martes, 26 de febrero de 2008

LA MENTIRA EN EL PODER

Los K. son meros instrumentos o en todo caso agentes, de cosas que ellos ni siquiera podrían entender. Aunque de hecho personificaran el lema ¡La Mentira al poder!

Por el Dr. Juan E. Olmedo Alba Posse


Enormidad

Nunca en toda su historia la Argentina ha sufrido como ahora, un mal de tanta virulencia y amenazante perpetuación. Esta verdad digna de Pero Grullo, se abre a otra reflexión, sobre algo que aunque también sea obvio vale la pena remachar. Los K. son meros instrumentos o en todo caso agentes, de cosas que ellos ni siquiera podrían entender. Aunque de hecho personificaran el lema ¡La Mentira al poder! Desde cuya óptica se explica y cobra toda su magnitud el atropello a las leyes que está ocurriendo especialmente desde el año 2003.

La mentira sustancial –como cantaban a coro las brujas famosas- consiste en afirmar que el bien es mal y el mal es bien. De igual manera el régimen ha logrado establecer que los terroristas eran inocentes jóvenes idealistas que bregaban por la justicia social. Y los militares, represores vesánicos, asesinos, torturadores y ladrones de infantes. Ejecutores de un plan de exterminio masivo. Genocidas con profusos campos de concentración y lugares de tortura y exterminio. Una enormidad calumniosa que no resiste la más mínima crítica.

Maquinación

El tratamiento del tema en todas sus ramificaciones abarcaría cuantiosas páginas. Pero el propósito presente, se ciñe a la trampa mentirosa en el campo jurídico. Para habilitar “legalmente” el encarcelamiento y la tortura de cualquier elegido por el terrorismo judicial. En la República Argentina no existiría ningún prisionero aherrojado como ahora por “imperio de la Ley”, si no hubiese existido el Pacto de Olivos y la consecuente Constitución de 1994. Cuando dos personajes se auto erigieron supremos legisladores disponiendo a su antojo la reforma constitucional. Todo el armazón jurídico –o mejor, todo el aniquilamiento jurídico- que está encubriendo la falsa legalidad, existe gracias a aquel engendro.

Sometimiento

En este punto, vale detener la visión sobre la perversidad sancionada al incorporar automáticamente los tratados internacionales como ley suprema. Seguramente los ejecutores materiales de tamaño disparate, no hayan sospechado siquiera el tremendo secreto que ello escondía. Nada más ni menos que el sometimiento de los argentinos –con sólo dos líneas- a los dictados del Poder Mundial en manos de los materialismos que lo comparten. Aun sobre temas tan inconcebibles como el control de la natalidad y la perspectiva de género. Sin olvidar el invento de los delitos de “lesa humanidad” para la imprescriptible venganza marxista. No es un mero detalle que el autor de la reforma recordada fuera –y siga siendo- un conspicuo miembro de la Internacional Socialista. Quien, para mayor coincidencia, inició el mito del Genocidio argentino con su descabellada cifra de desaparecidos y el enjuiciamiento de las Fuerzas Armadas sacándolas de sus jueces naturales. Pero hay algo más. Gracias a la nueva Constitución se han suprimido de un plumazo principios fundamentales del Derecho y todas las garantías de antigua prosapia.

Podrían extenderse mucho más las consideraciones sobre estos temas cruciales. Pero hay dos pruebas impresionantes que las ahorran, demostrando irrefutablemente la perversión que ha destruido el orden jurídico:

1) Un sacerdote católico pena en la cárcel de máxima seguridad, a causa de su ministerio sacerdotal en los años ‘70. Sufre la condena de un tribunal federal por la acusación inicua de múltiple asesino y torturador…

2) Un temible asesino goza de plena libertad, convicto y confeso de haber matado a su padre y a su madre. El doble parricida reclama castigos contra los militares en nombre de los Derechos Humanos; acompaña a las Madres de Plaza de Mayo que profanaron la Catedral; maneja empresas, una Universidad y medios de difusión…


Más información www.politicaydesarrollo.com.ar
Contáctenos politicaydesarrollo@gmail.com
titulares_pyd@yahoo.com.ar

No hay comentarios: