La sombra de Kirchner desdibuja a Cristina
Mientras que Cristina Kirchner intenta -sin éxito- articular una política exterior exitosa que le permita recuperar protagonismo, el ex presidente avanza rápidamente con la organización del peronismo, confirmando así la bicefalia de poder entre el formal y el real.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Nueva Mayoría) La política exterior sigue siendo un campo difícil para la gestión de Cristina Kirchner y no le permite recuperar demasiado protagonismo. El hecho que la jefa del gobierno alemán (Merkel) visite Brasil, México, Colombia y Perú en la región, sin incluir la Argentina, aun cuando Cristina Kirchner la visitara el año pasado, confirma que el aislamiento del país respecto al mundo desarrollado no se ha modificado. Si bien fue una señal de distensión, la visita de legisladores de los EEUU a Ecuador y Bolivia junto con la Argentina, muestra que subsiste en Washington la imagen de un país complicado. La respuesta oficial del gobierno de Guinea Ecuatorial a las críticas públicas de Cristina por derechos humanos, implican que Argentina no tendrá oportunidad de avanzar en negocios energéticos con este país, como sí lo está haciendo Brasil, al tener Petrobras contratos de explotación por miles de millones de dólares. Que Lula haya visitado la Antártida la semana pasada en medios logísticos chilenos y que Venezuela realice una expedición a dicha región desde la base uruguaya, muestran que Argentina está perdiendo peso regional. La visita del Presidente brasileño fue un paso importante por el acuerdo para que ambos países enriquezcan uranio, pero el fracaso en la reunión conjunta con Lula y Evo Morales para que Argentina obtenga una mayor cuota del gas boliviano es un problema para el abastecimiento energético en el corto plazo.
Los acuerdos salariales del 19,5% firmados por camioneros y construcción contienen en realidad incrementos superiores. Ambos incluyen, además del porcentaje, un aumento de suma fija de 250 pesos, con lo cual un trabajador que gana 2500 pesos pasará a tener un aumento del 30% en términos reales. Si bien en camioneros la mayoría de los trabajadores está por encima de esa suma, en construcción la mayoría está por debajo. A esta suma fija se agregan otras cláusulas que incrementan aún más el aumento en términos reales, que además es rechazado por exiguo por la mayoría de los gremios. El gobierno pretende así hacer con los salarios lo mismo que hace con el INDEC: forzar un número formal de aumento salarial por debajo del 20% para así contener las expectativas inflacionarias, pero otorgándose en los hechos incrementos mucho mayores. El sector empresario, en un buen momento en términos de rentabilidad y sin apoyo político para enfrentar a los sindicatos, opta por ceder, más allá de las declaraciones en contrario de la UIA y la Cámara Argentina de Comercio. Paralelamente, el sindicalismo peronista a través de Hugo Moyano y las 62 Organizaciones Peronistas, sigue reclamando una de las vicepresidencias del PJ -que probablemente obtendrá- y el tercio de los cargos electivos, lo que difícilmente Kirchner conceda.
Mientras tanto, el ex presidente avanza rápidamente hacia la reorganización del peronismo. Queda claro que Kirchner no quiere internas y que prefiere ser electo en forma indirecta a través del Congreso partidario. Francisco de Narváez ha renunciado a competir por falta de garantías adecuadas y Alberto Rodríguez Saa ha tenido una derrota en su planteo partidario en la justicia, por lo que difícilmente compita. La nominación de los nuevos congresales de la provincia de Buenos Aires -que constituyen más del 40% del Congreso nacional justicialista- asegura al ex presidente ya la mayoría de congresales necesarios para ser electo presidente del partido. El modelo con el cual está reorganizando el partido se asemeja al del PRI mexicano. Ya no es como hasta hace poco tiempo la idea de transformar al peronismo como una fuerza de centro-izquierda para oponerse a una coalición de centro-derecha eventualmente encabezada por Macri, sino que, retomando cierta tradición peronista, ahora el partido vuelve a tener su ala izquierda y su ala derecha, integrando también a expresiones sociales como el sindicalismo, el empresariado y ahora también piqueteros. El acuerdo para incluir a Carlos Reutemann en la nueva conducción, que Scioli sea el primer congresal bonaerense y que se siga negociando incluir a Ramón Puerta, son evidencias de que Kirchner ya no busca para el peronismo un perfil exclusivo de centro-izquierda.
La bicefalia de poder entre Kirchner ejerciendo el poder real y su esposa el formal, sigue siendo un tema central en la política argentina. Si bien el ex presidente Duhalde ha perdido influencia en el peronismo bonaerense, como lo muestra la reciente elección de los congresales al PJ del distrito, sus declaraciones criticando a Cristina por su falta de capacidad de gestión y elogiando al ex presidente por su aptitud para el manejo del poder, si bien fueron rechazadas por la mayoría de los políticos, es lo que en realidad ellos piensan y ello explica el porqué del impacto de estas manifestaciones. La tensión entre el ministro de Economía (Lousteau) y el secretario de Comercio (Moreno), si bien son analizadas como una manifestación del conflicto de poder entre el jefe de Gabinete (Alberto Fernández) y el ministro de Planificación e Infraestructura (De Vido), termina siendo en los hechos una puja entre Cristina detrás del primero y Néstor detrás del segundo. Si el ministro dejara el cargo, el hecho sería visto como una debilidad de la Presidente; si en cambio fuera sacrificado el secretario de Comercio, el hecho sería interpretado como una derrota del ex Presidente
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