Lector: Creo que es un excelente razonamienro, que disipa aquel slogans erróneo : "¡el comunismo ha muerto ( Menem dixit 1994)". La caida de Muro de Berlin , la disolución de ex URSS, fueron la ruptura de un inmenso contenedor que permitió el desparramo de su contenido venenoso por todo el mundo. Como la "marea roja" está invadiendo el planeta. Hoy en la Argentina es Kichner el entregador y su regimen perverso.
Eduardo Palacios Molina
Cuando cayó el Muro de Berlín mucha gente lo veía como la caída del comunismo.
En realidad parece haber sido lo contrario, es decir, fue como si el dique que lo contenía se desbordara por el mundo.
El río rojo a medida que avanzó tomó una coloración más suave, así el socialismo progresista inundó Europa hasta llegar a nuestro continente.
El rojo podrá ser claro, semioscuro u oscuro, pero nunca dejará de ser rojo.
Mientras todos los países miraban los escombros le seguían dando la espalda al muro rojo que los separa de Cuba.
Cuando los Kennedy traicionaron a los cubanos que luchaban por la libertad de su país, lo hicieron con el resto de quienes ansían vivir libremente.
Castro se convirtió en uno de los principales exportadores de violencia y muerte, con la conocida marca asesina del Che llevó el terrorismo al máximo nivel internacional.
Todo durante casi cincuenta años ante la mirada indiferente de un mundo que sufría y sufre las consecuencias de su propia pasividad.
La fatalidad a veces se ríe de nosotros jugando a dejar pistas de la repetición de algún próximo desastre.
No cabe dudas que la K del apellido del fallecido presidente norteamericano aparece hoy irremediablemente ligada al futuro incierto de Agentina: Kirchner.
Los argentinos ciegos no ven las desesperadas señales del destino que nos muestran otra traición a la libertad, de la cual todos somos víctimas pero también culpables.
Esas señales no son sobrenaturales aunque conjuguemos hechos históricos con el presente y nos permitamos la licencia de comparar hasta las más banales similitudes.
Cuando en un país se pierden las instituciones fundamentales pilares de una Nación, democracia, libertad y justicia se transforman en herramientas bastardeadas al servicio de los corruptos demagogos, esas son señales reales y presentes.
La violencia que se justifica desde el poder que pretende sojuzgar a los habitantes de Venezuela, Bolivia o Argentina es igual a la que emana tenebrosa desde Cuba.
Las organizaciones mundiales que deberían velar por el verdadero respeto de los derechos humanos se han transformado, infiltradas y vaciadas de su esencial contenido, en defensoras de ideologías de izquierda.
A pesar de todo hay algo que no muere, oculto en lo hondo del alma de algunos, asomado con timidez en otros y en los menos resplandeciente como oro, incorruptible, ese algo se llama patriotismo.
El de Mayo, el celeste y blanco que altivo no se doblega ante nadie y mucho menos ante las rojas banderas.
Hoy como ayer serán derrotados, una guerra es una sucesión de batallas, podemos perder algunas pero al final triunfaremos.
A ellos les falta la razón, sin Patria y sin Dios serán derrotados.
No debemos perder la esperanza pero tenemos que luchar para que sea una realidad.
Que las cacerolas se escuchen no sólo por "corralitos" sino en defensa de nuestro país.
Es hora de recuperar nuestra dignidad y el lugar que nos corresponde en un mundo libre.
¿No le parece?
miércoles, 7 de mayo de 2008
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