domingo, 14 de septiembre de 2008

ALEJANDRO MANGO

Alejandro, Mango
La repentina candidatura de Hugo Corvatta para la presidencia del PJ pigüense obliga a replantear y repensar el escenario en un corte transversal que considere lo horizontal con lo vertical y puede ser crucial para entender el futuro del distrito y la sexta sección a la que pertenece, donde el tímido renacer de Corvatta acompaña los intentos esperanzados de Larraburu y Lebed, entre otros soldados de un duhaldismo que no consigue ponerse en marcha ni aún después del desgastante conflicto con el agro.


Cuando menos se esperaba, Hugo Alejandro Corvatta presentó la semana pasada su candidatura para la presidencia del PJ saavedrense, en el marco de las internas que pretenden normalizar la vida partidaria y que empezaron con la solitaria postulación de Néstor Kirchner en el nivel nacional, el año pasado.

Más sorprendente aún que todo esto resultaron las negociaciones que, a partir de la enésima irrupción de Corvatta, aceptaron comenzar los otros referentes que pretendían hacerse de la presidencia y venían trabajando en torno a ello desde principios de 2008, pertenecientes al kirchnerismo. Jorge Ripani y Nicolás Rivas fueron las solitarias voces que tomaron posición por el Gobierno Nacional frente al conflicto con el agro, tras lo cual deslizaron críticas a los concejales del corvattismo ausentes en la discusión del mayor problema político de los últimos años.

Mientras Malena González, madre de Rivas y diputada provincial, se muestra abierta al diálogo, Ripani se reunió el viernes con Corvatta y le transmitió un pliego de condiciones para apoyar su candidatura. Incluía la garantía de un número mínimo de cargos en la dirección del partido, algo parecido a lo que ocurrió entre Kirchner y Lavagna meses atrás.

El contexto es diferente. Además del conflicto con el agro tras la asunción de CFK y los prematuros cambios de gabinete que trajo aparejado, Kirchner tuvo que enfrentar la seria amenaza de la presentación de otra lista, encabezada por Alberto Rodríguez Saá y apoyada por Duhalde, que finalmente no fue refrendada por la Junta Electoral del Partido y catapultó así al patagónico. Corvatta, hoy, no parece tener la fuerza que ostentaba Kirchner en Octubre de 2007, aunque logró hacerse de la rápida mirada de los mismos dirigentes kirchneristas que proclamaban haber votado por Pino Solanas por sobre Daniel Scioli en la provincia, esperando que el motonauta jugara para un Duhalde que ejerce sobre Corvatta mandato debido.

Habiendo vivido su periodo de gloria a finales de los ´90, cuando concretó la instalación de la UPSO en Pigüé y delineó el proyecto de lo que sería la UP 19 de Saavedra, Corvatta entró en decadencia menos por el desgaste de su imagen que por su autoría de proyectos poco felices, como la “colimba educativa”, que el diario Página/12 calificó como “la más retrógrada propuesta formulada desde la conclusión de la dictadura militar” aunque mereció los aplausos del ultraoficialista semanario saavedrense La Semana.

Los ataques contra la prensa libre también fueron adjudicados como una costumbre del caudillo. Hace pocos meses, el director de éste portal denunció que algunos de sus allegados lo amenazaron de muerte en presencia de su mujer e hijas y que hicieron extensiva la advertencia a todo el equipo del portal de noticias. Ya en su momento, el Banco Provincia del que Corvatta era encumbrado directivo –junto al ex Ministro de Economía Losteau- decidió levantar arbitrariamente pautas publicitarias en ése medio gráfico de la web y en la FM Master, mientras las mantenía en otros diarios y radios locales.

El escenario de mediados de 2007 lo encontró descolocado. En setiembre el PJ local presentó su lista para el Municipio, con Julio Rodríguez a la cabeza y Aldo Díaz como primer concejal, y Corvatta, entre bambalinas y mientras instaba a otros sectores del peronismo a no presentarse a la cita electoral, desconoció la incipiente interna entre el kirchnerismo y el duhaldismo, aunque a sus íntimos les confesara que “seguiría a su jefe”, sin que hicieran falta muchas precisiones sobre a quién se refería.

A partir del triunfo de CFK, Ripani y Rivas comenzaron a trabajar de cara a las internas locales y el otrora caudillo vacacionaba en Pigüé a la espera, decía por lo bajo, de un alto cargo que le estaba reservando Aníbal Fernández. La designación nunca llegó y Corvatta recaló en el directorio de Provincia Seguros. Se esperaba poco de su vida política, hasta que con diferencia de horas con su conferencia de prensa su mano derecha firmó un imperativo mensaje en el libro de visitas de un medio radial de Saavedra que se publica en la web.

Dando crédito de identidad con su número de documento y teléfono celular, Eduardo Helbert defendió a Corvatta, recordó sus mentados logros y vaticinó que quienes opinaban contra él no tenían identidad, “presente, y mucho menos futuro”. Como afirman otros lectores del sitio, Helbert posee distintos apodos, pero últimamente se ha hecho famoso el gráfico “Elver”, aludiendo a su conocida costumbre de escribir como pronuncia y que proviene, según él, de su formación intelectual avanzada.

El principal interrogante que presenta la flamante candidatura de Corvatta es cómo se articulará su casi segura coronación con el acontecer provincial y nacional, donde el duhaldismo observa por fuera lo que pasa en el PJ y juega con la escisión de la CGT barrionuevista. Más teniendo en cuenta que su “fija” no llegó a placé: en diciembre de 2007, la figura del Gobernador Scioli se presentaba como la pieza más importante del rompecabezas que esperaba armar Duhalde, pero el matrimonio Kirchner le hizo el vacío al titular del Ejecutivo bonaerense y se jugó por Alberto Ballestrini como presidente del Partido en la provincia más identificada con el caudillo de Lomas de Zamora.

El virtual Gobernador, que ocupa el sillón que supo ostentar Corvatta, siente por el pigüense una antipatía visceral que se decanta como la mayor incógnita del futuro del peronismo local, que cuela votos elección tras elección.

Grenada y quien lo suceda no pueden estar más contentos: a pesar de las mesetas y lagunas que decoran la geografía de su gestión, una vez más ven en Corvatta a su principal impulsor. Los cuatrocientos votos con que el tradicionalmente peronista Saavedra castigó a la lista de Rodríguez, hace pocos meses, son más que ilustrativos al respecto.

Los números corresponden a la primera elección general desde inaugurado el gran anhelo corvattista, la Unidad Penitenciaria de las afueras de la localidad. Todo hace prever una versión local del Racing Club: Moralez y Corvatta aparecen como estrellas de equipos de poco plantel, mucha historia e incierto futuro. Los tiempos de Oreste Osmar, el otro, el talentoso, parecen haber pasado y el ala derecha ofrece hoy menos cintura que antaño.

(Por Diego Kenis)-www. pigueonline.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

EVIDENTEMENTE EL MANDATO CUMPLIDO CORVATTA HA ENTRADO EN LA ESPIRAL DESCENDENTE JUNTO CON OTROS PERSONEROS DEL VANDORISMO PEJOTISTA, COMO LARRABURU Y OTROS. COMO ELLOS SEGURAMENTE LA CAIDA NO VA A SER HOY Y ESTARÁ AMORTIGUADA POR EL COLCHÓN OBTENIDO EN TANTOS AÑOS DE DINAMITAR TODA INICIATIVA DE CUALQUIER MILITANTE PERONISTA QUE QUIERA SACAR LA DOCTRINA DEL PAPEL Y HACERLA CARNE Y REALIDAD COMO ES EL CASO DE R(IVAS)&R(IPANI)QUIENES EN OTRO MOMENTO, NO ME CABE DUDA LOS CRAVATTE Y SU LAYA LOS HABRIAN MACARTEADO ASIDUAMENTE COMO NIPONAZIFALANJOZURDOTROSCO COMO HA PASADO CON TANTO COMPAÑERO DESDE VALLESE A JULIO LOPEZ

Anónimo dijo...

Agradezco al Lic. Scolaro por la publicación del artículo, y debo decirle al lector que comparto, hasta cierto punto, la observación que realiza.
Sobre todo, en la cita de Jauretche. El peronismo es un hecho histórico sin el cual no podemos entendernos como argentinos, pero se presenta a su vez como un notable reto intelectual y político, sobre todo en éstos tiempos, de tantos regresos y regresares.