domingo, 8 de febrero de 2009

MIEDO AL VOTO Y A NO PODER CURRAR


EDITORIAL
Boleta

De todos los artilugios imaginables para desprestigiar la democracia, quizá no haya otro equiparable en eficacia y prontitud al fraude. El fraude es a la democracia, en tanto idea política, lo que el error es a la verdad en tanto idea lógica: no es su menoscabo, sino su refutación; una que viene a demostrar que, pareciendo una democracia serlo, no lo es en los hechos ni tampoco en los corazones, pues avalar una trampa no es lo mismo que votar.
Por lo dicho, no desalentar en una democracia el fraude es alentarlo, y bien podría ser que la iniciativa de poner en práctica el sistema electoral de boleta única fuese una sabia solución a tantas controversias. Porque entre nosotros, cada acto comicial es preludio de otro, gigantesco y sombrío, de acusaciones, reclamos y conjeturas. Una sola boleta con la nómina de todas las postulaciones no desanimará a los tramposos, pero les estorbará. Y quien rehúse aceptar la propuesta, que nos explique por qué.
LNP.

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