domingo, 27 de enero de 2008

CULPABILIDAD

THE WALL STREET JOURNAL

La declaración de culpabilidad en EE.UU. se siente en Venezuela y en la Argentina

Por JOEL MILLMAN y JOSÉ DE CÓRDOBA
26 de enero de 2008; Página A4

Traducción de HUGO M. CLEMEUR



El viernes un venezolano se declaró culpable de las imputaciones estadounidenses de haber tratado de silenciar a un testigo clave en un caso que involucra el financiamiento ilegal de la campaña electoral de la actual presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner por Venezuela.

La declaración de Moisés Maionica, de 36 años, es un éxito considerable para la fiscalía estadounidense en un caso que ha provocado titulares a lo largo de toda Sudamérica. El caso ha deteriorado las relaciones de los EE.UU. con Venezuela y la Argentina y destacado en que manera el gobierno venezolano del presidente Hugo Chávez podría estar usando su riqueza petrolera para influir en la región.

El escándalo comenzó en agosto, cuando un hombre de negocios venezolano-estadounidense, Guido Antonini, fue interceptado en la aduana argentina con 800.000 dólares metidos adentro de una valija. Los funcionarios estadounidenses dicen que esta suma era del gobierno de Chávez para la campaña electoral de la señora Fernández de Kirchner. Ella efectivamente ganó la elección, sucediendo a su marido Néstor Kirchner.

El señor Antonini, que niega haber hecho algo malo, regresó a su hogar en Miami y comenzó a cooperar con los funcionarios estadounidenses. Poco tiempo después, el señor Maionica y otras cuatro personas fueron enviados por el gobierno de Chávez para inducir al señor Antonini a que callara el origen del dinero, según dicen los fiscales estadounidenses. Los funcionarios estadounidenses arrestaron a cuatro de estos hombres, acusándolos de estar actuando como agentes no registrados de un gobierno extranjero en el territorio de los EE.UU.

Los gobiernos de Venezuela y la Argentina han rechazado los cargos de los EE.UU., indicando que se trata de una maniobra política destinada a desacreditar sus gobiernos “progresistas”.

La declaración del señor Maionica podría ser una mala noticia para el gobierno del señor Chávez. Al declararse culpable, el señor Maionica se encuentra en una posición de negociar información reservada que pueda tener de la operación a cambio de indulgencia en la condena, que se espera para principios de abril. El señor Maionica estaba expuesto a ser condenado a 10 años de cárcel y una multa de 250.000 dólares si su caso se ventilaba en juicio.

El señor Maionica es un allegado cercano de Jorge Rodríguez, que fuera reemplazado como vicepresidente de Venezuela a principios de este mes. Las autoridades de los EE.UU. piensan que el señor Maionica podría echar algo de luz sobre las transferencias de dinero que presuntamente se han efectuado para ayudar a los aliados políticos del señor Chávez en la región, así como también sobre la presunta corrupción de los principales miembros del gobierno de Venezuela. “Cooperará y los implicara”, dice un abogado de Miami que monitorea el caso.

La decisión del señor Maionica de cooperar aumentará además la presión sobre los demás procesados, especialmente sobre los dos acaudalados hombres de negocios venezolanos con firmes lazos con el gobierno de Chávez. Los dos hombres, Franklin Durán y Carlos Kauffmann, se encuentran encarcelados bajo custodia federal y se les ha denegado la fianza, a pesar del alegato que sus amplias propiedades e intereses económicos en Florida descartarían cualquier riesgo de fuga. El abogado del señor Durán no pudo ser ubicado para comentar el caso.

Los expertos legales dicen que el gobierno de los EE.UU. tiene los argumentos más fuertes en contra del señor Maionica, porque este abogado ha sido grabado en varias oportunidades indicando que actuaba por cuenta y orden del jefe del servicio de inteligencia venezolano conocido como Disip. De acuerdo a las informaciones que el tribunal dio a conocer el viernes, el señor Maionica admitió haber facilitado conversaciones telefónicas entre Antonini y un oficial superior de la Disip.

Escriba a Joel Millman a joel.millman@wsj.com

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