Los Kirchner vs. el campo y dos secuestros con final feliz a toda cámara
Se le nota al kirchnerismo en su frente y retaguardia arrugas y ciertos arrugues que marcan el paso del tiempo. Hay cosas que el mejor maquillaje no puede ocultar: la verdad es una de ellas. Cinco años no es nada pero Argentina desgasta, esencialmente cuando se dilapidan fuerzas en mil y una batallas en donde el enemigo no es vencido sino que solo retrocede en forma táctica para agruparse, retomar aliento y volver a presentar sus lanzas en el momento oportuno. “La política es la continuación de la guerra por otros medios”, y la guerra la repetición de la política porque “Soldado que dicen que huye, en realidad se repliega para librar otra batalla”.
La pelea (sí, pe-le-a; nada de desacuerdo, oposición o diferencias, pe-le-a) con la gente del campo, a pesar de lo que dicen, ni siquiera comenzó. Cincuenta reuniones y todo sigue igual. Parece un partido de truco entre tartamudos. Los contendientes dan vueltas y vueltas: ¡El que se marea primero, pierde! Se miden, se acarician y a veces se besan impropiamenteen en público y de manera imprevista comienzan los gruñidos, tarascones y después, vuelta mover la cola como las astas de un ventilador. Algunos tiene los ojos rojizos como basiliscos y se les escapa espuma por la comisura de los labios. Todo es espera y mientras tanto hay que mostrar quién escupe más lejos, tiene el arado más largo o hace más presentaciones en la Justicia por desabastecimiento.
Hay gente que no tiene ni una maceta e igual apoya a los ruralistas. Porque comprendió la sesuda explicación que en los últimos dos meses brindó cualquier dirigente del sector en cuanta oportunidad se le brindaba a través de los medios de comunicación, o porque por hache o por be está fastidiada con el Gobierno. No se sabe cuál sector es mayoritario pero que este último existe, seguro que existe. Es igual que con la elección para jefe de Gobierno que se disputó en esta ciudad el año pasado y donde muchos electores votaron en contra de los Kirchner pero otorgándole el sufragio a Mauricio Macri. No hay como estar en contra de, cuando los candidatos no enamoran.
La clase media (o lo queda de ella) comienza a pagar el costo del consumo desaforado a que fue inducido por El matrimonio. Como en épocas pasadas-presentes hipotecó su seguridad futura que sólo brinda el ahorro para abocarse a tarjetear a mansalva y repitió épocas pasadas al tropezar con la misma piedra que le pusieron en el camino fabuladores, gastadores, subsidiadores y emisores de la peor estirpe. Eso sí, hicieron lo que hicieron con ropajes democráticos, pero el hábito no hace al monje. Ahora preocupa la inflación (más no el plan económico) un poquito más que la inseguridad, la falta de nafta, el aumento postergado de las cuotas de los colegios subsidiados, la deuda externa y hasta los baches de las calles. Un especie de carrera contra reloj por la preocupación. ¡Que mal está todo! A dónde iremos a parar. ¡Yo no los voté!
Los Kirchner van hacia delante con la mirada fija en el 25 de mayo. Ese día la Plaza de Mayo estará colmada de un pobrerío que aprovechará el día para ganarse unos pesos. El trabajo dignifica. Algo es algo. También irán las distintas guardias imperiales pueblerinas con sus grandes banderas, trapos mucho más grandes que el puñado de adolescentes mal alimentados y mujeres que hacen las veces de “militantes” y se arrastran fatigosamente detrás de los estandartes. El bicentenario atrae las humos presidenciales y el 25 de mayo de 2010 encontrará a los argentinos “Unidos o dominados” o posiblemente ambas cosas. O ninguna.
Entretanto, los agropecuarios deshojan la margarita hasta mañana martes por un paro con o sin cortes de rutas; con o sin movilización; tranqueras adentro o afuera; con máquinas a la vera de los caminos o sin ellas. Es la democracia ateniense en su máxima expresión. Hay que reconocer que en la reunión clave de este sábado 3 en Gualeguaychú (que no fue transmitida por ningún canal de aire) se escucharon cosas interesantes como la propuesta de obligar a concejales, intendentes y gobernadores a pronunciarse acerca del tema de las retenciones y otras cuestiones que afectan a los productores que son quienes los entronizan en sus sillones. Mientras, es posible que la Gendarmería, Prefectura y policías provinciales hayan comenzado a bruñir sus escudos y las fuerzas de choque paragubernamentales se estén preparando para sacar otra vez a los “blanquitos” de la Plaza de Mayo.
A la par que se deshojaba la margarita entre los Kirchner y los hombres y mujeres del campo, la semana que pasó fue pródiga en secuestros con finales felices. Entonces, todo no está tan, tan mal. En uno de ellos, podría decirse que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, de tan rápido, llegó antes que los secuestradores huyeran y ensució la escena del delito con camarógrafos y fotógrafos. Luego, el joven secuestrado y su familia, a manera de botín, fue paseado por todos los medios de prensa conocidos y por conocer en un caso que recuerda a la liberación del padre del actor uruguayo Pablo Echarri. El otro episodio fue protagonizado por un militante de los “derechos humanos” que, asegura, fue raptado, golpeado y amenazado por un “grupo de tareas” perteneciente al último gobierno militar. El caso guarda similitud con otro “militante” secuestrado, de apellido Geréz, al que se le reconoce un oído sobrenatural. El cartón lo llenó Hebe de Bonafini que dijo que fue amenazada a través del portero eléctrico de su departamento. Lunes 5 de mayo. Aún es prematuro augurar los acontecimientos de la semana. Puede haber de todo. Como la anterior.
SALINAS BOHIL
CORREO DE BUENOS AIRES
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