PANORAMA ACTUAL MAYO 2008
Por Ricardo Auer
1. Llama poderosamente la atención el modo de "negociación" planteado por el gobierno de los Kirchner, en el conflicto generado por las "retenciones móviles" (más correctamente derechos de exportación variables) a la exportación agraria. Lo que al inicio parecía ser una disputa sobre intereses económicos muy concretos, que podía resolverse mediante una "negociación" normal, se ha ido transformando con el tiempo en una acción de "retención del statu quo" por parte del gobierno, quien no admite siquiera alguna mínima corrección de su llamado "modelo de acumulación con distribución social", que obviamente está lejos de merecer tal denominación. ¿Porqué 1.000 millones de dólares de diferencia en las retenciones son tan importantes para un gobierno que tiene 50.000 millones de dólares de reserva en el BCRA y dice que va a (mal) gastar 6.000 millones en el “tren bala”?
2. Nadie alcanza a comprender los objetivos finales para "seguir reteniendo" (impidiendo o demorando) mediante acciones de entorpecimiento u obstrucción (vía patoterismo, chicana o amenaza), una inevitable negociación de claro significado económico. Más aún cuando ello le ha significado una estrepitosa caída de imagen positiva en la opinión pública. Cabe entonces la pregunta: ¿que hay mas importante que la imagen para un político?. ¿Auto-victimización?. ¿Ideologismo?. ¿Fomento del divisionismo interno?. ¿Soberbia?.¿Caso aislado??
3. Negociación significa acuerdo, transacción, convenio. Continuamente hay muchas negociaciones: económicas, políticas, sociales, sindicales, psicológicas, ambientales, familiares y en otros ámbitos. La experiencia de los últimos años nos está indicando que dicha acción está cayendo casi en desuso en nuestro país. Acá cualquier negociación se suplanta por la ley del más fuerte; el pez grande se come al chico. Dicho salvajismo en las relaciones humanas es una manifestación más de la ausencia de un Estado y de las Instituciones que velen por el Bien Común, los Intereses Nacionales (no sectoriales), y es propio de la decadencia y la anomia en que nos movemos, particularmente en los últimos años.
4. Decadencia que se disimula bajo una manto pseudo-democrático, ya que el “poder” del gobierno de turno se ejerce como una “dictadura de la mayoría”, y su contraparte, lo manifiesta como una “victimización de las minorías”. El que gobierna cree que puede "hacer lo que quiere" y la oposición argumenta que "nada se puede modificar" mediante un reclamo sensato y racional. En el medio de esas posiciones extremas no hay “tejido social, económico o político” que amortigüe los problemas. Sólo hay trincheras antagónicas. Una sociedad que funciona de ese modo está gravemente enferma y por eso el pueblo continúa descreído de todo. No es posible aceptar que, porque se ha ganado una rutinaria elección (a como de lugar), se introduzca el concepto de “territorio liberado” para tomar medidas inconsultas, con el antidemocrático argumento, que oponerse a las mismas, constituye una “desestabilización de la democracia”. Ese razonamiento es estúpido e inmoral. Y es el argumento mas utilizado por la “oligocracia” reinante.
5. Los partidos políticos con estructuras, doctrinas y debate interno han dejado de existir. El actual PJ nacional es una parodia solo explicable por “la caja”, que no supera políticamente a la pre-existente Confederación de Partidos Provinciales de origen peronista; cada una, con su caudillo de turno. ¡Nestor Kirchner, quien nunca nombra a Perón, su creador, asume como Presidente del PJ!. ¿No es una burla??. La Coalición Cívica es un conglomerado de ideas generales reunidas por un circunstancial teorema ético-épico-religioso. La UCR, si bien con presencia en varias provincias, es un calco menor del PJ. Los demás partidos políticos son sellos de baja representatividad, excepto el Socialismo, que mantiene, a una escala bastante menor, algo de estructura y doctrina. Es decir la Política se ha simplificado al extremo, que no tiene mas significancia para el gran público, que un partido de tenis, visto por la TV.
6. Tampoco existe el Estado Nacional como organismo regulador y conductor del rumbo nacional. Esto es consecuencia y el efecto nefasto, pero claramente visible de la causa anterior: “no hay Política”. La ocupación de los cargos de gobierno es el botín de guerra por haber ganado “las elecciones”. Las fuerzas agrupadas bajo el rótulo de "oficialismo", apenas disimulan su parecido con tropas de ocupación extranjeras, dispuestas al saqueo. Gobierno y Estado se diferencian así por los objetivos buscados: el beneficio personal o de pequeño grupo, en el primer caso y la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación, en el segundo, hoy en estado de vida reducida, casi vegetativa.
7. La Justicia es la otra gran ausente dentro del Panorama Nacional. No nos referimos a los miles de jueces y funcionarios judiciales que tratan de hacer lo que pueden con tantos litigios, trámites inútiles, burocracia y reglas de juego “grises”. Nos referimos a aquel sector de la Justicia que se ocupa de los paradigmáticos casos que involucran a los gobernantes de turno y al patrimonio nacional, que debe recordarse, es propiedad del pueblo. No hay mucho para analizar judicialmente: no hay nadie preso luego de décadas de latrocinio. La gente obviamente descree de “esa” justicia y con razón.
8. El Congreso de la Nación adquiere una virtualidad de fanfarria como acompañamiento musical del P.E.. No agrega ni saca nada del pentagrama. El bloque oficialista se cierra como el puercoespín y vota con la “obediencia debida”, hasta un proyecto sublime y patéticamente argumentado (con una indemostrada presunción de que nos haría “entrar en la modernidad”) como el del “tren bala”. El resto de las diversas alternativas políticas solo patentizan el amor narcisista por sus propias figuras e ideas, sin capacidad y flexibilidad para armonizar continuamente su papel de oposición real y no formal.
9. Todo esto es consecuencia de la marginación y degradación de la Política (aristotélica), la que se ocupa del ejercicio del arte de conducir los asuntos públicos (res publica), empleando racionalmente los medios del Estado para alcanzar los fines relacionados al Bien Común. Dado que no hay espacio para la Política como mecanismo de mediación de los conflictos y de debate de ideas, todos los temas se canalizan por el “conflicto social”. La sociedad asiste así a períodos donde cada cual ejerce su “dictadura” sobre los mas “débiles” (en el sentido de poder y de participación social), hasta que por acumulación, explotan los problemas. A partir de allí comienza una nueva fase, caracterizada inicialmente por la movilización masiva de los sectores sociales (“ganar la calle”), y que se expresa luego en los medios de comunicación masiva (espacio donde se continúan las “batallas”), hasta que ocurra o se llegue un nuevo equilibrio de distribución de poderes o una nueva transición.
10. Los ejemplos sobran: Movilizaciones por el corralito y las corridas bancarias (clase media urbana); cierre de calles y rutas de los piqueteros (excluidos y muy pobres); Blumberg y la inseguridad (la clase media urbana); corte de rutas y control de puertas de establecimientos comerciales o fabriles (Moyano y sectores obreros sindicalizados); paro agrario y control de las rutas (clase media rural). La movilización social reemplaza la movilización política, cuando fuertes intereses sectoriales están en juego, no pudiendo expresarse por vías más orgánicas e institucionales. El debate de las ideas políticas de fondo no tiene espacio institucional y se refugia en la Internet, por fuera de los partidos políticos. No hay reglas ni acuerdos. La sociedad solo conoce la ley de la selva.
11. Producto de esta “No Política”, la seguridad tampoco es un bien incorporado a los bienes sociales. Los gobiernos siempre están reformando las FFAA, las FFSS, los sistemas penitenciarios, los mecanismos judiciales, para (supuestamente) combatir el crimen organizado o al narcotráfico. La “No Política” siempre se conjuga como gerundio. Se acumulan capas geológicas de problemas, sin que ninguno se solucione definitivamente. Se está haciendo ….; se está intentando cumplir un sueño …; siempre se está vendiendo ... una esperanza”. Con la educación pasa lo mismo: se va modificando el sistema, pero todo sigue igual o peor que antes. La cultura y el respeto al prójimo son bienes ausentes. La política exterior sigue a la deriva. Todos nuestros vecinos se van desarrollando lentamente. Nuestro país crece económicamente, aunque la ganancia se la llevan los “vivos” de turno. Los Kirchner se ufanan de que hemos “crecido económicamente como nunca lo hemos hecho en los últimos doscientos años”, pero sigue habiendo un tercio de la población con hambre y viviendo en condiciones de extrema pobreza, en un país que se jacta de poder alimentar a 300 millones de personas. Continúa el trabajo en negro, como único modo de sobrevida para otro tercio de la población. ¿Donde están los DDHH de todos estos niños y jóvenes, actuales y reales, consumidos por el “paco”? ¡No será hora de que no nos sigan mintiendo tanto !
12. Hay una sobredosis de hipocresía y de división artificial en la Argentina. Demasiada para ser tolerada o procesada pacíficamente. Por eso, cada tanto, la situación explota. Lo que no se quiere ver con anticipación, vuelve aumentada en forma de crisis, casi cíclica. Debemos ser honestos con nosotros mismos y recordar que la “culpa no la tiene el chancho, sino quien le ha dado de comer (votado)”. La Argentina está sumergida en una inmensa mentira, con una alta cuota de auto-engaño tolerante; el que siempre se paga caro. Argentina se manifiesta hoy como una gran cáscara, vaciada de valores y de sentido de trascendencia nacional. Pero sin embargo todavía tiene reservas morales, que cada tanto afloran. Reflexionemos todos juntos sobre todo lo que hay que poner sobre la mesa para volver a la normalidad tradicional, la de la cultura del trabajo; la de hablarnos con franqueza; la de mantener la palabra; la de volver a creer que el esfuerzo vale la pena; la del desprecio de lo grosero y chabacano, que nos viene embruteciendo continuamente; la del rescate de la propia dignidad, que no debería mercantilizarse y de todo aquello que cada uno de los argentinos considere que representa a sus valores mas íntimos: la solidaridad, el compañerismo, la unidad, la identidad y la conciencia nacional, el verdadero federalismo.
lunes, 26 de mayo de 2008
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