“No hay mal que cien años dure” dice el refrán.
Otro que “yerba mala nunca muere”.
¡Ay Hebe! ¡Ay Néstor!
Fuente PyD
¿Hasta cuándo?
Hebe hace KK tras el altar de la Catedral mayor de los argentinos. Los asambleístas de Gualeguaychú conforman un estado paralelo y secesionista que emite pasaportes para cruzar la frontera. Los legales o leales (léase militares, policías o civiles que actuaban en nombre del Estado Argentino) están presos en piojeras y los ilegales o “estúpidos imberbes” son libres y ricos.
Para elaborar un futuro de grandeza para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, internacionalmente nos asociamos a lo peor y más perverso del hemisferio y al resto del mundo del cuya historia y cultura participamos le quedamos debiendo dinero y sociabilidad.
Para representarnos ante el mayor poder espiritual del mundo, el Vaticano, se comisiona a un inviable, no por su divorcio como se quiere hacer creer, sino por su participación en los escandaletes progres que distanciaron a esa Iglesia del poder político. Simultáneamente se promociona toda palabra que diga o acto que realice la “madre putativa” de los argentinos (mal nacidos, che, somos entonces) y se la financia con el dinero de todos.
Se instala una presidenta que no gobierna y que heredó su oficio mayestáticamente. Su marido se ocupa de consolidar el poder político de la esposa despreocupándose del bien común.
La mentira es el único argumento del discurso oficial. Que lo diga el INDEC. El matrimonio presidencial gasta dineros oficiales como si gobernara en el primero mundo mientras la miseria se adueña de los hogares de los gobernados. La corrupción argentina es admirada en todo el mundo.
Se realizan negocios fabulosos con medicamentos, obras públicas, pautas publicitarias y campañas políticas y los niños, para no nacer desnutridos, no tienen más remedio que ser asesinados en el vientre materno. La violencia nace del desprecio a la vida, la ajena y accesoriamente de la propia. Es imparable, no existen marcos, solamente narcos. Los pobres no son delincuentes, delinquen primero por necesidad y luego por acostumbramiento y conveniencia y al no haber contención ni programas de gobierno que los ayuden a reconocer su dignidad.
Estupideces propias de imberbes inmaduros. Que sabio era el General sin manos. Para dominar un país primero hay que destruir su cultura, decía. ¿Qué otra cosa si no eso están haciendo?
¿Hasta cuándo?
¿Cuánto vive un pingüino? Creo que hasta que muere. Ufa.
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jueves, 31 de enero de 2008
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