miércoles, 23 de junio de 2010

CAPITÁN VIOLA


La masacre de la familia del Capitán Viola



Periodismo de Verdad publicó una nota firmada de Horacio Palma que se titula “A Maby Picón y su lucha” y cuya fuente es La Historia Paralela. El hermano de Maby, Carlos Raúl Picón, le responde y explica cómo fue el asesinato del Capitán Viola y su hijita para que no queden dudas.



Estimado Horacio:

En primer lugar mi agradecimiento por tus palabras, por tu mensaje. Como siempre… esclarecedor. Buscando, como lo hacemos nosotros, la Verdad Histórica, la Memoria Completa y la Justicia para Todos. Y es en pos de esos tres principios que considero un deber, por respeto hacia toda la sociedad, que salga a la luz la ocurrencia real de los hechos que relataste. El parte de guerra del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), que transcribiste textualmente… MIENTE. MIENTEN aquellos hijos de puta (dicho con todo cariño) que lo redactaron. Con ese parte fraguado trataron de evitar el repudio y la condena, de toda la Nación Argentina y de la comunidad internacional, por el horroroso crimen sobre niñas inocentes, tergiversando la realidad, la verdad:

1°) No es cierto, según ellos, que “Siempre en los chequeos el sujeto descendía, en esta oportunidad la que descendió fue la esposa”. Casi siempre lo hacía Maby, simplemente por una cuestión de practicidad para que Humberto guardase el coche más rápidamente. Es más, dejaban el auto semi cruzado para ingresar a la cochera. Es decir, que las bestias terroristas sabían de antemano que deberían disparar hacia el vehículo y por ende, sabían también, que dispararían sobre las chiquitas.

2°) No es cierto que “El automóvil operativo se aproxima hasta la altura del objetivo, quedando medio auto adelantado”. Nunca dispararon de frente. El primer escopetazo lo hicieron desde atrás, a no más de tres metros de distancia, prácticamente a quemarropa. La perdigonada entró de lleno por la ventanilla del asiento trasero, justamente donde estaban ubicadas las nenas. Tres postas de plomo dieron en el cráneo de María Cristina, destruyéndolo. Murió en el acto. Una posta entró por la base del cráneo de María Fernanda y se alojó, sin salida, en el lado derecho del frontal. Es decir, recorrió todo el cerebro de esa cabecita. María Fernanda, vive, sólo porque Dios así lo dispuso. Humberto recibió, en ese momento, una posta de plomo, por la espalda, en la base del pulmón. Es ahí, cuando desciende del Ami 8 y corre hacia adelante para alejarse del auto tratando de salvaguardar a sus hijas, sin saber que la horda guerrillera ya había dado cuenta de ellas. No hubo “rebotes”, el disparo fue directo y premeditado.

3°) No es cierto que “El compañero de la ametralladora desciende y metiendo el arma por la ventanilla dispara una ráfaga corta (4 tiros) que dan al sujeto que igualmente desciende… los disparos le dan a la base del pulmón izquierdo…” Nunca descendió. No tenían pelotas para enfrentarse. Lo hacían siempre desde atrás, desde la distancia o desde las penumbras. En este caso, una vez realizado el primer escopetazo, desde ese mismo automóvil, en movimiento y cuando ya habían sobrepasado el auto de Humberto, disparan esa ráfaga corta, desde adelante, donde uno de los proyectiles se incrusta en el parante izquierdo del parabrisas, otro penetra por el parabrisas y se incrusta en el asiento del acompañante del conductor, es decir, donde habitualmente se sentaba Maby. Los otros dos proyectiles se perdieron en el vacío.

4°) No es cierto que “Al bajarse del auto le disparan el segundo escopetazo que pasa sobre el sujeto agachado” No hubo segundo escopetazo. Después del primero (y como lo expreso más arriba), Humberto, herido, corre sí, hacia calle San Lorenzo, alejándose de su automóvil. Cuando lo hace, desde otro vehículo operativo que se encontraba estacionado sobre calle Ayacucho en apoyo del móvil, desciende otro asesino y -como habitualmente lo hacía- le dispara desde atrás con una Itaka dando de lleno la perdigonada en la espalda de Humberto, provocándole la muerte en forma inmediata con una herida de 15 cms de diámetro. Caído ya, un cuarto terrorista, desciende del vehículo de apoyo, mira -primero- a Maby a los ojos y con un total desprecio por la vida, vida que Humberto ya no tenía, le dispara un tiro en la frente con una pistola 45.

5°) No es cierto que “las heridas de la hija de 5 años no hallan explicación, salió de rebote en los disparos de gracia”. Es la más aberrante de todas las mentiras. Jamás hubo rebotes en los disparos de gracia. Los proyectiles quedaron alojados en el cuerpo de Humberto.

Esta descripción que acabo de realizar lleva implícito un solo objetivo: que los lectores de esta prestigiosa página de Periodismo de Verdad y la sociedad toda a la cual le llegue, sepan realmente como se desarrolló el asesinato de Humberto y María Cristina. Que el pueblo argentino, sobre todo los más jóvenes, conozca que no fueron “jóvenes idealistas” los que atacaron a la patria, a nuestros nobles principios cristianos y valores morales allá por los años 70. Fueron, como pedía el Che Guevara, “efectivas, violentas, selectivas y frías máquinas de matar”.

Hoy, como tú bien lo expresas, debemos enfrentar otra batalla. La durísima lucha en la Justicia para que este aberrante y horrendo crimen sea considerado un delito de lesa humanidad. ¿O acaso no hiere a la humanidad un hecho como éste?

Como ninguno de estos cobardes lo hará, somos nosotros, las víctimas del terrorismo marxista, los que debemos hacer caer sus máscaras.

Próximo ya a celebrarse el Nacimiento de Jesús, pido a su Padre, nuestro Dios Todopoderoso, no que ilumine a los jueces (todos son iluminados), sino que los ampare para que dicten Justicia, con la venda en los ojos pero sin los designios oscuros ordenados por sus superiores. Es hora de que hagan la historia y la marquen a fuego. Es hora en que los jueces, como dijo nuestro abogado Javier Vigo Leguizamón en el informe In Voce ante la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán, “deben optar entre la conveniencia o los valores, la justicia o la política, el coraje o la cobardía”.

Que Dios te Bendiga y nos Proteja a todos.

Carlos Raúl Picón

Hermano de Maby Picón

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