cuarta como Isabel. Realmente fue muy doloroso y muy angustioso”
El fin de Perón
El 12 de junio de 1974, Perón lanzó una convocatoria a los peronistas a estar atentos: “Yo se que hay muchos -dijo- que quieren desviarnos en una o en otra dirección , pero nosotros conocemos perfectamente nuestros objetivos y marcharemos directamente a ellos, sin influenciarnos nio por los que tiran desde la derecha ni por los que tiran desde la izquierda. El gobierno del pueblo es manso y es tolerante, pero nuestros enemigos deben saber que tampoco somos tontos.”...”Les agradezco profundamente que se hayan llegado hasta esta histórica plaza de Mayo. Yo llevo en mis oidos, la más maravillosa música que, para mi, es la palabra del pueblo argentino”
Ese sería su último discurso, pues el 1º de julio de 1974, a las 13:15, Isabel, custodiada por Lopez Rega, anunció por la red nacional de comunicaciones, el fallecimiento de Juan D. Perón.
“Para mucha gente era el hombre que había transformado la Argentina de país agrario en industrial, de sociedad injusta en paraíso de la justicia social. Para otros, menos pero no pocos, era un dictador autoritario y demagogo que terminó con la disciplina social y les dio poder a los ´cabecitas negras´”. (Felipe Pigna: Lo pasado pensado)
El gobierno pasará a manos de la vice presidenta, María Estela Martínez (Isabelita) de Perón.
La incapacidad política de esta mujer era evidente, y la influencia de José Lopez Rega (El Brujo), fue enorme.
Este personaje habia sido el creador de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), organizaciòn armada paramilitar, que cometía asesinatos, secuestros y torturas.
Aparecieron las llamadas “listas negras” y comenzó una ola de exilios. En las FF AA volvió a tomar vigor la “Doctrina de la Seguridad Nacional”
Montoneros continuó realizando sus atentados, secuestros y asesinatos, siendo importante en este período el asesinato de Arturo Mor Roig, político de extracción radical y ex ministro del interior
MONTONEROS PASA A LA CLANDESTINIDAD
El 6 de setiembre de 1974, debido al asesinato de varios de sus integrantes y a la destrucción con bombas de la mayoria de sus locales partidarios, la organización Montoneros, decide pasar a la clandestinidad.
Mario Firmenich dice que todos veían, despues de la muerte de Perón, que el golpe de estado debía llegar en cualquier momento y asi, ellos serían la víctima principal.
También dice que, visto ahora con retrospectiva, fue un gravísimo error estratégico y político.
Roberto Perdía, otro dirigente Montonero dice al respecto:
“Cometemos un error muy grave en el año 1974, durante el gobierno de Isabel Perón, todavia en democracia. Padecemos el hostigamiento de de la Triple A que construyó Lopez Rega, que nos estaba asesinando militantes, y nosotros decidimos allí pasar a la clandestinidad como una forma de defender a la militancia. Fue un grave error político. Posiblemente hayamos ahorrado vidas, porque nos estaban matando. Pero perdimos políticamente, que en la vida de cualquier organización significa perder el contacto con el pueblo. Por eso fue grave. Creo que ése fue el error mas grave de nuestra historia política y militar.”
La primer acción militar importante luego de esta decisión, fue el secuestro de los hermanos Jorge y Juan Born, directivos del grupo Bunge & Born, uno de los mas poderosos del país.
Por su liberación, exigieron 60 millones de dólares que el grupo pagó. Fueron liberados.
El 1º de noviembre, asesinaron al Jefe de la Policía Federal, comisario Alberto Villar y su esposa.
A mediados de 1974, el ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP), decide crear un frente guerrillero rural, en las montañas y bosques de la provincia de Tucumán.
Hasta ahora el accionar guerrillero habia sido mayoritariamente urbano, y con ésta decisión comienza a desarrollarse una guerrilla rural, tratando de imitar lo sucedido en Cuba y Vietnam.
En enero de 1975, el Poder ejecutivo Nacional, promulgó el decreto 261 por el cual encargó la lucha antisubversiva al ejército y le ordenó “neutralizar y aniquilar la acción de los elementos subversivos” en la provincia de Tucumán.
Bajo esa cobertura legal, se inició el llamado “Operativo Independencia”, creándose en Famaillá (Prov. De Tucumán) el primer centro clandestino de detención de la Argentina, conocido como “La Escuelita”. Por alli pasaron más de mil detenidos, la mayoria de ellos torturados y muchísimos ejecutados.
Esta metodología de las FF.AA, seguirá luego con el gobierno de Facto de Videla y sucesores, extendièndose a todo el mapa nacional.
El político justicialista Antonio Cafiero, integrante del gobierno de aquel entonces, defiende ese decreto, diciendo que se ordenaba aniquilar la subversión y no al subversivo.
RUMBO AL GOLPE DE ESTADO
En 1975, Montoneros realizó su último acto de carácter político: fundó el PA (Partido Autentico) para participar en las elecciones de la provincia de Misiones.
Estuvo integrado por ex gobernadores de la izquierda peronista, depuestos por Perón, sindicalistas y organizaciones de base de Montoneros.
Uniéndose a otros sectores de izquierda política, comenzó a extenderse, llegando a mediados de año a participar en buena parte del territorio nacional.
Si embargo, a fines de 1975, el ERP realiza un fallido intento de copar un arsenal militar en Monte Chingolo.
El gobierno afirma que fue una acción conjunta (ERP y Montoneros) y por lo tanto declara ilegal al PA.
“Sin una expresión política, la guerrilla, con sus fuerzas claramente diezmadas por la represión de las fuerzas militares, el accionar de la Triple A y los grupos paramilitares, volcó sus últimas fuerzas en la lucha armada. Estas ultimas y escasas acciones militares de la guerrilla antes del golpe de estado militar, aun aquellas realizadas para apoyar algun conflicto gremial o una huelga, no fueron bien recibidas por la mayoría de la población” (F. Pigna: Lo pasado pensado)
EL GOLPE (24 DE MARZO DE 1976)
El 24 de marzo de 1976, una junta militar integrada por los comandantes en jefe de las tres armas, derrocó al gobierno constitucional de María Estela de Perón (Isabelita). La Junta eligió como presidente, al General Jorge R. Videla, comandante en jefe del ejército.
Las FF.AA asumieron el poder político como representantes de los intereses de los grandes grupos económicos.
Los partidos políticos importantes como el radicalismo y el peronismo, no resistieron el golpe como se esperaba y sus dirigentes mas tradicionales guardaron un silencio cómplice.
Los sectores mas combativos, ya no tenían capacidad de respuesta, debilitados por el accionar de la Triple A.
EL OCASO DE LA GUERRILLA
Desde 1976, la guerrilla (ya muy desarticulada) comienza a realizar cruentos atentados como acciones desesperadas.
Como ejemplo diremos que el 16 de junio, la joven montonera Ana María Gonzalez colocó un explosivo bajo la cama del jefe de la policía Federal, Cesáreo Cardozo, quien muere en el acto.
Para ello debió hacerse amiga de sus hijas, asistir al mismo colegio, compartir días de estudio e invitaciones de la familia a comer en su casa.
Para ella esto fue la peor parte: “convivir con el enemigo odiado”.
En general, la guerrilla tomó la decisión de combatir hasta el final.
Dice al respecto Roberto Perdía: “Se produce el golpe del 76. Nosotros (Montoneros) decidimos enfrentar a la dictadura con lo que tuvieramos en ese momento. Y tuvimos una cantidad importantísima de bajas que se miden en miles de compañeros muertos. Compañeros nuestros, compañeros de otras organizaciones, militantes populares de diferentes signos inclusive”
La Contraofensiva
“En 1979, la conducciòn de Montoneros decidió lanzar una denominada “Contraofensiva estrategica”, enviando desde el exterior a centenares de militantes para realizar tareas de “hostigamiento” a la dictadura militar.
La mayoría de ellos fueron abatidos tratando de desarrollar esas acciones, entre ellos, el jefe del “Ejército Montonero”, Horacio Mendizabal” (F.Pigna: Lo pasado pensado)
Los dirigentes montoneros (en el exterior) consideraron que la dictadura estaba en mala posición frente a la población y que con algunos golpes debía caer.
Por ello fue que lanzaron esta contraofensiva donde, según la mayoría de los informes, cayeron mas de 500 guerrilleros montoneros, aunque Mario Firmenich dice que fueron muchísimos menos (unos 20) y que la mayoría volvió para la acción política y sindical.
Ante la pregunta de que se lo acusaba de haber mandado al matadero a lo mejor de una generación de argentinos, Mario Firmenich responde:
“Es la teoría del flautista de Hamelín, según la cual yo era una especie de Flautista de Hamelín ideológico y los demás eran ratas que seguían la flauta y se suicidaron. Eso es absurdo e injusto para con nuestros muertos. Una organización clandestina debe contar con el consenso explícito de sus militantes, minuto a minuto. No hay nada más fácil que desertar de una organización clandestina: con no concurrir a una cita y separarse de la organización, eso es todo lo que hay que hacer” (en Lo pasado pensado - F. Pigna).
El cálculo más aceptado es que murieron algo mas de 80 militantes
EL FINAL
Como fue desarticulándose la organización Montoneros, es algo que no se sabe bien a ciencia cierta.
Las fuerzas de seguridad habían infiltrado la organizaciòn ya en la década del ´80 y por ello pudieron revertir sus acciones con duros reveses
Hay quienes aseguran que la cúpula montonera sobreviviente, pactó con Massera (con quien se reunieron en París) y por ello la Marina entregó millones de dólares a los ex guerrilleros, a cambio de proporcionar seguridad a sus líderes y de las listas de los "perejiles", es decir los chicos combatientes que creían que luchaban por sus jefes y por un país mejor.
Estas maniobras fueron detectadas por una joven diplomática con asiento en París, Elena Holmberg, quien al advertir que jefes montoneros se reunían con militares, avisó urgente a la Cancillería, que estaba en manos de la Armada. Se la hizo venir a Buenos Aires para informar, y aquí un grupo de tareas la asesinó. Otro embajador, Hidalgo Solá, que estaba en Venezuela y advirtió una maniobra similar, también corrió igual suerte, pero en este caso su cuerpo nunca apareció.
BIBLIOGRAFIA
General: “Lo pasado pensado” - Felipe Pigna - Edit. Planeta
“La dictadura (1976-1983) Liliana Caraballo y otras - Edit Eudeba
Sobre la muerte de Aramburu: http://www.elortiba.org/memoria1.html#Cómo_murió_Aramburu
Sobre la contraofensiva: http://www.rodolfowalsh.org/article.php3?id_article=1810
Sobre Mario Firmenich: http://www.elortiba.org/firme.html
Libros que podrian ampliar estos conceptos (no consultados aquí)
ARGENTINOS 2 - Jorge Lanata
RECUERDOS DE LA MUERTE - Miguel Bonasso
LA VOLUNTAD - Martín Caparrós y Eduardo Anguita
CONFESIONES DE UN MONTONERO - Eugenio Méndez
SOLDADOS DE PERON, LOSMONTONEROS: Richard Gillespie
¿QUIÉN MATÓ A ARAMBURU? - Juan Alonso
MONTONEROS, FINAL DE CUENTAS - Juan Gasparini
NUNCA MAS - CoNaDeP (Comisión nacional desparicion de personas)
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