martes, 2 de septiembre de 2008

PACIENCIA

PACIENCIA

Mucha gente nos pregunta por qué, si anunciamos la muerte política de los Kirchner, estos siguen gobernando (desastrosamente) al país.

Nunca anuncié la inminencia de la caída de Cristina. La política tiene sus tiempos y estos tiempos son por lo general largos. Un proceso “destituyente” como el que está en marcha no se completa de un día para el otro.

Pero es necesario repetir que Néstor K y su cónyuge son dos cadáveres políticos y que toda su renuencia a cambiar no hace sino garantizar que tarde o temprano (y más temprano que tarde) los gusanos se los comerán.

Mentira, corrupción y patoterismo han servido de base a más de un gobierno. Pero los que se asentaron sobre esas bases – y sólo sobre esas bases - pagaron siempre el precio.

Esto no es una versión disney de la política. Mentira, corrupción y patoterismo derrumban los gobiernos porque son ineficientes, aparte de ser inmorales. Moreno (INDEC), De Vido y Jaime (caja) D’Elía (violencia) asolaron al país durante cinco años pero ya se les terminó el tiempo en que mentían, robaban y golpeaban con eficiencia de corto plazo. Ahora son salvavidas de plomo que el Gobierno insiste en utilizar para mantenerse a flote.

Otra cosa que atrasa el proceso destituyente es, como siempre, la ausencia de una oposición con gente respetable, inteligente y valiente. Pero también señalamos que el “no hay nadie que los reemplace” actúa como freno durante un tiempo y ese tiempo se está acabando. Cuando lo que está en el poder se hace insufrible, cualquiera tendrá que reemplazarlo. Y cualquiera quiere decir que nada garantiza que sea mejor que los K. Aunque, en verdad, es difícil imaginar algo peor.

En síntesis, no desanimarse ni bajar los brazos. “Atentos y vigilantes” (como decía el otro) a los acontecimientos que inexorablemente se producirán y barrerán para siempre a la banda de aventureros, oportunistas y ladrones que hoy nos gobierna. Quizás lo que suceda, sucederá tras las bambalinas del poder. Quizás convoque a una nueva pueblada pacífica como la del Monumento a los Españoles. Y en este último caso hay que estar listos para decir. “Presentes”. Todos, sin distinción de banderías. Está en juego mucho más que la suerte de la República. Está en juego el porvenir de la Nación.

ANIBAL D’ANGELO RODRIGUEZ

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