martes, 17 de febrero de 2009

TODOS UNIDOS TRIUNFAREMOS....


MACRI, SOLÁ Y DE NARVÁEZ: "TODOS UNIDOS TRIUNFAREMOS"



Por José Salinas Bohil (*)

Figuras del peronismo, por dentro y fuera del Partido Justicialista, terminan de reunirse para unirse y asistirse en la lucha que pretenden llevar contra el dueto presidencial Kirchner al que quieren destronar por considerarlo culpable de todos los males que aquejan a la República Argentina. Antes las tintas se cargaron sobre las espaldas del FMI, de la Rúa, Menem, Alfonsín, Fuerzas Armadas, Isabel, Perón (no una sino tres veces), Cámpora, nuevamente los militares y así hasta llegar a los prohombres de 1810.

Todos los pronósticos opositores señalan con fuerza que la dinastía patagónica-platense tendría sus días contados. Sin embargo, con las paladas de dinero que maneja la casa Rosada merced a la estatización de las AFJP, la plena disposición de los fondos estatales de jubilación, más la “prórroga” que otorgaron los banqueros para el pago de los bonos de deuda que tienen en su poder, la pelea podría ser más pareja de lo que a simple vista se supone.

Felipe Solá, Mauricio Macri y Francisco de Narváez intentan ser la cabeza visible de una reiterada renovación partidaria que nació en 1988 con Menem, Cafiero y Grosso. Una más y van… Las puertas del Partido Justicialista suelen cerrarse o abrirse de acuerdo a las necesidades políticas del capanga de turno. El actual, Néstor Kirchner, les puso candado y además prohibió a través de sus principales seguidores el uso de los símbolos partidarios y cantar en el 2005 la famosa marchita que inmortalizó Hugo del Carril. Dos años después, para la elección presidencial de su mujer, abrió el arcón de los recuerdos y la evocación al por mayor de la mejor liturgia peronista inundó los telones de fondo en los palcos de los actos políticos y los discursos de la candidata que finalmente resultó triunfante. Que los peronistas se unan o desunan no debería preocupar mayormente, pero como han regido los destinos del país desde 1983 durante diecisiete años, y los últimos veintiuno en la provincia de Buenos Aires, y las cosas se encuentran como se encuentran, bueno sería preocuparse.

Como las de cualquier grupo político que se precie, las propuestas del trío han resultado vagas, tardías y matizadas con escuálidas referencias a dos temas candentes como la inseguridad y la implantación de un nuevo orden electoral que no alcanzaron para dar una pretendida pátina de seriedad al encuentro. Como los chicos crecen, los reunidos se han despegado cortésmente del pesado lastre que significa para la opinión pública moderada el apellido Duhalde, a quien le han agradecido los patrióticos servicios prestados (a la Patria, al Partido, al conurbano bonaerense y por supuesto, a cada uno de los integrantes del trío en el armado de sus líneas internas). Debería esperarse más pero como afirma don Cínico “Es lo que hay”.

Eso sí, importa destacar el pasado de los personajes del presente para estar en condiciones de develar el futuro. El de dónde vengo, con quién estuve y qué nos dijimos antes sirve para vislumbrar en mayor o menor medida adónde llegaremos, aunque el final del camino sea conocido porque el ser humano, como los peces, se mueve en cardumen, por ejemplo: “Lo nene con lo nene y la nena con la nena” (Las Primas dixit ).

Poco es lo que puede decirse de Francisco de Narváez debido a que hace muy poco tiempo que escribe sus palotes en el pizarrón de la política. Pese a eso, ayer nomás, hace un mes, el 8 de enero, dijo de uno de sus actuales acompañantes: “Que Solá hoy se haga el antikirchnerista es casi un chiste, ha sido una pieza fundamental en la construcción del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires en el 2005 y 2007”. Con anterioridad, el 18 de diciembre pasado, desde Mar del Plata, había recordado “Yo no fui quien abrió el Teatro argentino para aplaudir a los que destruyeron el país”, en directa alusión a la decisión de Felipe Solá de prestar el coliseo platense cuando era gobernador bonaerense con motivo del lanzamiento de la candidatura presidencial de Cristina Fernández. También estuvo en sus inicios junto a Macri del que se separó en el 2008 para formar su propio espacio en la provincia.

Con todo, el más perjudicado por esta nueva alianza podría ser Mauricio Macri, porque al haber blanqueado su peronismo perdería electores, posiblemente bastantes, que lo acompañaron en su triunfo en el 2007 como jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. No obstante, es preciso recordar que del ballotage que ganó el 24 de junio de ese año con más de un millón de votos (60,94%) pasó, en sólo cuatro meses a obtener en las legislativas nacionales la magra cifra de 245.000 (13,44%) . Un descenso inesperado que el macrismo espera que pueda ser revertido por la vicejefe de Gobierno si encabeza la lista de diputados nacionales en las elecciones de este año. Pero habrá que ver hasta que punto Gabriela Michetti podrá continuar en su papel de hada buena salvando las castañas del fuego de una administración de regular desempeño que guarda similitud con su par nacional en lo concerniente al desarrollo de la “obra pública”, la obtención de fondos frescos a como dé lugar, el pospago de las obligaciones y los anuncios espectaculares.

Por último, Felipe Solá merece mayor atención que los otros. Tiene, lo que se dice, trayectoria. En los últimos veinte años se ubicó como asesor del fallecido vicegobernador Luis Macaya, secretario de Agricultura y Pesca de la Nación con Carlos Menem, diputado nacional, y gobernador y vicegobernador de la provincia de Buenos Aires. Cambiante como pocos, abandonó el año pasado al matrimonio Kirchner al votar desfavorablemente en el Congreso la recordada Resolución 125 que implementó desde el ministerio de Economía Martín Lousteau, el “joven brillante intelectualmente” que ahora lo asesora en temas económicos. Si bien en los tiempos que corren se lo ve partidario de la gente de campo, como gobernador nunca levantó la voz ni para modificar el porcentaje de la coparticipación que afecta enormemente a la provincia que administraba, ni para bajar las retenciones y mucho menos para protestar contra el cierre de las exportaciones de carne que han hecho que Uruguay exporte más que Argentina y que Paraguay haya copado el mercado chileno con sospechosos cortes que si no son de origen argentino deben estar muy cerca de serlo porque el precio del ganado en pie se duplica del otro lado del Pilcomayo, y porque además, las vacas saben nadar.

Al igual que el actual gobernador de la Provincia, manifestó en su momento que la ola de inseguridad se debía a la bonanza que trajo aparejado el plan económico instrumentado por la Casa Rosada. No obstante, lo que aún hoy continúa llamando la atención es su conocido apotegma “Para durar en política hay que hacerse el b…”. Semejante definición dejó claro, por si alguna duda había, que parecer no es igual a ser porque el que se hace por lo general no es y el que está convencido de que no es suele serlo. Felipe Solá no debe ser ningún b…, quizás, si el ejemplo del cardumen fuese cierto, los que estén con él, tampoco. A lo mejor quienes los votan. Vaya intríngulis.

(*) José Salinas Bohil es Director de Correo de Buenos Aires . com.ar

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