sábado, 26 de enero de 2008

AIRE AKONDICIONADO

Mientras Cristina sorprendía al mundo garantizando los próximos bochornos internacionales, retomó sus funciones con nuevos indicios de su paranoica desubicación en el cargo que ostenta, cuando prometió que ahora irá por Ingrid Betancourt (sic) —como si hubiera sido protagonista directa en la liberación de las dos cautivas de las Farc, producida ayer. “Queremos también ir por Ingrid y por el resto y ofrecer la mano tendida, solidaria, que debe estar presente en todos y cada uno de estos casos más allá de los escribas” (refiriéndose a los periodistas que llevan la detallada crónica de sus torpezas).
Al mismo tiempo ─en el doméstico desgobierno de la humanitaria soberbia— el impresentable Secretario de Comercio Interior de la dinastía, Guillermo Moreno, ordenó el relevamiento —¡¡¡ por parte de los encargados de los edificios de propiedad horizontal !!!─ de los equipos de aire acondicionado instalados en los edificios, con el pretexto de “facilitar a las empresas el cálculo de consumo de energía”. La medida surgió como iniciativa de otro cómplice de la banda, Julio de Vido, ministro de Planificación del régimen.
Desde Edesur, la vocera de la compañía, Alejandra Martínez, negó que la idea naciera de las empresas, y aclaró que: “El Ministerio de Planificación nos comunicó el plan y aceptamos porque nos pareció de utilidad”.
Entre las ventajas, destacó que el relevamiento de datos actualizados, respecto del consumo de energía, “permitirá tomar medidas preventivas y reforzar redes donde sea necesario, para abastecer a los sectores de mayor demanda”.
Obviamente es una medida de impacto limitado y —en apariencia— con escaso sentido común.
Que la vida de los argentinos será controlada por los encargados de edificio desde la gestión de los Kirchner no es ninguna novedad.
Durante las últimas elecciones tomé conocimiento fehaciente que, habiendo sido convocado para actuar como Presidente de Mesa durante los comicios para la Presidencia de la Nación, el encargado de mi edificio por orden del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (Suterh) debió entregar toda la correspondencia de la Justicia Electoral a la entidad gremial citada.
A través de ese mezquino procedimiento —que fue generalizado— casi nadie recibió las citaciones y las fiscalizaciones de los comicios fueron realizadas por jovencitos inidóneos puestos adrede por el gobierno para caotizar los comicios.
Como ya es sabido, se produjeron demoras, agotadoras e interminables colas, distratos con el público, falta de consideración, y finalmente fraude electoral.
Fue el tubo de ensayo mediante el cual se experimentó con la utilización de los porteros y encargados de edificio para entrometerse en la vida de los vecinos.
De permitir que esos empleados nos fiscalicen (la mayoría de los cuales está en absoluto desacuerdo en que se los utilice para labores de espionaje) esto significará ni más ni menos que la constitución de un “estado policíaco”: la antesala del despotismo, el atropello y el fisgoneo ilegal de las acciones privadas de los ciudadanos.
Un afamado constitucionalista, como Gregorio Badeni, ya se manifestó: “Aún si fuera voluntario no corresponde en absoluto que los encargados suministren información respecto de la privacidad de las personas … Es una disposición peligrosa, pequeña e importante que puede derivar en una regulación absoluta de la vida privada”. Otro especialista Daniel Sabsay, criticó la medida diciendo que: “Se trata de una violación al artículo 19 de la Constitución nacional, ya que avasalla el derecho a la propiedad, la privacidad y a la intimidad”.
Finalmente el prestigioso Dr. Ricardo Monner Sans —por lo demás eminente Fiscal Federal jubilado— señaló que “estas medidas tienden a emparchar a destiempo los errores de la conducción gubernativa. En este caso, la disposición es doblemente inconstitucional, ya que no es función de un ente particular realizar una función pública [el censo]. Por otra parte, integra el derecho a la intimidad tener los elementos que considere necesario”.
En la Rusia Soviética los “responsables” de edificio también eran usados para escudriñar e informar al “Comisariat” de manzana sobre las posesiones y bienes de los vecinos, la existencia de animales domésticos, la categorización de los gitanos, de judíos, de disidentes y demás. Tan bueno fue el resultado del espionaje por delación, que se generalizó en otras dictaduras, reconociéndose actualmente que de no ser por este medio, la Gestapo del Nacional Socialismo no hubiera funcionado con tanta eficiencia. Por eso será que en la Cuba de Fidel Castro la mayoría de los arrestos tienen su etiología en el chivatazo de los encargados.
El conteo de los acondicionadores de aire es un pretexto, no el fondo del asunto. Un cuerpo de «delatores compulsivos» o alcahuetes aficionados está a punto de oficializarse, y hay que impedirlo por todos los medios posibles.
Si nadie pone límites a estos pequeños e imperceptibles ultrajes a nuestra dignidad, seremos víctimas voluntarias de los cotidianos atropellos,… y terminaremos arrollados.



KOMIARIO DE BARRIO
Extraido de UR 24

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