jueves, 31 de enero de 2008

KRETINA BLUFF

POLÍTICA 2008

A casi dos meses, ya es unánime: Cristina es un bluff (pero la mayoría prefiere callarlo)

Parálisis. Inacción. Incompetencia. Ineficiencia. ¿Cuál es el término más apropiado para definir la gestión de Cristina Elisabet Fernández de Kirchner?


Por EDGAR MAINHARD | 30.01.2008


Cristina de Kirchner, emperifollada para la función institucional.




CIUDAD DE BUENOS AIRES (edición i). Cristina no es la Presidenta que imaginaron quienes la votaron. Cristina prometió profundizar el cambio. Sin embargo, rumbo a sus dos meses iniciales de gestión, Cristina es solamente inacción, ausencia, falta de compromiso y carencia de iniciativas. Cristina termina siendo la que sospechaban quienes no la votaron. Pero ella tiene un mandato de cuatro años y es la Presidenta de todos los argentinos.
Lo saben hasta los empresarios dispuestos a soportar cualquier vejación sobre ellos o sus socios o sus hijos o sus amigos con tal de ganar algún dinero.
Cristina se ha aferrado, probablemente con convicción, a la gestión y a los colaboradores de su marido Néstor. Al menos en apariencia ni ella ni él ni ellos han percibido que hay aprestos de cambios en la economía global. Suponer que si USA ingresa en recesión no afectará a China, es una audacia inexplicable. Y creer que si China acusa el impacto, no afectará a la Argentina , es ignorancia.
Pero si la estrategia consiste en que Cristina permanezca en un plano casi protocolar, el sentido común obliga a especular conque habrá un protagonismo de sus ministros. Lo curioso es que los ministros hoy tienen menos protagonismo que cuando gobernaba Néstor Kirchner, quien los castraba con su ampulosidad y fatuidad.
Existe la impresión, desde hace casi dos meses, que Alberto Ángel Fernández es el único funcionario relevante en el Ejecutivo Nacional, y eso está mal, entre muchas razones porque Fernández pierde demasiado tiempo en continuar su puja suicida con Julio De Vido.
Cristina de Kirchner podría explicar que su letargo es la consecuencia del Valijagate pero que ya recuperará el tiempo perdido. Sin embargo, en lo único que afectó el Valijagate a Cristina de Kirchner es que le impidió realizar, por vergüenza, un par de viajes al extranjero ya planificados. Uno de ellos a Europa, con la excusa del World Economic Forum, en Davos, Suiza. Nada trascendental. Solamente RRPP.
Ante la ausencia de agenda gubernamental, los periodistas decidieron apoyar informativamente el desembarco de Néstor Kirchner en el Consejo Nacional del Partido Justicialista.
Pero es un riesgo notable porque
> a la opinión pública le importa un bledo el Partido Justicialista. Ni siquiera a los peronistas parece excitarlos. Los periodistas tendrán que buscar pronto otro tema;
> es un gran fraude que Kirchner sea elegido presidente del Consejo Nacional por el voto de los delegados o congresales designados 'a dedo' por el propio Kirchner. Para María Servini de Cubría, una forma ignominiosa de concluir su carrera judicial; y
> provoca temor la sospecha de que toda la agenda disponible de parte de los Kirchner frente al vendaval de puja salarial de marzo consiste en la designación de autoridades en el PJ.



Desde que Cristina de Kirchner gobierna (bah, es un decir) la Argentina , ella ha incumplido sus más valiosas promesas de campaña:
> no hay pacto social. Ni siquiera hubo un esbozo de propuesta de acuerdo de precios, salarios e inversiones;
> no hay mejora en el vínculo con los países industrializados. A casi dos meses de gestión, Cristina de Kirchner se plantea que Thomas Shannon, un funcionario de 3ra. categoría del Departamento de Estado, visite la Ciudad de Buenos Aires, como si él definiera políticas en Washington DC. Con España, la Argentina sigue incumpliendo. Cristina de Kirchner ni siquiera pudo convertir en una realidad sus promesas a los empresarios españoles Gonzalo Pascual Arias y Gerardo Díaz Ferrán, los socios del Estado Nacional en Aerolíneas Argentinas;
> no hay acuerdo con el Club de París. Ni con el FMI. El inexistente ministro de Economía, Martín Lousteau, nunca recibió instrucciones al respecto;
> todavía se discute cómo sería el 'paquete' de asistencia crediticia a grandes empresas de la Unión Industrial Argentina que le exigen apoyo financiero a los Kirchner;
> no hay atisbos de normalización en el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, de manera de recuperar su credibilidad;
> no hay cómo frenar la inflación, que resulta desoladora para los bolsillos de millones de argentinos.
Acerca de Cristina de Kirchner hay varias especulaciones posibles:
> que todavía no comenzó a gobernar pero que lo hará después de las vacaciones;
> que en marzo cambiará su gabinete de colaboradores y entonces conocerán a la 'verdadera' Presidenta;
> que ella no está conforme con el rumbo y discute en la alcoba con su marido Néstor;
> que ella comprende que hay políticas que deben rectificarse parcialmente pero que no se encuentra convencida de cuáles ni cómo deben ser los cambios.
Todo esto es mentira, surgida de la oficina de prensa de Cristina de Kirchner.
Por motivos inexplicables, ella mantiene una agenda muy acotada, se diría que mínima; lo único que le cuestionó a Néstor fue la aparición de su nombre en el Valijagate; y los temas importantes los resuelve su marido con llamados telefónicos vespertinos.
¿Puede gobernarse así una Nación durante cuatro años? Por cierto que no, y que este modelo de gestión remota ya fracasó en Santa Cruz: tres gobernadores en cuatro años, una crisis institucional tras otra. No es el espejo donde querrían mirarse los argentinos.

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