EL GOLPISTA Y GUALEGUAYCHÚ

TIMERMAN Y GUALEGUAYCHÚ

Las diferencias con Taiana explotaron a partir de la propuesta uruguaya sobre la participación brasileña en el control de las aguas.
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Por Carlos Manuel Acuña

A medida que transcurren las horas se conocen otras intimidades relacionadas con el alejamiento del bombista Jorge Taiana y su reemplazo en el Palacio San Martín por el golpista Héctor Timerman. El ex director del diario La Tarde recibió el cargo por la estrecha amistad que lo une con Cristina Fernández de Kirchner, por los motivos expuestos en nuestro artículo anterior pero también por negarse la presidente de la República a aceptar el pedido impuesto por el presidente Uruguayo en el sentido de que el Brasil también participe del control de la calidad de las aguas en la zona de la pastera Botnia, ubicada en tierras uruguayas y frente a la provincia de Entre Ríos.

Como se sabe, José Pepe Mujica había presentado este asunto como una cláusula indispensable para superar el corte del puente que en Gualeguaychú une a ambos países, tema que hoy podía quedar resuelto después de la resolución adoptada por los asambleístas.

Ahora la situación puede complicarse, pues Taiana había aceptado la cláusula exigida por Mujica pero Cristina se opuso al compromiso adoptado por el ahora ex Canciller, lo que fue motivo de la agria discusión registrada en la Casa Rosada. Indignada y a los gritos, Cristina le reprochó al ex bombista el acuerdo diplomático y entre otras cosas le dijo que "entonces voy a exigir que se analicen las aguas que vienen desde el norte y llegan a nuestras costas". La diferencia subió de tono, la resistencia kirchnerista a aceptar el entendimiento con el Uruguay y Brasil como testigo se ha frustrado y sólo cabe el desarrollo de esta gratuita disputa que ha colocado en el Palacio San Martín al ex promotor del golpe de Estado de 1976 en este asunto tan espinoso. También habrá que seguir de cerca a los asambleístas, las conexiones políticas -y económicas- de éstos con el kirchnerismo y el destino final que seguirá el conflicto del corte del puente, que ya tiene una antigüedad de tres años.