sábado, 4 de junio de 2011

CORRIDOS POR IZQUIERDA


EL RIESGO DE SER CORRIDO POR IZQUIERDA

El enigma Binner frena la estrategia electoral del kirchnerismo

Por el Dr. Carlos Tórtora

El giro hacia el centro de Ricardo Alfonsín, ahora consolidado doblemente a través de Francisco De Narváez y Javier González Fraga, parece dejarlo al gobierno cómodo en el dominio de la franja de centro izquierda. Pero sobre esta aparente comodidad pende la amenaza del lanzamiento de la candidatura presidencial de Hermes Binner, que le disputaría votos progresistas al gobierno. El hermético gobernador santafesino está sufriendo los embates de una densa interna. Margarita Stolbizer, Pino Solanas y en menor medida Luis Juez lo empujan a que se enfrente a CFK. De este modo, tanto Proyecto Sur como el GEN mejorarían notablemente sus posibilidades de obtener diputaciones nacionales en octubre. Pero en el socialismo santafesino se levantan otras voces. Las que le dicen a Binner que la Presidente será con seguridad reelecta y se vengará del gobierno de su delfín Antonio Bonfatti, si es que éste gana el 24 de julio. De ser así, dicen, el precio a pagar por haber desafiado al kirchnerismo sería demasiado alto. Además, apuntan los que se oponen a la candidatura de Binner. Proyecto Sur se estaría desmoronando rápidamente como la tercera fuerza porteña, lo que debilitaría seriamente el apoyo local a ese proyecto.

Si el santafesino finalmente no se presenta, el Gobierno absorbería en octubre buena parte de los votantes de Juez, Stolbizer, Solanas y del propio Binner, quedando con las manos libres para dedicarse a captar el electorado centrista, hoy el más disputado.

Formas y formas de ganar

Varios consultores de la Casa Rosada creen probable que CFK consiga la adhesión de una parte de los votantes de Mauricio Macri, que jamás se inclinarían por Alfonsín y que recelan de Eduardo Duhalde. Esta teoría se pondrá a prueba en la Capital entre el 10 y sobre todo el 31 de julio. Una gran elección de Daniel Filmus, ganándole a Macri o perdiendo en segunda vuelta por poco, sería para el kirchnerismo la prueba irrefutable de que la clase media de las grandes ciudades le vuelve a sonreír. En este caso ya no sería tan grave la eventual pérdida de apoyos de centroizquierda producidos por una candidatura de Binner. Pero queda por verse la peor posibilidad: que el Gobierno no recupere al electorado independiente y que a la vez sufra una sangría a manos del nuevo frente de centro izquierda. En este caso, la Presidente, para evitar el ballotage, estaría en manos de su núcleo duro electoral, el PJ bonaerense y Daniel Scioli. El acuerdo para que Sergio Massa no le dispute la primaria a aquél empieza a reflejar los temores del oficialismo, igual que el rol cada vez más secundario que la publicidad oficial le da a Martín Sabbatella. El eclipse político de Hugo Moyano apunta a lo mismo, es decir, a no irritar a los moderados.

Es que no sería lo mismo, para la carrera que empieza el 24 de octubre, que Cristina gane poniendo en la balanza la adhesión de sectores independientes, que ser reelecta sólo por el peso del clientelismo y del aparato del PJ, cuyos barones después presentarían sus facturas.

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